Sergio Zurita - Aquí asaltan

Здесь есть возможность читать онлайн «Sergio Zurita - Aquí asaltan» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Aquí asaltan: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Aquí asaltan»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Canciones de rock & roll, una afición antigua por los cómics, una avalancha de juguete, Bruce Springsteen y una instructora de baile son algunos de los objetos y personajes que conforman las viñetas, los relatos, las estampas a través de los cuales
Sergio Zurita se narra a sí mismo, a sus afectos y sus recuerdos. Esta compilación de textos breves, que atraviesa la frontera de la ficción y se interna en la realidad va de la autobiografía al testimonio, construye un retrato íntimo donde se reúnen los anhelos infantiles, la curiosidad adolescente y la cruda madurez de la vida.

Aquí asaltan — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Aquí asaltan», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Con el fin de la secundaria se presentó la oportunidad de ir a estudiar al extranjero por un año. Su padre no era estúpido, sabía que ella no era feliz, pero era muy buena hija y muy buena estudiante, así que arregló todo para ver si ella encontraba alegría en algún otro lugar del planeta. Entre las opciones, eligió la más lejana a México: Estrasburgo, capital de Alsacia, esa tierra que según el orden geopolítico es Francia, pero cuya cercanía con Alemania y Suiza la volvían, en lo concreto, un mundo aparte.

Los alsacianos son guapos, fue lo primero que pensó al instalarse en casa de una familia amabilísima que le daría asilo durante todo el año escolar. Ella sabía que Alsacia había sido motivo de disputa entre los franceses y los alemanes durante mucho tiempo, y cuando llegó entendió por qué: todo era bellísimo. Una belleza por la que valía la pena matar o morir. Helena, la de Troya, también pudo haberse llamado Alsacia, pensó ella, intoxicada por entender, de un golpe, lo que significaban expresiones como patriotismo y amor al terruño. Un terruño que, después de tanta sangre derramada, devino en un símbolo de paz.

Paz era precisamente lo que sentía ella cuando la brisa del Rin acariciaba sus hombros. Pero el fin de semana previo a que comenzaran las clases, la paz se acabó y en su lugar llegó Achille. Era el hijo único de la familia. De su familia. A los pocos días había aprendido a querer a Chloé y Abélard más que a sus padres mexicanos. Así lo decía en su cabeza: mis padres mexicanos, porque le parecía deshonesto pensar en Rafael y Maricarmen como sus padres verdaderos .

Achille era demasiado grande para ella. Tenía veinte años y ella apenas quince. Esto parecía causarle gran descontento a Chloé, porque en aquella muchacha mexicana tan amable, tan callada, tan hacendosa, se hallaba la respuesta a todas sus plegarias. Pero cinco años en aquel momento eran toda una vida y Achille, como siempre, parecía no estar interesado.

No es que la despreciara. Al contrario. La trataba extremadamente bien. De hecho, era la única persona con quien se portaba amable. Sostenían pláticas intensas, compartían los mismos intereses, ella se quedaba boquiabierta escuchándolo hablar acerca de la deuda moral que Europa tenía con los países de África y América Latina. En esa casa donde el sol parecía una piedra preciosa, nada le parecía más romántico que la defensa del proletariado y los sueños de igualdad que con tanta pasión describía Achille.

Los ojos verdes del Adonis alsaciano parecían acuarelas de Monet cuando hablaba de los obreros, de los campesinos, de los horrores del capitalismo. En aquellos momentos, la conexión entre ambos era innegable. Ella podía sentir cómo la amaba, casi podía tocar el amor de Achille. Pero el fulgor de su mirada se apagaba cuando la conversación se tornaba cotidiana. Era como si hablar del clima o de la sazón de un guiso le provocara una especie de melancolía que sólo lo hacía ver más hermoso. Como un príncipe decimonónico invadido por el spleen , incapaz de moverse para besar a una joven muerta de amor por él.

Pero ella no soñaba ni siquiera con un beso. Se habría conformado con una caricia mínima, un abrazo fraternal, una palmada en el hombro. Pero nada. Achille no le ponía un dedo encima. Le sonreía ampliamente cuando regresaba de la escuela y él apenas estaba despertando. La sonrisa estaba llena de dulzura que ella podía ver, pero no probar. Le preguntó a Chloé si el joven había tenido novia alguna vez y ella le respondió que no, pero le aclaró que un par de veces había tenido que prestarle dinero a su hijo (a escondidas de Abélard) para interrumpir embarazos de sus enamoradas.

