Más interesante resulta el encuentro practicado entre el futuro propietario y el copista profesional. En este momento, se pactan las condiciones y se fijan las características materiales de la copia a realizar. A guisa de ejemplo servirá la miniatura francesa del siglo XV en la que se muestra la visita de un comitente, acompañado por diferentes miembros de su séquito, al taller de un copista profesional 96 [fig. 4.8].
En ocasiones el encargo se sustanciaba mediante un contrato notarial en el que participaban el futuro propietario y el copista, sobre el objeto de la copia y las obligaciones recíprocas según la práctica notarial boloñesa. 97 Un contrato notarial boloñés datado el 10 de abril del año 1300, autorizado por el notario Franciscus Petri de Chaçiptis , recoge el pacto suscrito entre el copista, Laurentius q. Modenexii scriptor de cappella S. Proculli , y el mecenas, en este caso el notario Scanabecco q. Bonvixini , en el que se compromete el primero a copiar un Digestum novum in testu et apparatu d. Accursii ; entre las obligaciones pactadas, el escribano presentó al comitente una muestra de la escritura que debía utilizar ( …de tali littera vel eque bona vel meliori si siverit vel poterit ut scripsit in quodam quinterno… ). 98 Del mismo modo, el contrato notarial firmado en Valencia el día 1 de febrero del año 1422 entre Francisco Maresme, prior de la cartuja de Portaceli, y el presbítero Pedro de Cardona, párroco de Liria, permite reconstruir completamente la formalidad de la contratación. 99 En aquella ocasión, Francisco Maresme contrató con Pedro de Cardona la copia del Vita Christi de Ludolfo de Sajonia. El contrato recoge los tiempos de ejecución del trabajo, las obligaciones de cada una de las partes, la calidad del pergamino a utilizar, el tipo de escritura que utilizará, pactada entre ambos ( de semblant letra com és la que ha donat per mostra en I troç de pergamí, liurat per ell al dit mossén prior ); así como el resultado final de la copia que debe reproducir fielmente el antígrafo que el futuro propietario entregará al copista ( e ab semblants spays com són los del libre original d’on ha a tralladar lo dit libre…notant en los màrgens, de tinta, algunes notes e noms que ha en lo dit original allà on ha al·legacions, possant generalment una ralla de vermelló deiús la letra, segons que està en lo dit original ). De este modo, el copista se limitaba a reproducir íntegramente el texto y la materialidad del modelo.
Si el interesado disponía de copistas a su servicio, es decir disponía de una cancillería, ordenaba la copia y decoración a los profesionales que en ella trabajaban o contrataba los de profesionales libres. 100 A este respecto resultará suficiente con recordar, en esta ocasión, el encargo realizado por el rey Alfonso IV, al pintor Ferrer Bassa para que decorase un libre dels Usatges de Barcelona y constitucions de Catalunya , como muestra una carta datada el 9 de agosto del año 1333 en la que insta a Pedro Agustín, lugarteniente del tesorero, para que apremie al pintor y concluya, lo más rápidamente posible, la decoración del libro que le había encargado. 101
Se ha recordado hace un momento que las bibliotecas de los príncipes humanistas tuvieron a su disposición copistas profesionales, excelentes calígrafos, destinados a satisfacer las necesidades bibliográficas de sus respectivos señores. Quisiera recordar, en este momento, la actividad caligráfica de Gabriel Altadell, extraordinario pendolista, capaz de escribir distintos tipos de escritura, que trabajó al servicio del rey Alfonso el Magnánimo, como recuerda el colofón de un manuscrito con las Comœdiæ de Publio Terencio Africano que concluyó en Nápoles el año 1450. 102 Destinado al mismo monarca concluyó el 11 de noviembre del mismo año 1450 un manuscrito gramatical misceláneo con las Regule gramatice de Guarino de Verona y el De verborum proprietate de Bartolomé Facio; 103 además de estos se conserva un conjunto interesante de manuscritos copiados por él y firmados con su respectivo colofón. Escribió, asimismo, un tratado de caligrafía titulado de arte scribendi , ca. 1468, en el que expone diversas consideraciones sobre el arte de escribir, las tipologías gráficas que conocía y empleaba. 104 Además de Gabriel Altadell, el Magnánimo utilizó los servicios de Giacomo Curlo, Pietro y Virgilio Ursúleo y Giovanni Cruder teutónico. 105 Para Ferrante copiaron libros calígrafos de la talla de Giovan Marco Cinico, Antonio Sinibaldi, « Omnium rerum vicissitudo est », Pietro Ippolito Lunense, Giovan Rinaldo Mennio, entre otros. 106 De igual suerte también el cardenal Juan de Aragón tuvo a su servicio a escribanos excepcionales como Antonio Sinibaldi y Pietro Strozzi, 107 entre otros.
