R.A.:¿Por qué se supone que el genital está más tiempo cargado narcisísticamente? ¿Es el estadio en el que el autoerotismo se unifica en el genital, lo que determina el pasaje al narcisismo?
K.A.:“En el así llamado por Freud estadio ‘fálico’ de la organización de la libido este último gran paso del desarrollo evidentemente no se hizo. Recién en el estadio más elevado, el que ha de ser descripto como genital este logro se introduce”.
R.A.:Supongo que este logro es la investidura narcisista del genital que no excluye al amor objetal. ¿Y que logre superar al complejo de castración?
K.A.:“Así, el logro del más alto estadio de organización de la libido va mano a mano con la conclusión del acto de desarrollo en el terreno del amor objetal”.
R.A.:Aparece claramente la integración, en el curso del desarrollo, de la meta de la libido con el objeto (el amor objetal). Y pasa a hacer una tabla cotejando el desarrollo de la libido con el amor objetal (invierto el orden en el que lo presentó Abraham, lo hago del menor al mayor desarrollo):
Preambivalente :
I período oral de
succión autoerotismo ↔(sin objeto)
Ambivalente :
II período oral
canibalístico narcisismo ↔(incorporación total del objeto)
III anal sádico
más temprano ↔amor parcial con incorporación
IV anal sádico ulterior ↔amor parcial
V genital temprano
(fálico) ↔amor objetal con exclusión genital
Posambivalente
VI genital ↔amor objetal
Pasa a hablar del desarrollo de las inhibiciones del instinto.
K.A.:“Al estadio más temprano, autoerótico, lo consideramos como aún libre de inhibiciones instintivas, lo que corresponde a la falta de investiduras de objeto propiamente dichas. En el estadio del narcisismo con meta sexual canibalística aparece la angustia como la primera inhibición instintiva comprobable”.
R.A.:La angustia es en sí una descarga, que en todo caso lleva al llanto y no a la inhibición (me refiero al bebé).
K.A.:“La superación del canibalismo está estrechamente vinculada con el surgimiento de los sentimientos de culpa, que aparecen como típicos fenómenos de inhibición en el tercer estadio”.
R.A.:Para Freud, y no recuerdo que haya cambiado, la culpa (junto a la vergüenza y al asco) aparece recién en el período de latencia tras la aparición del Superyó. La inhibición de los impulsos canibalísticos tiene que ver con el amor al objeto y la percepción del daño que produce el morder.
K.A.:“La incorporación de una parte del objeto sigue siendo una meta sexual, hasta que la compasión y el asco desvían a la libido de ese camino de acción. Al amor objetal con exclusión del genital se corresponde como manifestación inhibitoria el sentimiento de vergüenza. En el estadio más elevado del amor de objeto propiamente dicho encontramos finalmente los sentimientos sociales más elevados como reguladores de la vida instintiva”.
R.A.:Parece que Abraham traslada las categorías del período de latencia (que se encuentran en las patologías productos de una regresión) a las distintas etapas del desarrollo sexual infantil en el que las inhibiciones se constituyen como consecuencia de un aprendizaje progresivo del Yo en relación con la realidad; pero con la inclusión del asco, la vergüenza y la culpa introduce en este período la acción del Superyó, el que, para Freud, recién aparece determinando el período de latencia sexual infantil, que es el responsable de la represión de la sexualidad infantil y que tiene por objetivo la represión del Complejo de Edipo, cuya emergencia genera asco, culpa y vergüenza y que sí se manifiestan en la regresión a las diferentes etapas de la sexualidad infantil porque no están aún en su desarrollo. Con esto no le estoy quitando valor a la descripción que hace Abraham de las distintas etapas del desarrollo de la libido y su relación con los objetos, pero las inhibiciones dependen del juicio de realidad en relación a los afectos, en particular al amor por los objetos. Me parece que la inhibición por miedo al castigo o venganza del objeto corresponde más al período de latencia.
K.A.:“En el estadio de ‘amor parcial con incorporación […] el objeto de amor está representado por una parte. La actitud del individuo hacia esa parte (pene, pecho, heces, etc.) es ambivalente, anhelante y rechazante al mismo tiempo. Recién cuando la tendencia a la incorporación es totalmente superada, como según nuestra suposición sucede en el cuarto estadio, aparece una tendencia despectiva hacia esa parte, en su aparición que se observa especialmente ante las heces. Las heces representan en la vida anímica infantil todo lo que no se quiere retener; la persona rechazada con asco está identificada con heces”.
R.A.:Continúo con mi idea que esta descripción es producto de reconstrucciones de análisis de adultos, muchas de cuyas inferencias son el resultado de atribuciones a niños de prelatencia de pensamientos (y sentimientos) adultos expresados regresivamente.
K.A.:“Después, la introducción de heces en la boca como pensamiento es el compendio de todo lo asqueroso”.
R.A.:¿Qué pasaría si a un niño de prelatencia no se le impidiera agarrar sus heces? Algo de esto dice en lo que sigue.
K.A.:“En ciertos estadios de la enfermedad podemos establecer un profundo proceso de regresión en el que el devorar las heces surge nuevamente como meta sexual. Pues en nuestro inconsciente persiste la original valorización de los excrementos”.
Previamente Abraham ha intentado establecer la relación entre enfermedades psiconeuróticas y los estadios de la evolución de la libido. Va a completarla desde dos puntos de vista. “Debemos suponer que en el melancólico la capacidad para amar al objeto está insuficientemente conformada, de modo que en los casos de enfermedad se impone la tendencia a la incorporación canibalística del objeto, lo que coincide con una regresión de la libido del paciente al segundo estado del esquema anterior. En otra forma de enfermedad, los estados paranoicos, la regresión parece detenerse en el estadio de la incorporación parcial (III)”.
En la cleptomanía habría una incorporación oral de una parte del objeto a diferencia de la paranoia en la que habría una incorporación anal.
Establece luego un paralelismo entre los procesos psicológicos del desarrollo y los orgánicos: “una parte crece hacia un todo, un todo original se reduce a una parte, para finalmente retroceder en significación o continúa viviendo en forma rudimentaria”.
R.A.:No lo veo claro pero me parece que este volver al rudimento se refiere a cuando el todo se reduce a una parte.
K.A.:“Hace mucho hemos transferido la ‘ley fundamental biogenética’ del desarrollo orgánico del ser humano al desarrollo psíquico (psicosexual) del mismo. La experiencia diaria confirma al psicoanalista cómo el individuo repite también en el terreno anímico el curso del desarrollo de la especie […] El modelo biológico de ese proceso de desarrollo […] ocurre en la más temprana época embrionaria, mientras que el proceso psicosexual que nos ocupa se extiende por una serie de años de la vida extrauterina, desde los primeros años de la vida hasta la pubertad”.
Continúa diciendo que hay un paralelismo entre el desarrollo psicosexual y el “proceso orgánico del desarrollo en el previo período embrionario”. Luego da varios ejemplos de comparación entre los estadios de desarrollo psicosexual y formas biológicas más elementales…
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