Estos eran más precisos. Joost Terreblanche había ejercido en la provincia de KwaZulu durante el apartheid, con el grado de coronel, en el 77° batallón: esa unidad reclutaba y entrenaba hombres para operaciones de intervención en los bantustán. Frank Debeer había servido de kitskonstable en el mismo batallón…
Janet Helms rebuscó en los registros, los expedientes y las comisiones. Pronto apareció un nombre en la pantalla. Un nombre siniestro: Wouter Basson.
Wouter Basson (06/07/1959). Cardiólogo y químico. General de brigada y médico particular del presidente Pieter Botha. Inicia su carrera en 1984: temeroso de un ataque bioquímico por parte del bloque comunista, el general Viljoen, responsable de la defensa sudafricana, desarrolla una unidad especial encargada del Chemical and Biological Warfare (CBW) [42]. Nombre en clave: Project Coast.
Wouter Basson recibe la tarea de crear un laboratorio militar en Roodeplaat, un barrio a las afueras de Pretoria. Con la amenaza de Mándela y su programa (una voz, un voto), las autoridades caen en la cuenta de hasta qué punto les es favorable la demografía del país: Basson contrata a doscientos científicos, a los que el Civil Cooperation Bureau (CCB) encomienda la tarea de fabricar armas químicas -azúcar con salmonela, cigarrillos de antraceno, cerveza con talio, chocolate al cianuro, whisky a la colchicina, desodorante con salmonela thyphimurium- con miras a eliminar a los militantes antiapartheid en Sudáfrica, pero también en Mozambique, en Swazilandia, en Namibia… (El número de víctimas se desconoce hasta el momento.) Basson prosigue sus investigaciones ultrasecretas y concibe una molécula mortal, sensible a la melanina que pigmenta la piel de los negros. Estudios sobre la propagación de epidemias entre las poblaciones africanas, esterilización en masa de las mujeres negras a través de los depósitos de agua, etcétera. Pese a la firma de tratados de no proliferación bioquímica y el embargo antiapartheid, Reino Unido, Estados Unidos, Israel, Suiza, Francia, Irak o Libia colaboran en los programas del laboratorio hasta que, en 1990, el nuevo presidente De Klerk detiene la producción de agentes químicos y ordena su destrucción.
En 1993 se desmantela el Project Coast. Las actividades de Basson son objeto de investigaciones internas, pero en mayo de 1995 el gobierno de Mándela lo contrata para trabajar en el Proyecto Transnet, una compañía de transporte e infraestructuras, antes de ser readmitido como cirujano en la unidad médica de las fuerzas armadas.
En 1996, la Comisión Verdad y Reconciliación (CVR), dirigida por Desmond Tutu, investiga las actividades biológicas y químicas de las unidades de seguridad. Basson trata de abandonar Sudáfrica: es detenido en Pretoria con grandes cantidades de éxtasis y documentos oficiales confidenciales. Acusado de fraude fiscal y producción masiva de estupefacientes, Basson es acusado también de cerca de sesenta homicidios, consumados o en grado de tentativa, contra personalidades muy destacadas como Nelson Mándela y el reverendo Franck Chikane, consejero del futuro presidente Mbeki.
1998: Basson, apodado «Doctor Muerte», comparece ante la Comisión. Rechaza solicitar la amnistía. Hay sesenta y siete cargos contra él, entre los cuales posesión y tráfico de estupefacientes, fraude, 229 homicidios o tentativas de homicidio y robo. La acusación presenta 153 testigos, entre ellos, ex agentes de las fuerzas especiales que hablan de oponentes anestesiados o envenenados y arrojados al mar desde aviones. El juicio aún no ha concluido.
1999: el juez-presidente Hartzenberg, hermano del presidente del partido conservador sudafricano que oficiaba bajo el régimen del apartheid, reduce el número de cargos a cuarenta y seis.
