Si este libro ayuda, aunque sea mínimamente, a conocer mejor al neoliberalismo y, consecuentemente, a nuestra región, habremos cumplido con nuestras aspiraciones.
[1]El seminario sesiona desde septiembre de 2005 en las instalaciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México (Flacso México). Los integrantes del seminario realizamos reuniones quincenales y algunos simposios intensivos de carácter semanal donde se discuten documentos que se publican en revistas o en libros, tesis de maestría y doctorado, o como ponencias que se presentan en conferencias y congresos nacionales e internacionales.
Capítulo 1 La formación del orden hegemónico. Límites y aperturas del neoliberalismo en Perú y México
Jorge Luis Duárez Mendoza y Fernando Munguía Galeana
La vigencia del problema de la hegemonía en América Latina
¿Es posible una lectura del neoliberalismo en América Latina a la luz del problema de la hegemonía? En este trabajo proponemos una respuesta, sosteniendo que no sólo es posible, sino también necesaria para identificar nuestros problemas y aportar en la elaboración de alternativas políticas. Siguiendo a De Ípola y De Riz (1985), consideramos que la posibilidad de estudiar el neoliberalismo desde la hegemonía demanda tener claro tanto el objeto de estudio, como los medios teóricos y metodológicos. Así, nuestros objetos de estudio responden a la diversidad de los procesos históricos de la región, que aquí se limitan a México y Perú. Los medios teóricos y metodológicos los retomamos de los elaborados por Gramsci, Laclau y Mouffe en torno a la teoría de la hegemonía. Consideramos que una interpretación crítica de los aportes de estos autores nos permite tener en cuenta el conjunto complejo de las determinaciones del neoliberalismo en América Latina, además de los aspectos y relaciones presentes en cada caso de estudio.
Por ello pensamos que la pregunta arriba planteada resulta pertinente, ya que en buena parte de los análisis —realizados desde diferentes disciplinas, en especial desde la ciencia política— de los procesos políticos contemporáneos de América Latina, se ha renunciado a aproximaciones holísticas, en aras de cuidar un supuesto rigor académico. Por nuestra parte, partimos del reconocimiento de que el neoliberalismo es “un conjunto de sentidos políticos socialmente compartidos”, entre los que son centrales los relacionados con el capitalismo tardío, por lo cual no se restringe a una política económica o a las características institucionales que asume el sistema político.
Desde la perspectiva que anima este trabajo, el neoliberalismo en América Latina supone una serie de procesos complejos que redefinieron los contenidos y fronteras de lo político, lo económico y lo social, así como de sus interrelaciones. Es decir, nos interesa, sobre todo, pensar la política como una dinámica conflictiva, en la que se ponen en juego sentidos específicos con los cuales es posible distinguir proyectos y horizontes de acción.
En el plano del estudio de casos, analizamos el neoliberalismo en México y Perú, identificando sus límites y aperturas; en otras palabras, las tensiones que condicionan y posibilitan los esfuerzos de conformación de un orden hegemónico. Ambos países representan ejemplos de capitalismo periférico, experiencias de constitución de estructuras políticas con rasgos autoritarios y excepciones del llamado “giro a la izquierda” experimentado en la región. Bajo el manto de proyectos nacionales-populares, en México y Perú se conformó la ilusión, durante varias décadas, por parte de las distintas sociedades, que se alcanzarían niveles de desarrollo equiparables a las economías más industrializadas, en las que las masas populares tendrían en el futuro la posibilidad de formar parte de una comunidad política, que con su organización y participación estaban construyendo.
El giro neoliberal implicó la dislocación de esa plataforma hegemónica nacional-popular, generó la fragmentación de los proyectos políticos populares y la dispersión de los sujetos sociopolíticos. Ahora bien, como todo proceso histórico, la conformación de la hegemonía neoliberal no ha estado exenta de tensiones y fisuras que van dando indicios de sus propios límites antagónicos, así como de sus posibles aperturas para el impulso de un determinado cambio social. Es decir, los límites del neoliberalismo evidencian aquel “exterior”, aquello de lo social no integrado, que lo cuestiona, expresando posibles formas alternativas de organizar lo social. Estos nuevos escenarios plantean, a su vez, nuevas preguntas a las formas en que se ha pensado la hegemonía, no desde el proyecto nacional-popular, sino desde el neoliberal. Sugeriremos algunas interrogantes en las reflexiones finales de este artículo.
Estado, hegemonía y sociedad civil: la propuesta gramsciana
No es el objetivo de este apartado sintetizar el pensamiento de Antonio Gramsci, sino considerar algunas de sus categorías para tomarlas como referencia en el análisis de la dinámica política en México. En ese sentido, se debe destacar de manera general tres grandes conceptos que delimitan el aporte gramsciano a la comprensión de la política: Estado ampliado, revolución pasiva y hegemonía. Además, es preciso apuntar el giro teórico dado por Gramsci a la categoría de sociedad civil que, si bien ya había sido trabajada en el marxismo, es a partir de su obra que se considera un espacio de conflicto y de configuración de identidades políticas. Así pues, con estos conceptos, en su sentido sustantivo, pero sobre todo en sus diversas aperturas, distinguimos la especificidad de una lectura sobre lo político que es deudora, en parte, del marxismo clásico (sobre todo de Marx y Lenin), pero que trasciende en gran medida los aportes de éste al ampliar el análisis de lo social y lo político.
Partiendo de reconocer el potencial revolucionario de la clase obrera, Gramsci observó las diversas dificultades de la organización de los trabajadores en sociedades en las que la explotación y dominación capitalista estaban cruzadas por relaciones sociales, políticas y culturales que las hacían posibles y que incluso las aseguraban. De ahí que, cuando en diversos pasajes de sus notas carcelarias se refiera a la revolución comunista escoja el término reforma intelectual y moral de la sociedad, en el entendido de que en ciertas sociedades la conquista política y la transformación del modo de producción capitalista están acompañadas de un proceso de articulación entre los grupos subalternos que asegurase la defensa —no militar— de los espacios (trincheras) ganados. Así, da forma al análisis de correlación de fuerzas y de coyuntura, a sabiendas de que las condiciones de dominación están siempre tensionadas por el conflicto, entre la coerción y el consenso.
En uno de esos pasajes, en el cuaderno VI, afirma que “Estado = sociedad política + sociedad civil, o sea hegemonía acorazada de coerción” (Gramsci, 1984: 76). El Estado aparece entonces como la condensación histórica del poder que consigue una clase o clases sobre el resto de la sociedad. Las clases alcanzan su unificación y se convierten entonces en clases dirigentes, en un sentido general, es decir, logra por diversos medios asegurar la conservación de su proyecto, a prolongarlo en el tiempo. Empero, se trata de un espacio de disputa, controlado o dirigido por intereses y grupos específicos que se encuentran en pugna permanente. De esta manera, la distinción entre sociedad política (Estado político) y sociedad civil, si bien quiere diferenciar dos ámbitos de acción, refiere al desarrollo de un mismo proceso histórico-político, que sería justamente el de la conformación de las clases y de las instituciones sociales y políticas que le confieren una cierta especificidad a las relaciones sociales de dominación.
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