Gráfica 2
Tasa de crecimiento anual, 1895-1955
La primera gran caída se debe a la Revolución, y va de 1913 a mediados de 1916, precedida por dos años de perturbaciones. Le siguen once años de recuperación y crecimiento accidentado de 1916 a 1926, para entrar en una etapa depresiva que dura seis años (1927-1932); primero tres de estancamiento (1927-1929) que desembocan en una profunda crisis, en la que se conjugan problemas internos con la gran depresión mundial de 1929, que en México terminó en 1932, antes que en otros países. En 1933 la enérgica reactivación marcó cambios de fondo, la agricultura y la minería son desplazadas con el inicio de la segunda industrialización. 2 También se emprendió un crecimiento intenso y sostenido, desde 1933 hasta mediados de los setenta; tal vez se trata del ciclo de crecimiento más largo que ha tenido el país, sólo perturbado por recesiones en los años 1938, 1947-1948 y 1952-1954. 3 Veamos este desempeño en detalle.
Se sabe, por numerosos indicios, que la actividad económica fue afectada desde 1910 por los conflictos electorales y la persecución de opositores que culminó con el levantamiento maderista. Las perturbaciones prosiguieron en 1911 pero sólo hasta 1913 condujeron al derrumbe de la economía, mismo que se prolongó hasta 1916, con caídas del PIB hasta de 12 % en el peor año, según algunas estimaciones preliminares. 4 La discusión sobre la magnitud de la destrucción que se alcanzó en la Revolución, no se acaba de dirimir, pero lo indudable es que se desquiciaron las relaciones económicas, la red nacional de comercio y la de transportes y comunicaciones; en especial los ferrocarriles fueron usados para el traslado de tropas y control de los territorios ocupados. En 1915, uno de los años más críticos, se había afectado la producción, los mercados, las vías de transporte y comunicaciones mostraban serio deterioro al igual que el precario sistema financiero, toda la economía se deterioró al grado de que se registraron hambrunas en varias regiones del país. La parte más afectada fue la economía monetizada o comercial. 5
Gráfica 3
Tasas de crecimiento promedio anual, 1895-1955
a/Sector primario incluye agricultura, ganadería, forestal y pesca. b/Industria incluye manufacturas.
El crédito externo se canceló ante el desorden prevaleciente y el servicio de la deuda externa se suspendió desde la ruptura revolucionaria; por tres décadas, hasta la segunda guerra mundial no se contó con recursos externos, hasta que se reanudó el pago de la deuda en los años cuarenta. La suspensión de pagos no se dio por falta de voluntad, hubo arreglos y negociaciones sobre cuantía — incluyendo los reclamos por pérdidas durante al Revolución—, plazos y monto del servicio; no obstante las negociaciones y acuerdos, no se podían cumplir y se cancelaban poco después (consúltese cuadro A. 10), lo cual significaba un gran problema por la necesidad de financiamiento externo, y porque las demandas de los acreedores se acompañaban de presiones diplomáticas y de amenazas de intervención militar. De esta manera el problema de la deuda externa coadyuvó a la construcción de la cultura de agravios y confrontaciones con el exterior, que alimentó la aspiración de aislamiento en los años veinte, y del posterior nacionalismo económico.
Las exportaciones fueron particularmente afectadas sobre todo a partir de 1913, 6 por la alteración de las condiciones de producción, transporte, administración y por la incertidumbre empresarial. Tanto así que el estímulo de los mercados mundiales, que incrementaron la demanda de productos primarios, en especial cuando estalló la primera guerra mundial en 1914, resultó insuficiente para compensar el desaliento creado por la situación interna, lo que se mantuvo por varios años. La excepción más importante fue el sector petrolero, que registró mayor inversión, producción y exportaciones.
