La pregunta por la posibilidad de educar la sexualidad es un tema que interesa y preocupa a las instituciones educativas. Es un tema actual y también un tema antiguo, cada cultura fue inventando un modo de abordar la cuestión, o también de callar, de negar, de desconocer, que son otros modos de hacer con eso. Hoy, ¿cuáles son los ritos del pasaje? Si los hay, ¿mantienen todavía su eficacia simbólica?, ¿qué se les dice a los niños y niñas de hoy, cómo hacerse hombre, cómo hacerse padre, que no es lo mismo, cómo hacerse mujer o madre, que tampoco es lo mismo?
Hoy afligen a las instituciones casos donde lo sexual irrumpe, conmoviendo a la opinión pública. Para algunos funcionarios públicos, lo que ha aumentado no son los hechos, sino que el estado, al tener más instancias jurídicas que faciliten las denuncias, dicen que éstas se incrementaron. Los medios de comunicación insisten en afirmar, basándose en datos estadísticos, que los delitos sexuales sí han aumentado. Pero también podemos pensar que este incremento se debe a que la vida en sociedad se ha vuelto light : las normas o leyes que imponen un límite a los propios impulsos del ser humano se han debilitado, se puede pasar al acto con facilidad.
Introducimos pues en este debate, el malestar que despiertan episodios cotidianos que ocurren en el ámbito escolar: preguntas inesperadas, embarazos adolescentes, niños identificados a rasgos opuestos a los típicos de su sexo, juegos sexuales que ocurren en los recreos, en los baños o incluso en las aulas. También las situaciones de abuso (cada vez más comentan las chicas estas escenas). Hay un permitido de hablar de esto y además hay unas pautas con las cuales la cual la escuela debe cumplir, un deber en función de la ley con respecto a la cual está obligada a denunciar frente a estos acontecimientos, ¿qué responsabilidad le toca a la educación? ¿Es posible la prevención? ¿De qué hay que prevenir a los adolescentes, del desencuentro estructural con el objeto de satisfacción? No hay nada normal en la sexualidad. Y el tema es cómo vivir con el malestar y eso no es transmisible, hay un saber imposible de trasmitir sobre la sexualidad, ¿cómo vivir con eso? ¿Por qué la escuela se ve implicada en este problema?
Desde el psicoanálisis sostenemos que la sexualidad no es educable en términos pedagógicos. La sexualidad va más allá de lo conciente, lo racional; es lo que nosotros llamamos la libido, la pulsión o el goce. Diferentes términos que intentan cernir lo menos aprehensible del ser humano. Decimos intentan, porque nombrarla no agota su empuje, siempre se escapa a la posibilidad de simbolizarla, de civilizarla.
La orientación es la pregunta de cómo precipitan en las instituciones (educativas), las operaciones o mandatos sociales, como por ejemplo, las leyes de “Educación Sexual Integral” y la de “Identidad de Género”; dos mandatos sociales que tocan uno de los resortes estructurales de la constitución subjetiva. Ver cómo inciden y resuenan en el campo de las prácticas educativas
Tomemos las adolescencias, para elucidar qué hace la escuela con ellas. Stevens define a la adolescencia como “la edad de todos los posibles y del reencuentro con un imposible […] Los fantasmas que funcionaban dando algún tipo de respuesta ahora le resultan insuficientes al sujeto. Los posibles que hasta ahora daban respuesta son cuestionados, son abiertos y esto enfrenta al adolescente al “reencuentro con el “imposible”. Es decir, aquello que hasta ahora no se cuestionaba, se presenta como interrogante y por consiguiente con el imposible de la respuesta. “La adolescencia, la edad de una gran variedad de respuestas posibles a este imposible que es el surgimiento de un real propio de la pubertad. La cuestión es, para finalizar, ¿cómo acompañar a los adolescentes en tal escenario a construirse un vínculo plausible con la sexualidad, con el abismo que es la sexualidad, con el amor y lo que no acaba de velar, con la vida, en definitiva? ¿Cómo acompañarlos a realizar sus duelos en una época que no favorece las narrativas y que promociona lo anestésico, en sus distintas variantes?
Este acompañamiento requiere de una apuesta, intentar la conversación, en tanto que la mediación de la palabra introduce el lazo y da lugar a la emergencia del amor.
La apuesta es promover el gusto por las palabras y no tanto de rellenar el vacío que conlleva su condición de adolescentes, el sexo y el amor, en nombre por ejemplo de la seguridad.
Qué posibilidades en la escuela de tramitar esos ideales de bienestar, de higienismo, sus prédicas de un ser en relación a lo patológico, cuando los sujetos, todos, en realidad no encuadran en la universalización o uniformización; quizá ese sea el desafío, que plantea en un punto la ley de ESI, la aceptación del uno por uno.
Liberari, P. y Gregoret, B., “La sexualidad en el campo educativo. Tropiezos”, Diálogos pedagógicos , Año v, N°9, Abril 2000
Boureneu, M.; Beauvais, A.-M. y otros, “Laboratorio: la apuesta de la conversación”, en Memorias de la Jornada del Centro Interdisciplinario de estudios sobre el niño (CIEN), Buenos Aires, 2001.
Lacan, J., La familia , Argonauta, Buenos Aires, 1992.
Lacan, J., El Seminario, Libro 10, La angustia , Paidós, Buenos Aires, 2015.
Lacan, J., “Televisión”, Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión , Anagrama, Barcelona, 1977, p. 39.
Laurent, É., “La nueva mirada social de Lacan”. Publicación virtual Emerolica, 2005.
Spurrier, P., “El niño, sus síntomas y el psicoanálisis”, seminario inédito, Bogotá Colombia, 2000.
Castro, M. P. y otros, “Adolescencia y época”, Revista Consecuencias N°6, junio 2011.
Desafíos en las Escuelas II. La excepción en las prácticas institucionales con niños y adolescentes , Grama ediciones, Buenos Aires, 2016.
Tizio, H., Reinventar el vínculo educativo: aportaciones de la Pedagogía Social y del Psicoanálisis , Gedisa, Barcelona, 2005.
Cottet, S., “El sexo débil de los adolescentes: sexo máquina y mitología del corazón”, Varité, Setiembre 2012
*- Marcela Hessling, es miembro del CID Salta.
Una niñatrans , una “elección preferencial” Ana Rosa Cóncaro (*)
La pregunta que me surgió a partir del video de Tiziana fue: ¿qué es lo diferente en Tiziana de otro niño o niña? Y quizás sea la pregunta de los autores del video, y de la propia madre de Tiziana, que la llevó a realizar de la infancia de su hijo/a una cuestión pública, una causa de defensa universalizante, defender el colectivo de la infancia trans .
Niño es un significante que no tiene ninguna realidad más que articulado a otros en un discurso. Decir que es un niño, dependerá del lugar que ocupe en un discurso, en tanto que estos son los que regulan los lazos entre los sujetos y su goce. Justamente in-fancia, quiere decir “el sujeto que no habla”, el que no toma la palabra propia, es hablado.
Freud en 1920, en “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”, resume las tres variables que se conjugan en la sexualidad humana: los caracteres sexuales somáticos, los caracteres sexuales psíquicos, hoy el género, y la elección del objeto. Lo que me interrogó quizás, sea que los rasgos sexuales somáticos, o sea el sexo asignado al nacer, no coincida con los caracteres psíquicos de Tiziana. Ya lo anticipaba Freud que estos tres caracteres varían con cierta independencia unos de otros y que en cada individuo aparecen diversamente combinados, dando una graduación amplia de combinaciones que nos permitiría decir que hay tantas sexualidades como rostros humanos.
Читать дальше