DINAMISMO INTELECTUAL
La cronología indica que se está preparando una competición entre los dos partidos. El socialista intenta renovarse y el comunista ya está en orden de marcha pero con un tema pendiente: la resolución, lo antes posible, de la cuestión de la titularidad de la Secretaría General. El dinamismo comunista se traduce en un aumento de las altas, en todos los medios sociales considerados como antimonopolistas. La cifra está en constante aumento desde el año 1967, pasa de 288.414 a 540.565 en 1974. 43Las revistas teóricas del partido publican. A pesar de la desaparición del semanal fundado por Louis Aragon, Les Lettres Françaises (1972), y de Démocratie Nouvelle , revista dedicada a temas internacionales (1969), como sanción a su actitud frente a la invasión soviética de Checoslovaquia, las demás revistas, mejor controladas, siguen publicando. Économie & Politique propone un balance de lo que el PCF considera como el principio de una crisis en un dosier preparado por el economista Paul Boccara publicado entre diciembre y marzo. 44Se trata de dar más amplitud y modernidad al concepto de capitalismo monopolista de estado (CME) como base crítica de la economía mundial. En 1967, La Nouvelle Critique cambia de formato, de estilo y de redactores. Aparece una nueva generación, a la que las orientaciones definidas en el Comité Central de Argenteuil de 1966 permiten más flexibilidad para abrir espacios de debate. Bajo la dirección de Francis Cohen, esta revista viene a ser el emblema de la renovación posible del partido. Bernard Pudal la define como «revue communiste légèrement décalée» 45y Françoise Matonti, como uno de los elementos de la nueva política, la del aggiornamento del PCF. 46Abre sus columnas a gente joven, como los dos jefes de la redacción sucesivos, los historiadores Antoine Casanova y François Hincker. En el Comité de Redacción, junto al personal ligado al grupo dirigente, se encuentran colaboradores relacionados de distinta manera con la universidad o círculos de investigadores académicos. La revista abre debates de manera dinámica y moderna, renovando así de par en par la imagen algo austera del partido. Todo el núcleo de colaboradores entrará en disidencia a partir del año 1976, por motivos distintos pero todos basados en la política de unión con los socialistas y en los fundamentos teóricos y políticos del comunismo. Igualmente se dinamizan otras publicaciones: una revista con perfil más universitario, La Pensée , o Les Cahiers du communisme , revista teórica oficial del partido.
La actividad de edición es prolífica. Destacamos, sin insistir, la intensa actividad de las Éditions sociales , que publican mucho y, en los primeros setenta, movilizan a algunos intelectuales del partido, precisamente para traducir en argumentos la crítica de fondo de los dos oportunismos.
EL PROGRAMA COMÚN
La política de alianzas constituye el fondo sustantivo de la política del PCF en los primeros setenta. Tras una gran campaña propagandística de los comunistas, el 27 de junio de 1972 el PC y el PS firman un acuerdo que estipula en su preámbulo que ambos (los radicales se sumarán en julio a la alianza) «afirman su voluntad común de poner fin a las injusticias e incoherencias del régimen […]» y que «para lograrlo y para abrir la vía al socialismo, son necesarios cambios profundos en la vida política y social del país». 47Los dos partidos habían publicado los respectivos elementos de base de la negociación: el PC «Changer de cap» en octubre de 1971, el PS, «Changer la vie» en marzo del mismo año. Los resultados de las elecciones al Parlamento de 1973 no reflejan el entusiasmo generado por la firma del acuerdo. Su balance es bastante positivo para el Partido Socialista. El PCF registra cierta estabilidad, pero el resultado es globalmente inferior al de 1967 para la izquierda. La muerte prematura de Georges Pompidou, el 2 de abril de 1974, abre la posibilidad de presentar una candidatura única frente a la de Valéry Giscard d’Estaing. Si, en la práctica, la unión de los dos partidos había sido experimentada en las elecciones municipales de 1971, el gran reto es la aceptación de la candidatura única de la izquierda de François Mitterrand a la presidencial de mayo de 1974. 48Con un resultado que muestra una gran progresión, la corta victoria de Valéry Giscard d’Estaing suscita cierta forma de crítica en el seno del partido sobre la estrategia adoptada. Son característicos los dos números especiales de La Nouvelle Critique dedicados al tema. En el primero (mayo de 1974) despunta cierto nerviosismo de la cúpula dirigente. Roland Leroy, dirigiéndose a los lectores de la revista, en vista de posibles maniobras del PS para poder ensanchar su base política hacia el centro, critica indirectamente «los arreglos» iniciados por el PS. 49Aplicar el programa común y no abandonar la perspectiva del socialismo, tal es el fondo de la advertencia frente a la petición de un François Mitterrand que intenta independizarse del programa común y presentar a los electores una carta presidencial no negociada. En octubre, un artículo firmado por Antoine Casanova y François Hincker perfila lo que va a ser la política del PCF en esta nueva etapa, en la que, gradualmente, se abandonará, por ambas partes, la ilusión de una alianza programática. Comentando el XXI Congreso del PC que se abre, apuntan la necesidad de analizar los fallos de la política de unión y de proponer nuevas perspectivas:
Los resultados de la elección a la Presidencia, las luchas actuales confirman la validez de nuestra línea estratégica fundamental. No se trata entonces de revisarla, se trata de sacar todas las consecuencias prácticas, todas las potencialidades nuevas ligadas a su presencia en la realidad a un nivel inédito. 50
Concluyen presentando el Congreso como el del ensanchamiento del principio de unidad no solo de la clase obrera ni de la izquierda unida, sino del movimiento democrático nacional. Las contradicciones y apreciaciones distintas muestran que existe una corriente reacia a mantener la política de unidad programática, preocupada por el hecho de que el PCF parezca incapaz de contrarrestar los intentos de autonomización programática de los socialistas; otra, mayoritaria, aboga por una alianza más amplia, pero en términos más sociológicos, simbolizada por el eslogan «Union du peuple de France pour le changement démocratique». 51Las tensiones internas aparecen entonces en un contexto doblemente complicado por la masificación del partido y la lucha interna entre varias tendencias que se mantienen presentes y entre las cuales la Secretaría General intenta proponer cierta forma de diálogo pero imponiendo el principio de mayoría.
En el informe que presenta Georges Marchais ante los congresistas reunidos en Vitry-sur-Seine los días 26 y 27 de octubre, el capítulo dedicado a los elementos estratégicos de la política del partido aparece más como una justificación de la certeza y clarividencia del PCF. Igualmente están presentes algunas críticas o reproches, a pesar de que el secretario general evoque en términos retóricos «preocupaciones», centradas en lo que aparece como un abandono de la política de alianza programática por los socialistas, que trasluce por ejemplo en los balances del foro organizado por el PS 52y de las declaraciones de Michel Rocard, que se prepara a abandonar el PSU para alistarse en las filas socialistas (lo hace en diciembre) sobre su deseo de «modificar la naturaleza y el contenido técnico de la alianza». 53Estas vacilaciones de unos y de otros conducen al partido a aceptar que cierta forma de debate contradictorio se establezca en su interior. Desde 1972, en el tiempo de preparación de congresos se abre un espacio en el periódico L’Humanité en el que los militantes de base pueden proponer sobre tal o tal punto elementos para nutrir el debate interno, muchas veces muy pobre en las agrupaciones. Naturalmente las publicaciones están muy controladas y un gran número de las aportaciones coincide con la orientación general de la dirección.
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