Los actores sociales que son movilizados por un discurso establecen la infraestructura correspondiente de producción de los discursos y de resolución de problemas, que puede ser identificada como un dispositivo . Por dispositivo aquí se entiende una infraestructura establecida por actores sociales o colectividades para resolver una particular situación con sus inherentes problemas de acción . Consideremos, por ejemplo, la necesidad del Estado de recibir algo de dinero propio : legislación financiera, regulaciones administrativas, autoridades fiscales, asesoramiento fiscal, investigadores fiscales... Todo ello, unido a textos, objetos, acciones y personas, constituye el dispositivo en cuestión, un conjunto estratégico de elementos heterogéneos, recopilados y organizados para gestionar una situación, para responder a un tipo de urgencia (Michel Foucault).
El ADSC distingue entre dispositivos de producción del discurso y dispositivos o infraestructura de intervención e implementación que surgen de uno o varios discursos, con el objetivo de responder a fenómenos planteados por el propio discurso. Consideremos por ejemplo el campo temático de la crisis de refugiados . Como dispositivos de producción y reproducción del discurso podemos considerar la intervención discursiva de los diferentes comités de gerencia, portavoces, ONG y prensa, y también los centros de investigación que producen, difunden y legitiman enunciaciones de problemas , folletos, etcétera. Respecto a la implementación se pueden incluir por ejemplo la regulación legal de responsabilidades, los procedimientos formalizados, objetos específicos, tecnologías, sanciones, programas de estudios, recursos humanos y otros fenómenos producidos para intervenir en este caso de urgencia , como los barcos de Sea Watch en el Mediterráneo. Los dispositivos son aquí los medios para la realización de los efectos de poder externos de un discurso, esto es, los cambios que introduce o que provoca en la situación y el campo de acción en cuestión, independientemente de si estos cambios son intencionados o no. Por ello, el ADSC no solo es el análisis del uso de signos, la investigación de la comunicación, textos o imágenes. Al mismo tiempo es el estudio del caso, la observación e incluso una descripción etnográfica densa que considera la relación entre eventos de enunciados, prácticas, actores, arreglos organizacionales y objetos como procesos históricos, socioespaciales, de largo alcance.
Para enfocar el análisis de los discursos a la producción en serie de enunciados, el ADSC amplía las dimensiones de las formaciones discursivas formuladas por Foucault, esto es, los conceptos, las estrategias, las modalidades de enunciación, los objetos... A ellos se añaden varios conceptos del análisis del conocimiento que serán presentados a continuación. Como formas de enunciados procesados de forma específica en discursos, conforman el repertorio de interpretación típico de los discursos.
Patrones de interpretación
El ASDC adopta el concepto patrón de interpretación , bien conocido en la tradición cualitativa-interpretativa germanohablante, para denominar las ofertas o posibilidades de interpretaciones en el fenómeno de referencia. Estas ofertas suelen ser socialmente generadas y pueden ser tipificadas de forma modélica en el análisis, y por regla general están relacionadas con patrones de acción típicamente sugeridos. A diferencia del concepto de marco , más bien cognitivista, aquí se percibe la construcción estratégica solo como un posible caso límite de los patrones de interpretación en circulación. Por otro lado, estos patrones también se diferencian del marco en que pueden tener configuraciones concretas muy diferentes y, en consecuencia, no pueden ser identificados por sus características retóricas, sino que se requiere un análisis secuencial detallado. Un ejemplo para ello sería el patrón de interpretación riesgo tecnológico , que puede ser utilizado en referencia a tecnologías más bien diversas y que alude a subrayar la incertidumbre y la imperfección general que pueden estar vinculadas con la tecnología. Otro ejemplo es la representación de la buena madre o del amor de madre , que apunta a las relaciones y modos de actuar específicos entre madre e hijo/a (y a veces también el Estado, etcétera).
Yvonne Schütze (1992) analizó por ejemplo el desarrollo del patrón o los patrones de interpretación amor de madre desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad, de manera que
desenmascara el instinto maternal como una construcción cultural que se formó en el marco de los procesos sociales de modernización con el inicio de la sociedad burguesa. [...] En la interpretación del amor de madre como condición natural de la mujer, se fusionan varios aspectos: exigencias normativas, posicionamiento social, legitimación del sistema de género y esbozo de identidad. En la medida en la que las madres perciben su situación en el marco de este patrón de interpretación y actúan según el contenido normativo de este, crean exactamente aquella realidad que confirma la vigencia del patrón (Lüders y Meuser, 1997: 65 y ss.).
Los patrones de interpretación pueden manifestarse en múltiples configuraciones lingüístico-materiales, así como en visualizaciones, gráficos, fotografías, etcétera. En los discursos se entretejen, de forma específica, diferentes patrones de interpretación para los fenómenos mundanos de referencia. Al mismo tiempo se trata de un concepto puente hacia el análisis de subjetivaciones, que surgen de la apelación discursiva.
Clasificaciones
Las clasificaciones son procesos de tipificación social más o menos elaboradas, formalizadas y estabilizadas institucionalmente. No solo ordenan la realidad encontrada en categorías adecuadas, en el sentido de una perspectiva de representación, sino que además crean la experiencia de esta realidad. En este contexto resulta importante no solo la contingencia y el trabajo de estructuración de las clasificaciones, sino también su efecto performativo. Por ejemplo, cuando las categorías administrativas étnicas se convierten en la base de las autodescripciones y las políticas de identidad de grupos étnicos, o cuando tales grupos son creados mediante el proceso de clasificación, tal como se describe, entre otras, en las investigaciones sobre la política de identidad (Keller, 2010; Bowker y Star, 2000). Los discursos mediante las clasificaciones establecen calificaciones de los fenómenos, los hechos o los objetos de los que tratan.
Estructura del fenómeno
Junto a los patrones de interpretación y las clasificaciones, el concepto de estructura del fenómeno facilita un tercer acceso complementario al contenido de los discursos. Ya en los inicios de la sociología del conocimiento, Mannheim introdujo la noción de estructura del aspecto para denominar la manera en la que se construyen las circunstancias, es decir, aquello que se comprende con relación a un fenómeno. Los fenómenos constituidos mediante estructuras de fenómenos no tienen que aparecer como problemas : aunque en términos generales siempre se trata de problemas de interpretación y actuación , no se refiere necesariamente a problemas sociales . Así, por ejemplo, las posiciones de un sujeto que constituye un discurso y que pueden ser diferenciadas de múltiples maneras son de una importancia central, de manera que los discursos efectúan los posicionamientos de los actores sociales, tales como nosotros/as frente a los otros/as, como héroes/heroínas, salvadores/as y villanos/as... El concepto de la estructura del fenómeno retoma tales reflexiones y las aplica al hecho de que los discursos denominan, en la constitución de su relación referencial o tema , los diferentes elementos o dimensiones de un objeto y las vincula con una configuración específica, una constelación del fenómeno. Con ello no se denominan las cualidades esenciales del objeto del discurso, sino las adscripciones discursivas correspondientes. La reconstrucción analítica de la estructura del fenómeno se dirige a dos aspectos: el alumbramiento dimensional , que se refiere a la composición general de la configuración del fenómeno y que a lo largo del tiempo aparece más o menos fijo o cambiante; y la ejecución de su contenido , en forma de patrones de interpretación, clasificaciones, argumentos, etcétera. Por lo tanto, los componentes reales de la estructura del fenómeno de un discurso tienen que ser inferidos desde los datos, es decir, desde los fragmentos discursivos particulares, que normalmente solo contienen elementos parciales (véase como ejemplo Keller, 2009).
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