Se aconseja cepillar los dientes del bebé para remover la placa desde la aparición del primer diente.
En el caso de incorporar yogur a partir de los 6 meses de edad, se sugiere elegir las variedades con menor contenido de azúcar, sin colorantes y enteros.
Los postres de leche caseros puedan ser incorporados a partir de los 6 meses, de acuerdo con las posibilidades y preferencias de las familias. Estos deben ser preparados con leche adecuada a la edad del niño, fécula de maíz o harina, y sin agregado de azúcar; de esta forma, podrían presentar un valor nutricional similar al de la leche, sin los potenciales riesgos asociados a los postres industrializados y a un costo menor (Ministerio de Salud, 2021).
Componentes de la dieta que reducen el riesgo de caries
Fosfatos
Se han estudiado los fosfatos orgánicos, los fosfatos inorgánicos y el fitato (cereales integrales, semillas, maníes, legumbres). Tanto los fosfatos orgánicos como los inorgánicos resultaron efectivos como protectores de la caries dental; sin embargo, estos datos corresponden a estudios en animales, porque, en humanos, los resultados no han sido concluyentes (Nizel y Harris, 1964). Cuando los fitatos son separados de los alimentos, han demostrado ser un factor anticariogénico muy efectivo; pero como componente intrínseco de los alimentos no parece ser eficaz. La razón principal por la que los alimentos fibrosos tienen un efecto protector es a través del incremento del flujo salival por estímulo mecánico.
Fluoruro, polifenoles y flavonoides
El té negro contiene fluoruro, polifenoles y flavonoides que inducen un aumento de la concentración de fluoruro en la placa dental y reducen la cariogenicidad de una dieta aún rica en azúcares (Lingstrom et al., 2000).
Existen evidencias de que a niveles bajos de ingesta de azúcar (10 kg/persona/año [27,4 g/d]) el riesgo de caries es muy bajo, aunque cuando es superior a 15 kg/persona/año (40g/d), el riesgo aumenta significativamente. Sin embargo, en regiones donde el fluoruro en el agua potable está entre 0.7-1 ppm, o donde el 90% de las pastas dentales disponibles están fluoradas, la relación entre los azúcares y la caries cambia y aumenta el nivel de seguridad del consumo de azúcares de 10 kg/persona/año a 15 kg/persona/año (Sheiham et al., 1991).
La exposición al fluoruro por sí sola puede no eliminar la caries, pero, junto con la reducción en la ingesta de azúcares libres, tiene un efecto significativo en su prevención.
Prebióticos y probióticos
En salud, los microorganismos se encuentran en equilibrio (simbiosis) con su huésped. Sin embargo, este equilibrio puede alterarse, e incluso romperse, lo que lleva a un nuevo estado asociado a la enfermedad: la disbiosis. El metabolismo frecuente de los azúcares por la microbiota oral conduce a la acidificación del ecosistema, la reducción de la diversidad microbiana y el incremento en la proporción de especies acidogénicas y acidúricas (Kilian et al., 2016; Marsh, 2017).
Una forma de tratar o prevenir la disbiosis microbiana relacionada con la caries es el uso de prebióticos (ingredientes alimenticios no digeribles o sustratos, que al ser utilizados selectivamente por microorganismos huéspedes confieren un beneficio para la salud) y/o bacterias probióticas para modular el ecosistema oral.
Sobre la base del estudio de la composición de los alimentos y su capacidad para aumentar el pH, se pensó en dos prebióticos: la urea y la arginina, ya que, al ser metabolizadas por algunas bacterias orales, resultarían en la producción de amoníaco/amonio/bicarbonato y, por ende, en el aumento del pH (Liu et al., 2012).
La urea es el producto de degradación de las proteínas por el organismo; en la cavidad bucal se ha demostrado el efecto anticaries cuando se ha agregado a las gomas de mascar y a los enjuagues bucales.
Los alimentos aportadores del aminoácido arginina son aquellos ricos en proteínas (pescado, carne roja, carne de aves, soja, granos enteros, legumbres y lácteos). Su efecto se ha demostrado a través de una pasta dental llamada “anticaries” que resultó más efectiva en la prevención de caries que cuando se utilizó fluoruro únicamente. Además, la combinación arginina/calcio se utiliza en pastas dentales destinadas a aliviar la sensibilidad dental. Otro producto, cuyo componente es arginina-calcio-fluoruro, también mostró ser eficaz para la remineralización.
Asimismo, los probióticos son “microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud del huésped”, pueden estar presentes en los alimentos y actuar como anticariogénicos. Los ensayos clínicos han sugerido que los programas escolares con leche suplementada con probióticos pueden reducir el desarrollo de caries en niños en edad preescolar y en escolares con alto riesgo de caries. Otros alimentos fuente de probióticos son el yogur, los quesos y helados (Zaura y Twetman, 2019).
La composición de la dieta desempeña un papel importante como modificador de riesgo de la caries dental. El estado físico (líquidos o sólidos), la consistencia, la adhesividad, la retención y la frecuencia de ingestión, así como el tipo de azúcares, son agentes determinantes principales del potencial cariogénico de los alimentos.
La clave para comer adecuadamente no es prescindir de ciertos alimentos, sino saber comerlos en la medida justa y en los momentos adecuados del día; por ejemplo, evitar consumir entre horas gaseosas (o bebidas cola) o jugos no naturales. No solo lo que uno come, sino cuándo lo come, es lo que marca una gran diferencia en la salud dental.
Higiene oral
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