Daniel Pennac - ¡Increíble Kamo!

Здесь есть возможность читать онлайн «Daniel Pennac - ¡Increíble Kamo!» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Детектив, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

¡Increíble Kamo!: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «¡Increíble Kamo!»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Kamo se ve obligado a aprender inglés en tres meses. Su madre le ofrece la posibilidad de cartearse con Cathy, una chica francamente extraña, por la que Kamo empieza a sentir una fuerte atracción…

¡Increíble Kamo! — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «¡Increíble Kamo!», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Mi bisabuelo el ruso ya intentó reconstruirlo una vez -respondió Kamo muy serio, y añadió-: Aunque no salió muy bien la cosa…

Más tarde, mientras masticaba con aire pensativo, Pope comentó:

– Ese chico es increíble. ¡Sabe hacer realmente de todo!

– Es desde que vive solo con su madre.

Total, que estábamos acabando de comer, allí, sobre la hierba reciente, charlando de nuestra admiración por Kamo. Pope había abierto el termo y el perfume del café estaba apoderándose del Vercors cuando Moune exclamó:

– ¡Mirad!

Nuestras miradas siguieron la línea de su dedo extendido, en cuyo extremo, allá al fondo, un ciclista se había salido de la carretera para correr cuesta abajo hacia nosotros a campo traviesa.

Zigzagueaba entre las rocas y saltaba sobre las protuberancias del terreno como un caballo de rodeo. Los guardabarros de su bicicleta lanzaban mensajes cada vez que captaban el sol.

– La madre que le… -murmuró Pope-. Se va a…

Pero la bicicleta volvía a caer siempre a plomo sobre la hierba, culebreando, volviendo a despegar, aterrizando de nuevo, y todo en medio del chirrido de los muelles, los gemidos de la silla, los tintineos del timbre y los aullidos de Kamo que, desde que estuvo lo bastante cerca, se puso a gritar:

– ¡Pía telefoneado! ¡Ha telefoneado!

Aquella bici negra de brillantes crines era realmente un mustang loco tratando de mandar a su cowboy a la luna…

– ¡Cuidado! -dijo Pope poniendo en pie toda su estatura-. ¡Frena!

Y Pope se puso a gesticular como lo hace uno de esos tipos con cascos fosforescentes de los portaaviones cuando un cacharro da la impresión de ir a caerse al agua.

– ¡Párate!

Moune y yo braceábamos lo mismo que Pope. Kamo debía de tomarse aquello como gestos de aclamación porque, en lugar de aflojar la marcha, soltó el manillar y. al máximo de su velocidad, hizo los gestos de un vencedor ante la multitud delirante. La bicicleta checoslovaca levantó el vuelo por última vez… En lugar de volver a caer al suelo, se lanzó contra la valla de alambre de espino que todos habíamos visto, pero que el último montículo de hierba muy crecida había ocultado a los ojos de Kamo. Y Kamo siguió sin su montura, con los brazos abiertos en el espacio como quien hubiese descubierto al fin el truco de los pájaros. Con la diferencia de que no era exactamente un pájaro. Era un adolescente más bien robusto, con una cantidad de kilos ya considerable, lo que vino a estrellarse pesadamente sobre los restos de nuestro picnic. Gritos, precipitación, tres cabezas inclinadas, seis manos tendidas; pero él va, abre los ojos y repite con una sonrisa beatífica:

– Ha telefoneado.

Su madre había llamado desde Gori, provincia de Tiflis. Georgia, ex Unión Soviética.

– Estaba yo allá arriba, pintando la buhardilla del desván, y he pensado que era ya hora de ir a preparar el conejo encebollado para esta noche. Bien, pues bajo a la cocina y ¿qué es lo que veo pegado en la puerta mientras estoy desollando mi conejo? Un aviso de correos. Aviso de conferencia. ¡A mi nombre! Miro la hora: 13.45, El lugar: oficina de La Chapelle en Vercors. Me quedaban diez minutos justos, imposible ir a pie; nunca hubiera llegado a tiempo. Mi primera idea ha sido llevarme prestado el coche de tu padre. Pedales, cambio de velocidades, volante… no creo que eso sea nada del otro mundo. Pero no he encontrado las llaves al primer vistazo y no tenía tiempo para buscarlas. Entonces he pensado en la bicicleta. He saltado literalmente sobre ella. ¡Ya no me daba miedo, puedes creerme! ¡Por Dios, mí madre me llamaba desde el otro lado del mundo y no iba a ser una vulgar bici lo que me impidiese responder a la llamada! Mientras pedaleaba hacia la oficina de correos de La Chapelle he vuelto a pensar en una historia que nos contó Lanthier el Largo el año pasado.;Te acuerdas? La historia de aquel tío suyo (Lanthier el Largo siempre tiene un montón de tíos, primos o amigos de primos que han hecho cosas extraordinarias), la historia de ese tío, decía, que buscaba unas mariposas rarísimas en la selva amazónica.