Se ha recordado hace poco que desde la baja edad media existían talleres organizados en los que se realizaban todas las actividades relacionadas con la copia de libros. Lo recordaba Francesco Petrarca en la epístola Familiar XVIII, 5 dirigida a Ad Gerardum monachum cartusiensem, sepe doctorum hominum libros incorrectiores esse quam reliquorum , el 25 de abril desde Milán ( Mediolani, VII kalendas maias, ad vesperam). Allí se refiere a diversas actividades relacionadas con la producción del libro manuscrito, practicadas todas ellas en una oficina de copia organizada: Sicut apud nos alii membranas radunt, alii libros scribunt, alii corrigunt, alii, ut vulgari verbo utar, illuminant, alii ligant et superficiem comunt . 108 Nuestra mirada en época humanística tendrá que dirigirse, necesariamente, a la tienda florentina del librero Vespasiano da Bisticci. Perteneciente al siglo XV podríamos considerar también la oficina de copia de este «librarius florentinus», como lo anuncia un colofón, 109 cuya actividad de distribución de libros humanísticos entre los bibliófilos del Quattrocento lo recuerdan algunos colofones de los manuscritos que se copiaron gracias a su intervención. 110 Así, por ejemplo, el copista Gerardo del Ciriagio concluía el año 1472 un libro para el duque Federico de Montefeltro, habiendo intervenido el librero Vespasiano. 111 El mes de junio del mismo año 1472 concluía para el Duque de Calabria la transcripción de un ms, cuyo contenido son el De excellentibus ducibus exterarum gentium de Cornelio Nepote y los Carmina Lactantii Firmiani de phenice . También en esta ocasión había mediado la intervención del librero Vespasiano al que designa como «príncipe de todos los libreros florentinos.» 112
Vespasiano da Bisticci, 113 tal y como lo recuerdan algunos copistas en diversos colofones, ordenó la copia y transcripción de libros, 114 en otras ocasiones se refieren a su actividad con el perfecto curavit ; 115 actuó como librarius 116 en Florencia, según informan los colofones. 117 De la importancia adquirida por Vespasiano ilustra el siguiente pasaje de A. Decembrio:
solent igitur ex Hetruria florentinaque civitate potissimum libri quam venustissime facti comparari feruntque ibi Vespasianum quendam eximium bibliopolam librorum librariorumque solertissimum ad quem omnis Italica regio, longinquae etiam nationis homines confluunt quicumque libros ornatissimos venales optant . 118
CUADERNOS DE MODELOS
En el momento de la contratación entrarían en juego un conjunto de materiales interesantísimos, presentes en el taller del copista y que servirían a las partes contratantes para definir las características materiales que presentaría la copia resultante. En este momento pudo jugar un papel importantísimo el antígrafo utilizado por el copista para realizar la copia. Tal vez, como sucedió en ocasiones, el nuevo ejemplar que se encargaba debía limitarse solamente a reproducirlo íntegramente: texto, puesta en página y decoración. Debía imitar de manera escrupulosa el original, proporcionado tanto por el mecenas como por el propio copista, sirviéndose de los que tuviera en el obrador.
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