Figura 4.16.DIAGNOcam (KaVo - Alemania).
Laser Fluorescence (LF-láser fluorescencia)
KaVo también introdujo un aparato basado en la fluorescencia de los componentes orgánicos de los dientes. Utiliza una luz infrarroja de 655 nm de longitud de onda y 1 mW de potencia. Mientras que el esmalte sano tiene una fluorescencia baja, las bacterias y sus metabolitos la incrementan; estos cambios en la fluorescencia se deben a un pigmento fotosensible presente en los tejidos cariosos como resultado de las actividades metabólicas bacterianas (Lanata, 2008). Este instrumento permite detectar en forma temprana la lesión, cuantificar su avance y controlar su desmineralización (Lanata, 2003, 2008). El sistema puede dar falsos positivos por hipomineralización, por lo que se la debe validar por inspección visual. El instrumento mostró validez comparada con los métodos visuales y táctiles en el diagnóstico de caries oclusales en dientes permanentes. El primero se denominó el DIAGNOdent (Fig. 4.17), que permitía el diagnóstico de lesiones cariosas oclusales y de las caras libres, pero no para detectar lesiones proximales. Luego, KaVo desarrolló un nuevo dispositivo denominado DIAGNOpen basado en la fluorescencia inducida por luz láser roja, con dos puntas diferentes de fibra de zafiro: una cilíndrica para detectar lesiones en oclusal y caras libres, y otra cónica con bisel que permite la detección de caries proximales (Figs. 4.18 a 4.21) (Lanata, 2008). El rendimiento del diagnóstico de este instrumento es preciso y es mejor que una radiografía tradicional de aleta de mordida o digital.
Figura 4.17.DIAGNOdent (Kavo - Alemania).
Figura 4.18.DIAGNOpen (Kavo - Alemania).
Figura 4.19.Punta cilíndrica de fibra de zafiro del DIAGNOpen, ubicada en oclusal del premolar para detectar la existencia o no de una lesión. Se la coloca en contacto con la “supuesta lesión” y se realizan movimientos en todos los sentidos, como muestra la imagen, recordando que el cono de caries en oclusal tiene en el esmalte su base mayor en el límite amelodentinario.
Figura 4.20.La punta con bisel posibilita la detección de caries en proximal.
Figura 4.21.Punta con bisel (vista desde oclusal).
El que diagnostica es el odontólogo, no el instrumento empleado, sea un explorador, espejo, lupa, radiografía, instrumento o aparatos complementarios. Es a través de los ojos del profesional, su razonamiento, estudio constante (aprender, desaprender y volver a aprender), lo que le dará la posibilidad de realizar un diagnóstico certero; caso contrario, el diagnóstico se convertirá en un juego de azar… acertar o no acertar, si tengo suerte.
La dieta, uno de los determinantes de la caries dental
La caries dental se produce como consecuencia de la desmineralización del esmalte, de la dentina y del cemento (las estructuras mineralizadas de los dientes) debido al aumento de la acidez del microambiente que rodea a la pieza dental. Esta acidez es producto de los ácidos orgánicos formados por un grupo selectivo de bacterias en la biopelícula o biofilm dental, como resultado del metabolismo anaerobio de los azúcares u otros carbohidratos fermentables derivados de la dieta. Esta caída, resultante del pH en la biopelícula dental, aumenta la vulnerabilidad de la hidroxiapatita (apatita) de calcio y la desmineralización ocurre a medida que se pierde calcio de la superficie del diente.
El pH en el que se produce la desmineralización se conoce como “pH crítico” y es de aproximadamente 5.5, 6.0 y 6.5 para el esmalte, la dentina y el cemento, respectivamente. La saliva es una de las defensas naturales, ya que promueve la remineralización; es decir, es capaz de depositar mineral en áreas donde se ha producido la desmineralización del esmalte o de la dentina y está sobresaturada con respecto al calcio y al fosfato a pH=7, lo que favorece la deposición de calcio. En un sentido teórico, ocurrida la desmineralización podría remineralizarse, pero se trata de un proceso lento que compite con los factores que causan la desmineralización.
Entonces, el desarrollo de la caries requiere de la presencia de azúcares y bacterias, pero está influenciado por la susceptibilidad del diente, el perfil bacteriano, la cantidad y calidad de la saliva y el tiempo durante el cual los azúcares/carbohidratos de la dieta se encuentran disponibles para la fermentación bacteriana.
Componentes de la dieta como inductores de caries
Los alimentos constituyen una mezcla química de sustancias orgánicas e inorgánicas que proveen al cuerpo humano de los nutrientes necesarios para el mantenimiento, crecimiento y desarrollo de sus funciones; aunque las formas de preparación de los alimentos provocan efectos profundos sobre su estructura física y química.
Los carbohidratos o azúcares son considerados el pilar de una alimentación equilibrada y saludable. Las grasas poseen un gran valor nutricional por su contenido en ácidos grasos esenciales; no así la grasa saturada que, a pesar de cubrir las necesidades calóricas, su consumo en exceso aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Finalmente, están las proteínas, cuya principal función es sintetizar tejidos, regenerarlos y renovarlos de manera continua, para promover el crecimiento (Fig. 5.1).
Figura 5.1 .Tomado y modificado de: Guías Alimentarias para la Población Argentina , Ministerio de Salud, 2016. Muestra la recomendación acerca de la distribución del consumo de los alimentos por día de acuerdo con los resultados del Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS).
Los principales carbohidratos que forman parte de los alimentos son: monosacáridos (glucosa, fructosa, galactosa), disacáridos (sacarosa: glucosa + fructosa; maltosa: glucosa + glucosa; lactosa: glucosa + galactosa), oligosacáridos (de 3 a 8 moléculas de glucosa) y polisacáridos (almidón).
El término “azúcar” por lo general se refiere a todos los “azúcares dietéticos”, ya sea a aquellos que se “agregan” a los alimentos, o bien a los que se encuentran en ellos de forma “natural” (Cummings y Stephen, 2007). Los azúcares intrínsecos (naturales) forman parte de la composición básica de los alimentos, están presentes dentro de la estructura de los granos, frutas y verduras intactos (fructosa o glucosa en las frutas; la sacarosa en las frutas y también en algunas hortalizas, como la remolacha o las legumbres) y los azúcares de la leche (lactosa: glucosa + galactosa), que están naturalmente presentes en la leche y en los productos lácteos. El término “azúcares agregados” son todos los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos durante la producción, preparación o consumo, incluyendo los jarabes de maíz crudos o manufacturados, jarabes de maíz de alta fructosa, etc., aunque la definición no siempre incluye a la miel y a los jarabes naturales (por ejemplo, jarabe de arce).
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