›Y. ¡zas!, de pronto le pica una serpiente -una de esas guarradas supervenenosas que se cepillan a un tío en menos de un minuto-. Y e! tío se abalanza sobre su botiquín de primeros auxilios, saca el suero antídoto con el que cargaba siempre y se precipita a leer el modo de empleo. Mala pata: ¡el prospecto estaba escrito en portugués y el pobre tío no hablaba una palabra de portugués! Y entonces, "¡Milagro!", dice Lanthier el Largo. ¡Su tío entiende todo lo que ve escrito ante sus ojos ardientes de fiebre, como si todas las lenguas de fuego de Pentecostés le hubieran caído de golpe en la cabeza! Y se pone la inyección y se salva, y todavía hoy, termina diciendo Lanthier el Largo, su tío habla el portugués de corrido como si fuese su lengua materna…

»Bien que nos reímos de él cuando nos contó eso. -"te acuerdas? Pues hicimos mal. Eso es lo que me he dicho cuando corría hacia La Chapeile encima de esta bicicleta. ¡Porque era exactamente como si hubiera estado pedaleando toda mi vida!

Sí: la madre de Kamo había llamado desde Gori. provincia de Tiflis.

– Allí nació su abuelo, en Gori.

– O sea, tu bisabuelo…

– Sí, mi bisabuelo. Se llamaba Semion Archakovich Ter Petrossian.

Silencio en nuestro cuarto.

– Pero le llamaban de otra manera -añade Kamo.

Era la hora buena de la noche, la hora de las confidencias inacabables.

– Le llamaban Kamo.

– ¿Kamo? ¿Como tú?

– ¿Y tu bisabuela?

– ¿La griega? Se llamaba Melissi.

– Es bonito.

– Melissi… Era cantante. Kamo la había conocido en Atenas, en 1912.

– ¿La conociste tú?

– No, pero conocí a su hija, mi abuela. Me contó muchas cosas sobre Kamo, el otro, el de verdad. ¡Se peleaba contra los cosacos, se escapaba de todas las cárceles! Una especie de bandido generoso, o de Robin de los Bosques, si lo prefieres.

– 'Cómo es que te pusieron su nombre?

– Un deseo de la bisabuela Melissi. Quería que su primer descendiente varón se llamara Kamo, como su propio Kamo. Se habían querido mucho.

¿Y el primer varón fuiste tú?

– Sí. Melissi dio a luz una hija, mi abuela. Mi abuela fabricó a mi madre con su marido, el alemán, y mi madre me fabricó a mí. Yo era el primer chico desde el otro Kamo. el de 1912…

– ¿Y el nombre de Kamo quiere decir algo?

– Quiere decir «flor» en georgiano. Y Melissi, ¿sabes lo que quiere decir en griego? Eso es lo más bonito: quiere decir «abeja».

Silencio.

Y luego la voz de Kamo murmurando con una sonrisa:

– Melissi y Kamo… Los amores de la abeja y la flor.

La bicicleta checoslovaca había aguantado el golpe valerosamente. Sólo la nariz de Kamo se había aplastado un poco.

Se acabó el desván; se acabó la cocina. Ahora nos seguía por todas partes. Se apuntaba a todos nuestros paseos.

– ¿Y qué vamos a comer? -preguntaba Pope-. ¿Y quién va a pintar la casa, encerar el parqué, cavar la huerta, lavar la ropa, zurcirnos los calcetines?

Moune reía al viento.

– ¡Calla y pedalea, explotador!

Lo que Kamo conseguía hacer con su bicicleta era… ¡increíble! No se habría sentido más a gusto si hubiese montado en bici toda su vida. Es más. aquel viejo cachivache checoslovaco, pesado y chirriante, con su enorme faro y sus guardabarros rutilantes como los de un auto de antes de la guerra, entre las manos de Kamo se convertía realmente en una fiera domada. Con cada aceleración nos dejaba clavados a mí y a mi bici de marca, estilizada como una hoja de afeitar.

Es decir, me pasaba a toda velocidad y luego, detrás de la primera curva, se paraba en seco, daba la media vuelta encabritándose sobre la rueda trasera y se cruzaba conmigo mientras yo le estaba persiguiendo… No era posible… ¡Tenía que tener un motor de reacción metido en alguna parte de aquel montón de chatarra!

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «¡Increíble Kamo!»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «¡Increíble Kamo!» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «¡Increíble Kamo!»

Обсуждение, отзывы о книге «¡Increíble Kamo!» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x