Pese a lo que había aprendido en la clase de Física ese año, en el mundo real el tiempo sólo iba hacia adelante y su estancia en Estrasburgo estaba a punto de acabarse. Tal vez Achille le daría un beso en su último día en Alsacia, antes de regresar a la realidad nacional. O tal vez no haría nada. Las dos posibilidades le parecían insoportables. Lo ideal era no regresar a México y esperar a que ella se hiciera más mujer y Achille se mantuviera exactamente como estaba, hasta que fueran la pareja perfecta.

Después de varias sesiones de llanto estremecedor en el teléfono, pudo convencer a sus padres mexicanos de quedarse dos años más para concluir el liceo y hacer el baccalauréat . Chloé y Abélard estaban felices con la idea. Tú te puedes quedar aquí toda la vida, le dijeron. Y lo hubiera hecho, pero Achille no hizo nada durante el siguiente año ni tampoco en el que vino después. Sólo hablaba. Hablaba con arrebato hasta que la hacía sentir como Estrasburgo, con un río atravesándole el cuerpo.

Para no pensar en él se iba todas las tardes a la biblioteca a leer La cartuja de Parma de Stendhal (cuya lectura era indispensable para el bac ). Y en una de esas tardes conoció a un noruego llamado Eberg, muy serio, atlético, responsable y callado. Muy callado y firme, como el mástil de un barco que, incluso en las peores tempestades, jamás se hubiera hundido.

Se casaron un año después en Oslo. ¿Qué caso tenía hacer la boda en México, si no tenía amigos ni quería a sus parientes? Rafael y Maricarmen asistieron, por supuesto, a la ceremonia. Ambos lloraron. Eberg también. Ella no. Mientras bailaban un vals en la boda, Rafael le dijo que ahí había vivido el dramaturgo mexicano Rodolfo Usigli. Le contó que unos amigos fueron a visitarlo y el día que se despidieron él les dijo: «Bueno, yo aquí me quedo, en mi osledad ». Ella entendió perfectamente lo que su padre le estaba diciendo y respondió diciéndole que los estremecedores cuadros de Edvard Munch retrataban la vida en Oslo « El Grito también, al fondo se ve el fiordo, parece lava en vez de agua, papá».

El salto del impresionismo de Monet en los ojos de Achille al expresionismo de Oslo no parecía asustarla. Era como si la primavera y el verano de su vida hubieran acabado y ella entrara, con resignación, de regreso al invierno donde todo comenzó. Noruega era otro planeta. Tenía sueños en los que ella y Eberg eran la primera pareja en la luna. Y luego, cuando nació la pequeña Nora, también la soñaba en la luna, pero con el presentimiento de que era un bebé alienígena que un día acabaría por matarla.

La invención de las redes sociales hizo que la osledad se hiciera más soportable. Y fue ahí donde Alsacia volvió a aparecer. Chloé y Abélard le dijeron que iban a cumplir cincuenta años de casados y le suplicaron que asistiera. Eberg no se opuso y Nora dejó de llorar bajo la promesa de que su mami regresaría en unos días.

Estrasburgo no había cambiado, pero Achille sí. Era como si ella de verdad se hubiera ido a vivir al espacio unos años y, al regresar, en la tierra hubieran pasado décadas. Se veía viejo. El verde de sus ojos era distinto, ya no brillaba como antes y ella se tranquilizó al sentir que su amor por él se disolvía. Él la abrazó por primera vez durante un instante larguísimo y luego le dijo que había escrito una novela y le pidió que la leyera.

Se dio a la tarea en cuanto estuvo a solas. Ella lo amaba, sí, pero no tanto como para perder la objetividad. Era una lectora voraz, había leído toda la Comedia humana de Balzac, todo Flaubert, Tolstoi, Chéjov, Shakespeare, Hugo, Faulkner. Y en esa primera noche de vuelta en Alsacia, descubrió que Achille era uno de ellos. Toda aquella pasión seguía viva en la novela que acababa de leer. Era como una radiografía del ser humano, llena de compasión y tristeza. Una obra maestra.

Se lo dijo. Él le sonrió con la dulzura de antaño y la llama revivió. Esta vez no lo iba a dejar escapar, así que tomó su rostro con ambas manos y lo besó con furia. Para su sorpresa, Achille correspondió el beso. Aquella segunda noche en Alsacia fue la noche con la que siempre había soñado. Oyó todo lo que siempre había querido oír. Sintió todo lo que había deseado sentir. Y él parecía desearla con la misma magnitud. Ella había oído que era posible, en el encuentro carnal, fundirse con el otro hasta ser uno solo. Esa noche con Achille comprobó que era totalmente cierto. En el colmo del éxtasis vinieron a su mente un mar y un cielo volviéndose horizonte.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Aquí asaltan»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Aquí asaltan» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Aquí asaltan»

Обсуждение, отзывы о книге «Aquí asaltan» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x