África Vázquez - El cielo entre nosotros

Здесь есть возможность читать онлайн «África Vázquez - El cielo entre nosotros» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El cielo entre nosotros: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El cielo entre nosotros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Alba ha terminado el instituto sin amigos y sin ningún plan para el que tendría que ser el mejor verano de su vida. Noah tiene un asunto que resolver. Los dos coinciden en el valle de Tena, donde vivió el abuelo de Alba, Martín, hasta que la Guerra Civil lo empujó a unirse al maquis, a cruzar la frontera con Francia y a pasar sus últimos años de vida en el campo de exterminio de Auschwitz. Cuando Alba y Noah se conocen, entre libros de historia y viejas fotografías en blanco y negro, ninguno de los dos se imagina lo que el destino les depara. Una historia llena de intriga, secretos familiares y amores que van más allá del tiempo y la muerte. «Tal vez aquella peculiar amistad fuese justo lo que necesitaban los dos. Tal vez aún pudieran cambiar juntos el color del verano».

El cielo entre nosotros — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El cielo entre nosotros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—No seas irrespetuosa, Gabi. —Una voz masculina emergió de lo que parecía un montículo de maletas flotantes que subía por las escaleras. Jordi asomó su cresta rubia por detrás de una mochila y saludó a su prima con un gesto—. La casa es antigua, es normal que la madera cruja a veces. No tiene nada que ver con fantasmas.

—Perdón. —Gabi bajó la mirada con aire compungido. Su hermano mayor dejó todos los bultos en el suelo y se sacudió el polvo de la masa informe de tela de estampado escocés que llevaba puesta. Alba no hubiese sabido decir si era un conjunto de camiseta y pantalón, un peto o una cortina vieja de sus tíos.

—Anda, déjate de historias paranormales y ayúdame con las maletas. Quiero ir a saludar a la abuela, aunque supongo que mamá ya la tendrá secuestrada.

—¡Por supuesto! —Su hermana se dirigió hacia una de las bolsas, la que parecía ser la menos pesada, la agarró por el asa y tiró de ella con todas sus fuerzas. Pero no ocurrió nada.

La expresión consternada de Gabi resultaba tan cómica que Alba tuvo que hacer un esfuerzo por mantenerse seria.

—Tranquila, yo te ayudo.

—No lo entiendo, ¡si estoy superfuerte! —Mientras Alba empezaba a subir las maletas de una en una, Gabi trotaba tras ella exhibiendo un brazo flacucho—. Este año me he apuntado al gimnasio y todo.

—Solo fuiste un día —dijo Jordi mirándola por encima del hombro, con tan mala suerte que chocó contra una columna por ir distraído. Se llevó las manos a la nariz, preguntando con un quejido desde cuándo había una columna en medio del pasillo, y Gabi le contestó que desde el siglo dieciséis por lo menos (aunque, naturalmente, la casa no había sido construida en el siglo dieciséis).

Alba miró a sus primos y, por fin, rio. Hacía tanto tiempo que no reía que le resultó extraño, como si no recordara muy bien cómo se hacía.

Volvió a ponerse seria.

—¿Qué es todo ese ruido? —oyeron gritar a Paloma desde el salón—. ¿Vais a venir o no?

Alba rodeó el hombro de Gabi con el brazo y empujó con cuidado a Jordi hacia la cocina, donde suponía que su abuela tendría un poco de hielo para su nariz magullada. En cuestión de minutos, había dejado de pensar en su abuelo, la Segunda Guerra Mundial y el pasado que dormía tras las puertas de un armario.

—Me alegro de teneros en casa. —Aurora sonrió una vez que todos estuvieron sentados en el salón, Jordi con un trocito de algodón en el orificio derecho de la nariz y una bolsa de guisantes congelados en las manos—. Supongo que estaréis cansados después del viaje —dijo volviéndose hacia los recién llegados.

Alba aprovechó que no la estaba mirando para observarla. Su abuela tenía más de ochenta años y, sin embargo, no recordaba haberla visto envejecer. Siempre había sido como en ese momento: una mujer recia, de pelo blanco y manos callosas, con el rostro surcado por arrugas atemporales. En la ciudad se vestía con la ropa que le compraban sus hijas, pero era llegar al pueblo y recuperar los vestidos de siempre, azules y verdes con lunares blancos, y sus queridas alpargatas. Le gustaba leer novelas, cuidar de las hortensias del jardín y pasear hasta la vieja ermita. No le gustaba sentarse en la puerta de casa ni visitar a las otras mujeres mayores del pueblo. Quizá, por ese motivo, era la única persona que nunca presionaba a Alba para que hiciese vida social.

Y aquello iba a ser todo un alivio ese verano.

