A esta altura es importante destacar el papel de la subjetivación de la castración materna por su relieve, asimismo en la elección del sujeto trans infantil. La castración, operación simbólica que incluye al sujeto en el lenguaje, tiene como operador a la privación que recae sobre la madre, y que puede ser aceptada o no por el niño. Se trata de la “insondable decisión del ser”, (4) de un consentimiento que se da o no a la inscripción de la castración. No se nace niño o niña, no es del orden de un determinismo anatómico sino de un devenir.
El sujeto trans se autopercibe con un cuerpo distinto al que le otorga su sexo biológico. Autopercepción que va acompañada de una certeza sin vacilaciones: “yo no soy nene”, “soy nena” o viceversa. Yo nena, yo princesa , dice Luana. (5) El sujeto trans masculino, en la subjetivación de la castración, confunde el pene con el falo oponiéndose a ser representado por éste, inscribiéndose a nivel de lo real como ser sexual y entonces desprotegido del género.
Es por este sesgo que el psicoanálisis difiere de los otros discursos en la consideración de los niños trans . “Tengo una identidad por lo cual me parezco a los otros”, pero también… “tengo mi diferencia”. Al mismo tiempo que me encuentro en el Otro por mi rasgo de serialidad… me distingo en tanto je de lo que soy como moi : “Uno entre otros”. (6) Esto conduce nuevamente al momento antes destacado donde se juega la relación del niño con el goce femenino y la elección trans, porque es también el tiempo en el que el niño está entre el enunciado y la enunciación, lo que es clave en el psicoanálisis con niños. Delicado momento hasta que el niño llega a la enunciación que es la subjetivación del lenguaje… “Es un proceso de apropiación …de cierta relación con el mundo”. Antes de la misma…“la lengua no es más que la posibilidad de la lengua”. (7)
Otro punto también vinculado al alto grado de permeabilidad del niño es el impacto que tienen las palabras sobre él, siendo por lo tanto de gran importancia el discurso de los padres en el tratamiento con los niños.
Siguiendo este hilo, hago unas observaciones sobre el discurso de una madre dirigido a su hija: Luana, en un libro (8) en el que al no tener un trabajo de edición es posible seguir el sujeto de la enunciación. En tono epistolar la madre le habla a la hija. El sujeto de la enunciación que sostiene el enunciado es la madre que habla en segunda persona: “Hoy mamá empieza a escribir lo que recuerda…”. A veces es mamá y a veces es yo: “Noté (yo) que eras muy sensible”. “Nacieron mis mellizos”. Un sujeto de la enunciación que ya no sabe quién es, su propio lugar de la enunciación es muy confuso. Un punto de vista que se amalgama, y que no se decide.
Lacan, J., El Seminario, Libro 5, Las formaciones del inconsciente , Paidós, Buenos Aires, 1999.
Lacan, J., El Seminario, Libro 6, El deseo y su interpretación , Paidós, Buenos Aires, 2014.
Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aún , Paidós, Buenos Aires, 1981.
Lacan, J., El Seminario, Libro 19, …o peor , Paidós, Buenos Aires, 2012.
Lacan, J., El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante , Paidós, Buenos Aires, 2009.
Marchesini, A. y otros, “El trans sexual”, Revista Virtualia 34, marzo 2018.
Mansilla, G., Yo nena, yo princesa , Ed.UNSG, Buenos Aires, 2014.
*- Liliana Oteo, es miembro del CID Jujuy.
1- Borges, J. L., “La muralla y los libros”, Otras inquisiciones , Emecé, Buenos Aires, 1974.
2- Lacan, J., “Ideas directrices para un congreso sobre la sexualidad femenina”, Escritos I , Siglo XXI, Buenos Aires, 1978.
3- Stiglitz, G., “Entrevista a E. Laurent”, Rayuela , Revista virtual, 2017.
4- Lacan, J., La causalidad psíquica , Homo Sapiens, Buenos Aires, 1978.
5- Luana-Lulu. Primera niña legalmente transgénero del mundo.
6- Miller, J.-A., Los signos del goce , Paidós, Buenos Aires, 1998.
7- Benveniste, E., Problemas de lingüística general II , Siglo XXI, Buenos Aires, 1997.
8- Mansilla, G., Yo nena, yo princesa , Ed. UNSG, Buenos Aires, 2014.
FORMAS DEL OBJETO
Lo universal y lo singular: algunas puntuaciones sobre la ciencia y el psicoanálisis Daniela Villalba (*)
Introducción
En este trabajo nos proponemos debatir las categorías de lo universal y lo singular para, a partir de allí, pensar la coyuntura de nuestra civilización actual tomando como puntos de referencia la ciencia y lo femenino. Desde allí intentaremos esbozar algunas conclusiones posibles.
Lo universal y lo singular en la ciencia
Las categorías de universal y singular son y fueron objeto de debates. Ambas son categorías tanto lógicas como ontológicas. En el sentido de la lógica, se emplean para hablar de proposiciones que están definidas por la cantidad de elementos que se señalan. De este modo podemos decir que los enunciados singulares se refieren “a un solo objeto”, a diferencia de los enunciados universales que se refieren “a todos los objetos de una especie o conjunto”, la categoría de lo particular se define como las proposiciones que se refieren “a algunos objetos”. A este ternario delimitado es necesario agregar su sentido ontológico, que constituye uno de los problemas y debates tanto para la ciencia como para la filosofía. La problemática en este sentido se suscita en relación al tema del existente, lo que hay.
La ciencia tiene como objetivo la producción de universales, y la investigación científica puede definirse como el proceso de construcción de universales que designan y permiten explicar lo que se conoce como existente. Así cuando emerge un caso que se aparta de los universales conocidos, algo del orden de lo singular, la ciencia tomará dos vías a partir de la investigación; o incluir este singular en los universales conocidos, o bien construir un nuevo universal a partir del singular en cuestión. Vemos así que en el horizonte de la ciencia está el ideal del para todos de los universales.
Ciencia y feminidad: una lectura de nuestra época
Si la ciencia apunta a lograr con sus teorías leyes universales que comprendan el “para todos”, ¿cómo podemos vincular este empeño por la homogenización con las coyunturas actuales de nuestra civilización?
Marie-Hélène Brousse advierte que para situarnos es necesario partir del discurso del amo contemporáneo, y para demarcar nuestra época sitúa el lugar de la referencia como marco de lectura: en la era del padre la imagen del cuerpo y de los órganos genitales se integraba al sistema de parentalidad regido por el significante amo, que era justamente el padre. En la actualidad esta referencia al padre es sustituida por la propuesta de las teorías de género, que ponen en cuestión a la imagen del cuerpo introduciendo la noción de identidades sexuales elegidas libremente, cuya consecuencia es el estallido de lo binario en lo múltiple. Lo que define la posición sexual es una convicción de que no depende ya del Otro sino del ego. Como consecuencia la particularidad retorna en lo universal bajo la forma de las segregaciones múltiples.
En este escenario, la ciencia aporta un punto de fuga que barre con el poder de la imagen del cuerpo y la primacía del padre como referencia en la sexualidad, y así la reproducción por ejemplo, ya no se encuentra a nivel del cuerpo especular y el parentesco, sino a nivel celular.
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