Cuerpo sexuado no es lo mismo entonces que identidad sexual, y aún así un cuerpo sexuado podría aspirar a una identidad sexual, podría ser su horizonte; lo interesante es pensar cómo podríamos arribar a ese horizonte.
En la ley de identidad de género somos libres de elegir, y en algún punto es así, porque si suponemos desde el psicoanálisis que la anatomía no es el destino, si pensamos al destino como algo prefijado de antemano desde lo biológico anatómico natural, entonces una elección puede modificar un destino, que el sujeto siga un rumbo más ligado a su goce y luego, por qué no, a su deseo; somos entonces una pluma al viento y no un destino prefijado.
El tema a reflexionar es el de la libertad, y de qué tipo de elección estamos hablando.
Desde la ley uno es libre de elegir de manera conciente su identidad sexual; pero sin embargo, desconfiamos de la elección del yo. No hay duda que una identidad sexual se puede elegir, sin embargo no es seguro que el yo pueda elegir bien.
Existe otro tipo de elección, la elección inconsciente, ya que la libertad de elegir es del inconsciente, hay que liberarlo y no reprimirlo, para que nos indique cuál es la elección; por eso la idea es que no elegimos el sexo, sino que el sexo nos elige, y el ser elegidos por el sexo implica un derrotero largo, traumático, siempre muy difícil de simbolizar para todos, y que a lo sumo finalmente se lo asume.
Aun así hay que estar advertidos, en tanto la identidad no agota el ser de cada uno y menos aún el ser sexual de cada uno, en tanto al ser tan versátil, polimorfa y cambiante, la sexualidad rebasa a la identidad, la excede.
De ahí la recomendación: con suerte accederemos a una identidad corta, como el lecho de Procusto, nunca va a encajar del todo con el ser de goce de cada uno.
Con esta presentación ustedes tienen el marco de las XIV Jornadas Regionales de los CID del NOA del IOM2 - 2018; en las páginas siguientes hasta el final encontrarán el contenido, un verdadero trabajo epistémico y clínico alrededor de un tema tan difícil, desconocido y actual; este libro es el fiel reflejo de un intenso trabajo de jornadas de intercambio entre colegas, transferencia de trabajo y affectio societatis .
*- Manuel Zlotnik es AP de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Director del CID-Jujuy.
1- Miller, J.-A., La fuga del sentido , Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 163.
Estas Jornadas están orientadas a pensar desde el psicoanálisis a lasexualidad en el siglo XXI, siglo en lo que todo parece posible de ser elegido y el cuerpo es considerado un envase dispuesto a cambiarse por otro. La sexualidad lleva la impronta de cada siglo, y el cuerpo es también deudor de cada civilización. El siglo XIX tuvo en la biología una de sus grandes marcas que no fueron ajenas a Freud quien consideró que la anatomía es un destino. Bichat la creó como ciencia, cuando la botánica y la zoología la precedieron, Lavoisier y otros científicos dieron desarrollo a la física y a la química, y los naturalistas a la mutación en las especies. Si bien el siglo XX dio lugar a descubrimientos sin precedentes como la estructura del ADN entre otros descubrimientos, la impronta cultural tuvo un peso inusitado en la historia. Al promediar su reinado surgieron las teorías de género que plantean que la orientación sexual de una persona y su identidad o género son el producto de una construcción social. Así podemos decir que el siglo XX se presentó como una contraposición entre los planteos que consideran que la sexualidad está determinada biológicamente, y entre aquellos que sostienen que se trata de una construcción cultural variable de época en época.
El siglo actual ha hecho fenecer tal oposición ya que la ciencia se ha puesto al servicio de tal relativismo así como el derecho. Si las teorías de género afirman que no existen papeles inscriptos en la naturaleza humana y que el sexo queda liberado a la propia elección, la ciencia con sus técnicas apoyará tal supuesto. Y: ¿qué dice el psicoanálisis? Hay quienes pregonan que este es el término al que el psicoanálisis le ha dado suprema importancia y es por haber nacido en la época victoriana, ya perimida. Antes era objeto de represión, hoy de liberación. Tal concepción ignora que el hallazgo freudiano no es el de la sexualidad, ya antes considerada por la sexología sino el de su carácter ajeno al yo, su esencia díscola, excesiva, inapropiada no absorbible e imposible de satisfacer plenamente más allá de las épocas. Si la sexualidad ya nace en la infancia, y no se limita entonces a la genitalidad, ello dice también que surge cuando el sujeto no puede tramitarla psíquicamente, cuando no está preparado y esa marca inicial la sella para siempre. Dice Freud: “Creo, por extraño que suene, habría que ocuparse de que haya algo en la naturaleza de la pulsión sexual misma desfavorable al logro de una satisfacción plena” En este sentido no hay liberación sexual ya que nada libera a la sexualidad de este destino. Si Freud hablaba de su cultura en términos de represión, hoy podemos caracterizar la nuestra, a modo de Lacan, como de forclusión o rechazo ya que lo que se rechaza es este principio. Todo parece posible en términos de sexualidad y nada, en términos de economía. Las ofertas de consumo en este campo arrastran a los sujetos al sin límite: hay que experimentar nuevos placeres, incursionar en ámbitos no conocidos, vivir intensamente, explorar, no detenerse. La sujeción a lo que “debe hacerse” pone en cuestión a la ilusión de libertad que acompaña a la idea de que ya no hay restricciones. Lacan advirtió que la muerte de Dios deja al hombre expuesto a la orden de otro poder, revelado en los imperativos que lo sujetan. Ello se explica si tenemos en cuenta que el superyó de la época actual no deja de ordenar… gozar, y esa orden que se declama universal atenta contra los placeres singulares no regidos por tales imposiciones. Cuando las figuras que encarnan la autoridad entran en crisis, el sujeto se ve bombardeado en todo momento por ofertas continuas para que se pronuncie sobre lo que quiere. El peso de la elección parece estar en nosotros, pero ella es puro simulacro ya que, donde creemos ser libres, la dominación del Otro es más completa. Tanto más importante el psicoanálisis como camino al encuentro con nuestra real singularidad. El tema nos llevará a dilucidar qué sostiene el psicoanálisis acerca de la elección ya que tanto Freud como Lacan la ubican en torno a la elección de objeto como a la elección del sexo. Tal elección, a diferencia de la que generalmente se pregona es inconsciente y el goce la torna incalculable. Seguramente el tema de la elección nos llevará al tema de la libertad y San Agustín, Erasmo Lutero y Kierkegaard se harán oír ya que sus voces no fueron ajenas a Lacan.
*- Silvia Ons es AME de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Directora del CID Jujuy (Saliente).
APERTURA La infancia: tiempo de elecciones Andrea Blasco (*)
“Es la relación con lo real del goce lo que permite inscribir como ser sexual más allá de los engaños, de los velos que el ser hablante del género implica”. J.-A. Miller (1)
“Hoy la elección se volvió un valor en sí mismo, el valor supremo del individuo consumidor… Cada uno de ahora en más hace su elección.… Sabemos que el mundo en que vivimos y viviremos estará animado por el frenesí de la elección que se extiende hoy hasta la elección del sexo… Es la dinámica herética del mundo contemporáneo, debemos adherir a ello ?”. J.-A. Miller (2)
Luego de una breve referencia a algunos rasgos de nuestra contemporaneidad que signan la sexualidad en el siglo XXI, me detendré en el término “elección”, para abrir estas Jornadas hacia el trabajo propuesto en cada una de las mesas que la componen, hasta la conferencia final sobre “La elección del sexo” a cargo de Silvia Ons.
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