Cuando la acción se traslada a Cataluña, la madre de Guifré es quien toma el protagonismo de la narración, al reconocerle por el hecho distintivo del bello en un lugar poco común, lo que asegura un sobrenombre al fundador del linaje. Los reyes bárbaros eran conocidos por el pelo que les surgía en la espina dorsal, lo que contribuía a aumentar su prestigio. Al mismo tiempo, esta abundancia de bello contrastaba con la calvicie de Carlos el Calvo, una prueba más del antagonismo que el cronista intentaba remarcar entre el fundador de la casa de Barcelona y el amo de la dominación que rechazaba. Esta mujer, una vez ha reconocido a su hijo, empieza a utilizar su influencia para que Guifré pueda recuperar la titularidad del condado que le pertenecía a su padre, pasando por encima que aún no ha conseguido los derechos de transmisión hereditaria del condado.
La función de las dos madres es, pues, determinante y lúcida, en contraposición a la figura algo apocada de la hija del conde de Flandes, cuya función es meramente pasiva. De este modo, se reproduce en el texto catalán de las Gesta una realidad que refleja exactamente las prácticas sociales del tiempo: la pasividad de la jovencita núbil (la hija del conde de Flandes, que se deja seducir por el foráneo); el poder doméstico, escondido y eficaz de la mujer casada, que se mueve a sus expensas instigando en el ámbito de la corte (la mujer del conde de Flandes, que urde toda la estrategia una vez conoce que su hija ha quedado embarazada), y la pujanza pública de la viuda (la madre del conde de Barcelona, quien conserva el poder de convocar la asamblea de los nobles de sus tierras e imponer a su hijo como conde, incluso estando presente su propio opositor). 30
Después de narrar la odisea del fundador de la dinastía, el texto continúa con una somera descripción de los hechos más notables de los condes de Barcelona y del resto de los condados de Cataluña, desde la época de Guifré a finales del siglo IX al enlace entre el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y la hija del rey Ramiro de Aragón en 1136, a través del cual el conde de Barcelona devendrá también rey de Aragón. Una vez narrada la fundación del condado, las Gesta enfatizan la vertiente patrimonial y hereditaria de la dinastía de los condes de Barcelona, remarcando las progresivas reuniones de los condados en un solo príncipe y mencionando a las mujeres solo con relación a los hombres que tuvieron por padres o maridos. 31
La leyenda de Guifré el Pelós, con todos los sugestivos detalles y símbolos descritos en los párrafos anteriores, vincula a este personaje con los orígenes míticos de la dinastía catalano-aragonesa, aun contando con la debilidad de la historicidad del relato. 32 Las crónicas francesas y las genealogías flamencas, que habrían llegado a las bibliotecas de los monasterios catalanes, constituirían un valioso material utilizado por los monjes para elaborar los textos históricos patrocinados por los monarcas. Estas historias tendrían una recepción especialmente entusiasta en los territorios que surgieron en los márgenes del imperio carolingio, en este caso en el extremo suroccidental del imperio. 33 Sin embargo, los compiladores se apresuran a asegurar que el relato del ascenso de Guifré al condado de Barcelona está basado en narración de los antiguos , lo que le hace ganarse desde el principio el prestigio de la tradición. El arranque de la redacción más primitiva de las Gesta no puede ser más significativo: Antiquorum nobis relatione compertum est quod miles quidam fuerit nomine Guifredus. 34 El redactor del texto afirma basarse en la tradición oral «de los antiguos» y en escritos conservados probablemente en el monasterio de Ripoll, que contaba con una larga tradición en la elaboración de textos históricos, legendarios e incluso poéticos. 35
Probablemente, el autor de las Gesta recibió la leyenda del conde Guifré por vía escrita o por vía oral, incorporando al texto definitivo algunos detalles que le permitieron afianzar la fuerza presentista del relato, y basándose en otros relatos similares contemporáneos. La aventura del viaje del fundador de la dinastía ha consolidado su función de fundador del linaje y su prestigio como detentador de un condado histórico. El paralelismo con otros tantos héroes míticos fundadores de los grandes linajes de Occidente a través de un viaje lleno de peligros es evidente. Es difícil precisar el proceso de manipulación histórica que culminó con la fijación escrita de la leyenda de Guifré el Pelós. Sin embargo, de lo que no hay ninguna duda es de su enorme eficacia como consolidador de la memoria histórica de una nación.