2001: Basson presenta su defensa sobre la legalidad de su actividad. Varias figuras militares del apartheid aportan su respaldo, entre ellos el general Viljoen, antiguo jefe del Estado Mayor reconvertido en la política nacionalista afrikáner, y Magnus Malan, fiscal general del Estado cuando ocurrieron los hechos. Desaparecen de manera inesperada tres CD que recopilaban datos sobre los experimentos de Basson.
2002: Basson, que se ha declarado inocente en el juicio más voluminoso de la historia jurídica del país, es absuelto por el juez Hartzenberg.
El Estado sudafricano recurre ante el Tribunal Supremo, que deniega un nuevo juicio. Wouter Basson no será juzgado de nuevo. «Un día oscuro para Sudáfrica», declara Desmond Tutu.
Basson vive en la actualidad en un barrio elegante a las afueras de Pretoria. Ha recuperado su actividad como cardiólogo y ejerce en el hospital universitario de dicha ciudad.
NOTA: Joost Terreblanche, coronel del 77° batallón, participó en Project Coast hasta 1993, fecha de su desmantelamiento; era el encargado de las tareas de transporte del material, mantenimiento y seguridad de los locales donde se realizaban las investigaciones.
Neuman dejó el informe de la agente Helms sobre la mesa y miró a Epkeen. Se habían citado en un bar del Waterfront, el complejo comercial construido en los muelles de la ciudad; a dos pasos de la terraza, un grupo étnico de pacotilla tocaba sin ninguna alegría melodías a la carta para los turistas calzados con sandalias. Neuman no les había dicho por qué prefería quedar ahí y no en la central. Janet había acudido sin hacer preguntas, con sus fichas y su uniforme demasiado estrecho.
– ¿Tú qué opinas?
– Lo mismo que tú, gran jefe -contestó Epkeen-. Nos han dado pistas falsas. -Exhaló el humo de su cigarrillo, sin apartar la vista del documento de la agente de información-. La casa de Muizenberg, el Pinzgauer de la agencia ATD, la cuenta en el extranjero: parece que Terreblanche vuelve a estar en activo.
– Sí. El objetivo de la operación ya no sería el de intoxicar a la juventud como en tiempos del apartheid, sino eliminarla, pura y simplemente: la base de tik para enganchar al consumidor, y el virus para matarlo…
– Basson ya estudió el tema -comentó Brian-. ¿Crees que el cerdo ése está en el ajo?
Al otro lado de la mesa, con la nariz metida en un batido que no era precisamente lo que más le convenía dado su sobrepeso, Janet Helms se hacía la misma pregunta.
– No -dijo Neuman-. Basson está demasiado vigilado. Pero Terreblanche sí está metido en esto. El y sus cómplices.
– ¿Debeer?
– Entre otros.
La foca, que llevaba media hora tumbada al sol en el muelle, se zambulló en el agua, ante la admiración de los curiosos. El camarero le pidió a Epkeen que apagara su cigarrillo (era una terraza para no fumadores), pero éste lo mandó a paseo.
– Vale -resumió-. Supongamos que Terreblanche y sus compinches han fabricado una droga mortal y han utilizado a la banda de Gulethu para venderla por toda la costa. Supongamos que la casa de Muizenberg ha sido su escondite, que la banda estuviera encargada de vigilar los alrededores y que levantaran campamento al acercarnos nosotros, dejando algunos cadáveres en el sótano para alejarnos de la pista verdadera… Supongamos también que Simón y su banda fueran también pequeñas piezas del engranaje: bastaba un poco de tik o de Mandrax para controlarlos. ¿Para qué querrían administrarles a ellos también esa porquería de droga?
– Para limitar su esperanza de vida -dijo Neuman-. El período de incubación del virus es demasiado largo para que pudiéramos encontrarlo en Nicole o en Kate -explicó-, pero el surfista de False Bay y Simón contrajeron el mismo virus hace varias semanas: una cepa de sida, introducida en la droga… Eso significa que todas las personas que consumieron el producto están hoy infectadas. Sin un tratamiento rápido, les quedan sólo unos pocos meses de vida…
– Entonces el objetivo no eran los jóvenes blancos de la costa, sino los chavales del township.
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