Por ejemplo, la nota sobre el escándalo “pgr detecta lavado de dinero al interior del Partido de Trabajo”, correspondiente al estado de Aguascalientes, está presente en veintiún medios de comunicación diferentes; por lo tanto, aparece veintiún veces en la base de datos.[6] La nota titulada “Inhabilitan a seis funcionarios de Sinaloa por corrupción”, correspondiente al estado de Sinaloa, fue publicada por doce diarios diferentes, por lo cual está presente en la base de datos doce veces.[7] Otro ejemplo de una nota repetida es la titulada “Aseguran propiedad de Eugenio Hernández por la que lo detuvieron”, correspondiente al estado de Tamaulipas. Esta nota fue publicada por veintidós periódicos, por lo cual está presente veintidós veces en la base de datos.[8]
Cabe destacar que solamente se tomaron en cuenta los actos de corrupción a nivel local, por lo cual fueron descartados los escándalos que involucraron a funcionarios de dependencias federales. Tal es el caso de los reportes relacionados con Emilio Lozoya, ex director de Pemex; los reportes relacionados con el caso Odebrecht; las indagaciones por parte de la Secretaría de la Función Pública sobre los presuntos actos de corrupción en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; y la indagación en contra del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar.
A partir de la base de datos se construyeron dos variables que contabilizan el número de escándalos por año (en una de ellas se toman en cuenta las notas referenciadas en distintos periódicos). La tabla 1.2 muestra la distribución de la variable que mide el número de escándalos por año. El estado que presenta un mayor número de escándalos de corrupción es Veracruz, seguido de Tabasco, Nuevo León y Tamaulipas. La tabla 1.3 muestra la distribución de la variable de escándalos de corrupción que toma en cuenta las notas referenciadas en distintos periódicos. Como puede observarse, el estado que presenta un mayor número de escándalos de corrupción es Chiapas, seguido por Tamaulipas, Quintana Roo y Chihuahua.
El modelo controla por una serie de variables que, de acuerdo con la literatura especializada, están asociadas con las agresiones a periodistas. En primer lugar, se controló por el número de homicidios (dolosos y culposos) por arma de fuego en la entidad. Este indicador se construyó a partir de los reportes de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública de México (2017). En segundo lugar, se controló por el número de periódicos per cápita en la entidad. Este indicador se construyó a partir de los datos del Padrón Nacional de Medios Impresos, el cual es elaborado por la Dirección General de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación de México.
En tercer lugar, para controlar por factores sociodemográficos de la entidad, se utilizó el logaritmo natural del pib per cápita , construido a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática y del Consejo Nacional de Población (inegi, 2013, 2017; Conapo).
Por último, para medir el nivel de desarrollo democrático de la entidad, se utilizaron los datos del subíndice Democracia de los ciudadanos . Este subíndice forma parte del Índice de Desarrollo Democrático de México, elaborado por el Instituto Nacional Electoral, junto con la fundación Konrad Adenauer y con el patrocinio de la Confederación Patronal de la República Mexicana (2017). Este subíndice analiza el comportamiento de la ciudadanía y las instituciones con respecto a los derechos políticos y las libertades civiles. Los datos se obtienen por medio de una encuesta entre la ciudadanía acerca del respeto hacia sus derechos y libertades.
Se estimaron dos modelos de regresión lineal múltiple donde la variable dependiente es el número de agresiones cometidas contra periodistas en el periodo de 2015 a 2018 y la variable independiente de interés es el número de escándalos de corrupción revelados por la prensa estatal en el mismo periodo. Los modelos controlan por el número de homicidios cometidos con arma de fuego, el logaritmo natural del pib per cápita , el valor del índice de democracia ciudadana, el número de periódicos per cápita , y la magnitud del escándalo de corrupción.
El modelo 1 se estimó con la variable de interés y la variable de violencia (homicidios con arma de fuego), que es una de las explicaciones que ha sido probada estadísticamente. Como se esperaba, la variable de homicidios con arma de fuego es significativa para explicar las agresiones contra periodistas.
El argumento principal de este artículo es que los escándalos de corrupción en la prensa estatal tienen un efecto sobre las agresiones a periodistas. El análisis demuestra que la variable de escándalos de corrupción es significativa para explicar las agresiones a periodistas. De hecho, el modelo indica que cuando la variable de escándalos de corrupción aumenta en una unidad, las agresiones a periodistas aumentan en 2.131 unidades.
El modelo 2 incorpora una serie de controles a la estimación. Estos controles son sociodemográficos, de flujo de información y de desarrollo democrático de la entidad. Como se observa en la tabla 4, ninguna de las variables de control es significativa para explicar las agresiones contra periodistas. Es importante notar que la significancia de las variables de escándalos de corrupción y homicidios con arma de fuego se sostuvo cuando se incorporaron los controles. Por último, los valores de R cuadrada muestran que el modelo 1 explica un 18.76% de la varianza y el modelo 2 el 20.31%.
Los modelos confirman la hipótesis propuesta en este capítulo: los escándalos de corrupción presentados en la prensa local tienen un efecto sobre las agresiones a periodistas en las entidades federativas de México.
El objetivo de este capítulo fue analizar las variables que tienen efecto en las agresiones a periodistas en México en el periodo de 2015 a 2018. De acuerdo con los resultados obtenidos, se comprueba la hipótesis planteada y se concluye que la cobertura de escándalos de corrupción en la prensa estatal es una variable significativa para explicar las agresiones a periodistas.
Una de las motivaciones iniciales de este artículo fue discutir en qué medida las agresiones a periodistas pueden explicarse únicamente por el contexto de violencia. La variable de violencia que es usada para explicar agresiones a periodistas normalmente se operacionaliza como el número de homicidios, el número de homicidios con arma de fuego o la rivalidad delincuencial. Este trabajo siguió la misma línea de operacionalización. Aunque se muestra que esta es una variable estadísticamente significativa para explicar las agresiones a periodistas, se demuestra que la cobertura periodística de la corrupción realizada en el estado también explica estas agresiones.
Si bien la relación entre este contexto de violencia generalizada y las agresiones a periodistas ha sido probada estadísticamente y ha sido aceptada de forma generalizada en México, es importante explorar la presencia de otras variables que pueden tener efecto en esta problemática y, sobre todo, contribuir a explicar mecanismos. En este sentido, el mecanismo que se ha puesto a prueba y que se ha explorado en este trabajo refiere a las motivaciones de los agentes estatales para agredir a la prensa.
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