—¿Cansados? ¡Qué va! Si solo son un par de horas por carretera. —La tía de Alba palmeó los brazos de uno de los dos sillones orejeros del salón. Aurora ocupaba el otro y Gabi, Jordi y Alba se apretujaban en el viejo sofá tapizado de verde—. Mis chicos aguantan todo lo que les echen.

—Todo menos la música del coche —masculló Jordi.

—¿Tienes algo en contra de Nino Bravo, hijo? —Paloma se cruzó de brazos y no esperó a que Jordi respondiese—: Gabi está deseando salir de marcha con los del pueblo, lleva todo el camino hablando de ello.

—¿Tú tienes planes para esta noche, Jordi? —preguntó Aurora suavemente.

—Puede que vengan a buscarme unos amigos, pero no tengo el cuerpo para mucha fiesta —dijo él—. Estoy cansado y, además, tengo que estudiar.

—¡Mi chico ha suspendido tres asignaturas! ¿Qué te parece, mamá? ¡A punto de empezar tercero de carrera y en ese plan! —Paloma se inclinó hacia su madre con aire dramático—. Y ni siquiera se nos ha echado novia todavía. ¡Con lo guapo que es! ¿Hay alguna chica mona por el pueblo?

—¡Mamá! —protestó Jordi.

—Creo que eso debería decidirlo él, hija mía —atajó Aurora—. Espero que te lo pases muy bien con tus amigos, Gabi.

—Gracias, abuela. Alba también vendrá conmigo, ¿a que sí? —La miró tan esperanzada que la joven se sintió culpable.

—No lo creo, Gabi —dijo en voz baja.

—¿Por qué no? —Su prima hizo un puchero—. ¡Pero si es la noche de San Juan, la más mágica del año! Y ya les he hablado a todos de ti, estoy segura de que les encantarás.

Sí, seguro que les encantaba. Como le encantaba al resto del mundo.

—Quizá otro día. —Alba desvió la mirada y un tenso silencio invadió la habitación.

Desde que tenía memoria, su tía y su prima la habían animado a hacer amigos en el pueblo. «Hacer amigos», como si tuviese cinco años y le bastara con acercarse a cualquier grupo de niños para preguntarles si podía jugar con ellos. Alba siempre les decía que no se aburría en casa de su abuela por el simple hecho de no relacionarse con más gente de su edad, pero un año le habían insistido tanto que había accedido a acompañar a Gabi a la peña. La experiencia había sido tan desastrosa que se había reafirmado en su creencia de que no debía intentar siquiera unirse a los amigos de su prima. Aunque no le importaba saludarlos cuando se cruzaba con ellos en la Plaza Mayor o en la tienda de don Adrián, entre eso y ser su amiga había un gran trecho.

Y más ahora que la palabra «amistad» se había vaciado de contenido para ella. Ya no significaba nada.

Gabi no insistió, quizá porque su abuela la estaba mirando fijamente desde el sillón orejero. Paloma y ella se marcharon y la tranquilidad volvió al viejo caserón: Jordi se metió en su dormitorio y Aurora se puso a ordenar sus labores. Su habilidad como costurera le había resultado muy útil para fabricar o arreglar su ropa cuando no tenía la opción de comprarla. De vez en cuando, Alba le echaba un vistazo al baúl que había en el desván, donde aún guardaba los primeros trajes que les había confeccionado a Paloma y Pilar.

Lo que Alba nunca había visto eran las ropas de su abuelo Martín. Sospechaba que su abuela podía habérselas prestado a los maquis que habían pasado por su casa en la posguerra. Aurora era una mujer práctica, por lo que a Alba no le hubiese extrañado que se desprendiera de los recuerdos de su esposo para ayudar a alguien que lo necesitaba. Aun así, jamás se lo había preguntado. Las dos hablaban de aquellos tiempos sin reparos, mucho más de lo que Aurora había hablado del tema con sus hijas; sin embargo, había algunos temas que Alba no se atrevía a tocar. No quería entristecer a su abuela.

Decidió aprovechar aquella momentánea paz para volver al despacho. Las baldosas se movieron bajo sus pies y no pudo evitar pensar en los fantasmas que hacían «¡Uhhh!» de su prima. Los suyos le parecían mucho más reales.

Giró la llave muy despacio y abrió la puerta.

—¡Alba! —La voz de su abuela la sobresaltó. Dio media vuelta y fue corriendo a la cocina.

—Qué rapidez —dijo Aurora al verla llegar—. Siento haberte interrumpido, pero acabo de acordarme de que tenía que comprar huevos para la cena. ¿Me harías el favor de ir un momento a la tienda de don Adrián?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El cielo entre nosotros»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El cielo entre nosotros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El cielo entre nosotros»

Обсуждение, отзывы о книге «El cielo entre nosotros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x