En todo caso, el total de ventas al exterior sufrió un gran retroceso hasta 1916. 7 Más fuerte aún fue la contracción de las importaciones por la caída de la actividad económica, el deterioro de la relación de precios, la astringencia de medios de pago a causa de la caída del ingreso proveniente de las exportaciones, el atesoramiento y la salida de capitales, auspiciados por la inseguridad prevaleciente, fenómenos que se conjugaron para reducir las importaciones (como lo muestra la gráfica 4) aunque pensamos que también hay un subregistro de las mismas.
Gráfica 4
Exportaciones e importaciones, 1895-1952
No existen datos ni estimaciones sobre la evolución de la demanda interna en esos años, pero abundan evidencias de que la inversión sufrió un gran derrumbe. 8 Toda la industria resultó afectada entre 1913 y 1916, pero la situación fue más grave para la producción de bienes intermedios que para la de consumo final. Por ejemplo, la Fundidora Monterrey dejó de producir hierro y acero de 1914 a 1916, la industria cementera bajó su producción de 60 000 toneladas en 1910 a 10 0 00 toneladas en 1915, apenas producía a 6% de su capacidad instalada. De las 148 fábricas textiles de algodón existentes en 1910, en 1915 sólo 84 continuaban operando. También el consumo fue severamente afectado; hubo hambrunas en diversas regiones en esos años, como resultado de la combinación de menores niveles de producción, desabastos, desempleo, contracción del ingreso familiar y por la gran inflación, propia de una situación de guerra, alimentada por la emisión irrestricta de dinero que hicieron todas las fuerzas militares más importantes y con dominio territorial estable. "Una comparación de los precios en la ciudad de México entre julio de 1914 y julio de 1915, para algunos artículos básicos en la alimentación muestra los siguientes aumentos: maíz, 2 400%; frijol, 2 200%; arroz, 1 420%; azúcar, 940%; harina, 900%. El hambre se extendió considerablemente durante el año de 1915 y muchas personas murieron de inanición..." 9
La recuperación se inició a fines de 1916, y lo hizo prácticamente sobre las bases de la economía porfirista. Un factor central en la reanudación de la actividad económica fue la suscripción del pacto social de la Revolución que culminó con la Constitución de 1917; las negociaciones se iniciaron en 1916 e implicaron la reforma del Plan de Guadalupe para incluir la demanda de reforma agraria. El constitucionalismo se había consolidado como fuerza dominante, y era evidente que su triunfo final sólo era cuestión del tiempo. El reimpulso a la actividad económica se tradujo en el notable aumento de las exportaciones, sobre todo de petróleo, al entrar en explotación numerosos yacimientos de alto rendimiento, a lo que se sumó como estímulo la gran demanda generada por la guerra mundial y el avance impetuoso del transporte automotor. 10 Pero tuvo aún más peso en la reactivación, el estímulo interno de la reconstrucción.
Cabe recordar que en medio de esta renovación de la actividad y del breve auge exportador entre 1916 y 1920 (114% de incremento anual, el más intenso del siglo XX mexicano), se avanzó en la pacificación del país. La Constitución de 1917 creaba nuevas expectativas. El gobierno arrinconó al zapatismo luego del asesinato de Zapata en 1919 y dispersó poco después los restos del villismo. Al asumir la presidencia, Carranza se encontró con escasos recursos y grandes deudas por pagar, incluyendo las indemnizaciones que numerosos propietarios solicitaban, sobre todo inversionistas extranjeros. Para asegurar e incrementar los ingresos, Carranza incautó las reservas en oro de los bancos y consideró oportuno elevar el tributo petrolero e imponer el dominio nacional sobre los recursos, lo que agudizó el conflicto con estas compañías, que culminó dos décadas después con la expropiación. En 1921 terminó el breve auge exportador por el fin de la guerra mundial y el creciente aislamiento y proteccionismo de Estados Unidos. Sin transición empezaron a declinar las exportaciones al ritmo nada moderado de casi 4% anual; a partir de 1927 el desplome sería más agudo (consúltese el cuadro A. 2). La caída de las importaciones fue casi paralela a la pérdida de ingreso por exportaciones, no obstante que la capacidad para importar mejoró entre 1925 y 1926 por la elevación de precios de las exportaciones.
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