Modalidades de financiación procedentes del sector público
Durante la crisis, la reducción de los fondos públicos ha sido más acusada desde los gobiernos regionales y provinciales que desde el Gobierno central. Los fondos del Gobierno central se han incrementado, aunque no lo suficiente como para compensar las reducciones de los otros dos niveles de gobierno. Paralelamente, las reducciones presupuestarias han tenido especial incidencia en la reducción de los contratos públicos y las subvenciones. Es decir, se produce un cambio de relación entre las administraciones públicas y las OTS, pasando a ser hegemónica en 2013 (68,3%) la financiación vía convenios, cuando en 2008 representaba el 44,5%, muy similar a las subvenciones (39%). Las relaciones más débiles (las subvenciones) son las que han experimentado el mayor ajuste entre 2008 y 2010. Siguiendo este patrón de ajuste presupuestario, las OTS más dependientes de los fondos regionales y provinciales así como de las subvenciones han sido las que más han sufrido el impacto de las políticas de ajuste en el gasto.
Las organizaciones del tercer sector no gozan de trato preferente en las contrataciones públicas. Las cláusulas sociales en las licitaciones públicas que están emergiendo en la regulación española aún son incipientes (reducidas a las empresas sociales: centros especiales de empleo y empresas de inserción) y escasamente aplicadas (Fadei, 2014). Los contratos y convenios entre TSO-Sector Público se basan más en las buenas relaciones.
Financiación privada
El conjunto de la financiación privada ha pasado de representar el 38,7% del total de la financiación de las OTS al 44,7% en 2013. No obstante, en valores absolutos ha pasado de 6.511 a 6.468 millones de euros. Las principales partidas financieras son las cuotas, que han crecido en estos años, situándose en 1.852,52 millones de euros en 2013, las donaciones/subvenciones de las cajas de ahorros, que se han reducido significativamente, pasando de 1.395,62 a 1.019,06 millones de euros y los pagos por venta de servicios, que se han reducido también de 1.454,62 a 970,19 millones de euros (Ruiz, 2015).
Se ha producido una reducción en las donaciones privadas empresariales debida al impacto de la crisis económica y de la crisis de las cajas de ahorros españolas. Algunas cajas de ahorros, como La Caixa, continúan manteniendo una importante actividad financiera de apoyo. La entidad gestora de los fondos de obra social de esta caja de ahorros coordina, a través de su apoyo financiero, a una amplia red de OTS de servicios de acción social.
Las donaciones privadas de particulares también se han reducido de 737,55 millones de euros en 2010 a 595,15 en 2013. Las aportaciones de las empresas y de otras fundaciones han crecido moderadamente, de 1.046 a 1.192 millones de euros entre 2010 y 2013, siendo 499,7 millones de euros en forma de patrocinio y contratos privados y el resto donaciones empresariales. Este panorama contrasta con la crisis económica empresarial que ha vivido el país en estos años (Ruiz, 2015: 95). Las donaciones regulares de particulares presentan un peso mayor en las OTS de menor tamaño, mientras los contratos y convenios públicos para la prestación de servicios son realizados principalmente por entidades de mayor tamaño.
TABLA 2.1. EVOLUCIÓN DE LA FINANCIACIÓN DE LAS OTS DE ACCIÓN SOCIAL EN ESPAÑA (2010-13, MILLONES DE €)
Fuente : Elaboración propia sobre la base de TS, 2015.
TABLA 2.2. EVOLUCIÓN DE LA FINANCIACIÓN DE LAS OTS DE ACCIÓN SOCIAL EN ESPAÑA POR GRANDES GRUPOS DE FUENTES DE FINANCIACIÓN (2010-13, MILLONES DE €)
Fuente : Elaboración propia sobre la base de TS, 2015.
A partir de las tablas 2.1 y 2.2 puede constatarse cómo la financiación procedente de las ventas en los mercados públicos y privados continúa siendo la principal fuente de financiación del conjunto de las OTS; sin embargo, se ha reducido en un 22,4% entre 2010 y 2013. También se han reducido las subvenciones, tanto públicas como privadas. Por el contrario, son los recursos propios y genuinos de este tercer sector los que más han crecido (pasan de representar el 19,1 al 24,8% del total de la financiación); no obstante, no han aumentado lo suficiente como para compensar las reducciones de las demás fuentes.
La principal conclusión que emerge es que ante la reducción en la financiación pública a las OTS, estas entidades no han optado globalmente por recurrir al mercado privado (transformándose en empresas sociales – social business– al modo anglosajón), sino a intensificar el uso de recursos voluntarios, ya sea en trabajo voluntario o en recursos propios.
¿Qué ajuste a la crisis se ha producido entre las OTS ?
Como se ha constatado, junto a una reducción general de los fondos públicos, se ha producido una reestructuración de las fuentes de financiación y de los modos de financiación, que han supuesto a su vez cambios en los modelos de relación entre las OTS y el sector público. Pero el impacto generalizado ha sido la reducción de los presupuestos de las OTS: en Andalucía, por ejemplo, el 33% de las entidades afirmaban haber reducido su presupuesto en más de un 50%, otro 26% entre un 25 y un 50%. Solo un 10% no se han visto afectadas (PAV, 2013). Las OTS que se encontraban en proceso de expansión y diversificación, basadas en proyectos con las administraciones públicas –sobre todo regionales–, han sido más afectadas por las reducciones de fondos públicos (Vidal, 2013).
Los ajustes a la crisis se han realizado por varias vías:
1. Reestructuraciones en los equipos de trabajo, sobre todo con reducciones de jornada laboral, reestructuración de funciones, despidos y reducciones salariales, incremento del trabajo voluntario.
2. Aumentando el nivel de endeudamiento: en 2010 el 66,1% de las OTS afirmaban no tener endeudamiento y el 21,7% de OTS, que ese endeudamiento no superaba el 25%. En 2013 el 60,4% de las OTS afirmaban encontrarse endeudadas hasta un 25% y el 15,8% entre un 50 y un 100%. También afirmaban tener dificultades de acceder al crédito bancario privado (Ruiz, 2015: 95). Este creciente endeudamiento, y acceso al mercado de capitales, debe relacionarse con el modo de pago de las AA. PP., sobre todo las regionales y provinciales, que, ante sus propios problemas de cuentas públicas, han tendido a alargar significativamente los pagos de obligaciones ya reconocidas. Ante la falta de liquidez, las OTS afectadas han tenido que endeudarse para hacer frente a sus propios pagos. Aquellas OTS con mayor solvencia financiera han podido resistir mejor esta dilatación en los periodos de pago.
3. Minoritariamente, buscando nuevas formas de financiación , como la banca ética, rifas, una tímida cofinanciación de los servicios y compartir gastos (con los emergentes sistemas de coworking , compartir gastos y sedes). De las nuevas formas de financiación innovadoras, el crowdfunding o micromecenazgo es el que más se ha extendido, habiéndolo realizado el 14,2% de las OTS de acción social, el consumo colaborativo / grupos de consumo / comercio justo lo han utilizado entre el 8 y el 7% de OTS y de modo muy marginal (menos del 4%) los bancos de tiempo y monedas sociales (Ruiz, 2015: 122). Hay que destacar también que para muchas OTS, especialmente las pequeñas de ámbito local, parte de la financiación pública se hace en especie, por ejemplo facilitando locales o instalaciones municipales.
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