En efecto, aunque hay abundantes errores históricos y pasajes mitológicos en el texto, que la crítica posterior se ha encargado de localizar, es muy significativo que ese texto ha funcionado como modelo y plantilla para la elaboración de las sucesiones de los condes catalanes y los reyes de Aragón hasta bien entrado el siglo XX. En este sentido, el texto de las Gesta funciona perfectamente como un canon historiográfico-nacional, tal como lo definió en su día Pierre Nora para la historiografía francesa. 36 Uno de los mejores conocedores de la historiografía catalana medieval, el erudito Miquel Coll i Alentorn, empezaba uno de sus documentados artículos sobre la leyenda de Guifré con estas palabras: «El fundador de nuestra dinastía nacional gozó ya en vida de prestigio y de fama». 37 El artículo fue publicado en 1990, lo que muestra la llamativa persistencia del mito del «héroe fundador», en este caso en Cataluña. La explicación de este enorme influjo es quizás que las Gesta condensan la memoria dinástica y genealógica de Cataluña en una estructura extraordinariamente simple. El texto funciona con eficacia, inaugurando un nuevo modo de reconocer la continuidad histórica de esa naciente nación y aglutinando toda su herencia en la figura del conde de Barcelona y rey de Aragón. El pasado remoto de los orígenes carolingios del condado de Barcelona es re-presentado , se vuelve a hacer presente al servicio de las necesidades de una dinastía con audaces aspiraciones expansivas. 38
La enorme complejidad de significados de las narraciones del héroe fundador confirma las profundas conexiones y el intercambio de modelos que se establecen en este periodo entre la literatura histórico-genealógica y la literatura de ficción. 39 Las genealogías se van distanciando cada vez más de sus orígenes escripturísticos, litúrgicos y monásticos, para entrar en el campo de la literatura de talante caballeresco, basada en la tradición de las leyendas épicas y en el dominio del contexto cortesano. De este modo, los héroes legendarios ocupan un lugar de privilegio en un género supuestamente histórico. La historia se abre a lo legendario y a lo imaginario. Si algo caracteriza a la literatura genealógica del siglo XII es la invención de los antecedentes míticos del pasado remoto de las dinastías nacionales, en orden a consolidar un presente que debe revitalizarse. Las genealogías remiten a la época carolingia porque es el momento privilegiado descrito por los cantares de gesta. 40 La dificultad del acceso documental a ese periodo no es un obstáculo para los cronistas del siglo XII, sino que, paradójicamente, los legitima para organizar a su manera los escasos materiales de que disponen.
En este capítulo he analizado más detalladamente las genealogías de los condes de Barcelona, y más específicamente la historia del «héroe fundador» Guifré el Pelós. Pero algo análogo sucede en la vecina Castilla, con la preponderante atención que le prestan a Don Pelayo las crónicas del ciclo de Alfonso III de Castilla, en su intención deliberada de enlazar el reino de Asturias con el reino visigótico de Toledo. 41 Tampoco serían ajenas a esta tendencia la enorme proliferación de historias de reinados de reyes visigodos, particularmente llamativa en el caso de Wamba, como recientemente se ha puesto de manifiesto. 42 Las detalladas narraciones que surgen del taller alfonsí, mucho más centradas en el devenir de la historia universal, y el papel de Castilla en esta «gran historia», buscan una mayor abstracción de la sucesión histórica, lo cual no reduce su eficacia historiográfica. 43 Eficaz es también el recurso de las Grandes Chroniques de Francia de encontrar las raíces merovingias, carolingias y capetas de su monarquía. Este proyecto genealógico es encargado por el rey francés a uno de los centros culturales y religiosos más importantes de Francia, la abadía de Saint-Denis. 44
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