Nick Brooks - La buena muerte

Здесь есть возможность читать онлайн «Nick Brooks - La buena muerte» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La buena muerte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La buena muerte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sobre La buena muerte: Hugh Madden trabaja como embalsamador y le encanta su trabajo: vive para sus «bellezas durmientes». Cuando su antiguo profesor de medicina aparece en el depósito de cadáveres, Madden recuerda sus años como estudiante en la universidad de Glasgow; en especial su amistad con un colega poseedor de un carisma peligroso, y de cómo acabó trabajando con muertos en lugar de salvar vidas…
Atrapado desde hace cuarenta años en un matrimonio insatisfactorio con una mujer hipocondríaca, en la vida cuidadosamente ordenada de Madden surge el caos cuando despide a la persona encargada del cuidado de su mujer y alguien descubre un cuerpo en un lago cercano. Los secretos enterrados de Madden empiezan a salir a la luz.
Nick Brooks se ha revelado como una de las voces más audaces y renovadoras de la narrativa británica. La buena muerte es un relato deslumbrante y oscuro teñido de elegante perversidad, acerca de esqueletos en el armario y cadáveres en la mesa mortuoria.

La buena muerte — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La buena muerte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Qué es lo que quieres, Brian? No dispongo de mucho dinero. Tengo algunos ahorros, pero no somos ricos. Ya lo ves, ¿no? Que no somos ricos. -Sin duda era un error intentar apelar a los buenos sentimientos del chico. Brian carecía de ellos. Tener un hijo así acababa matándolo a uno. Tener un hijo así era como convivir con una enfermedad contagiosa. Un error de diagnóstico: pensaba uno que el chaval podía entenderle, y no podía. Ni a él, ni a su madre, ni a nadie. Madden estaba convencido de que hablaba con un monstruo, de que estaba a merced de un monstruo que había salido a la luz y lo miraba con envidia a través de la ventana. Le temblaban un poco las manos.

– Mira, Hugh, voy a volver mañana, así que mejor será que tengas algo preparado para mí. Necesito dinero. He visto a tu mujer. Sé dónde vives. Este sitio está bien, es bonito. Una casa bonita. Sois buena gente. A mi madre de esto ni una palabra, ¿eh? Que si Brido esto y Brido aquello, joder. Tú no me llamarás así, ¿eh, Hugh? No. Me llamo Brian. Lo prefiero.

Madden sabía que debía resistirse. Si de algo estaba seguro, era de que debía decir algo para impedir que aquello llegara más lejos.

– Brian, escúchame. Esto ha ido demasiado lejos. Os he dado dinero, todo el que puedo permitirme. Hoy ya os habré dado dinero dos veces. Rose y yo también necesitamos dinero. Ya ves cómo está. Hay que cuidar de ella. -Hizo una pausa y esperó a que sus palabras surtieran efecto, pero Brido seguía callado-. Hay que asegurarse de que está bien. Mi esposa, en fin, es una inválida, ¿no lo ves? Tiene unos cuantos problemas y no podemos permitir que sufra sola. No puede valerse. Si te digo la verdad, Brian, a mí a veces me cuesta. Entiendo que tus hermanos y tú hayáis tenido una infancia difícil. Entiendo que tu madre haya hecho todo lo que estaba en su mano por vosotros. Entiendo lo mucho que ha trabajado, todo lo que ha tenido que pasar. Pero lo importante es que os teníais el uno al otro. Teníais una familia alrededor. Había gente que podía ayudaros. Eso es lo único que se puede pedir, ¿no crees? -Hizo otra pausa. Brian asentía lentamente con la cabeza-. Solo nos tenemos los unos a los otros -prosiguió-. Solo nos tenemos a nosotros mismos. Si no nos cuidáramos entre nosotros, ¿adónde iríamos a parar? Rose y yo no tenemos hijos. Estamos solos. No nos tocó en suerte, si te digo la verdad. ¿A quién se lo vas a reprochar? No es culpa de nadie. Fue voluntad de Dios. Y nadie puede llevar la contraria a Dios. Tu madre y tú, lo vuestro es distinto. Tenéis suerte. Se nota lo mucho que quieres a tu madre y cuánto significas para ella. Eso tienes que valorarlo. Puede que creas que no le importas, pero no es cierto. Te tiene en un altar, se lo noto. Solo que ella lo demuestra a su manera. No te desanimes, tu madre es una mujer orgullosa. Le cuesta expresar lo que siente. Pero estoy seguro de que está orgullosa de ti. Haría cualquier cosa por ti, Brian, tú lo sabes. En el fondo, sabes que tengo razón.

La habitación estaba iluminada únicamente por la poca luz que arrojaba la lámpara de una mesita, y resultaba difícil distinguir la expresión de Brido, aunque su cabeza seguía bamboleándose lentamente. Madden aguardó alguna reacción, fuera de la clase que fuera. Quizá se le hubiera ido la mano. Brian seguía asintiendo con la cabeza. Madden tenía la impresión de que debía añadir algo cosa más, de que el silencio empezaba a hacerse opresivo. Conservaba aquella misma impresión de las clases con Kincaid. Cómo se maravillaba de la capacidad natural del doctor para suavizar los silencios entre las respuestas, formuladas con lentitud, de los estudiantes. Allí, en la atmósfera embrutecedora de las clases y en la funeraria, era donde Madden había aprendido esas mismas habilidades. «Hablar en voz baja y con compasión, es lo único que tienes que hacer», le había enseñado Joe Caldwell padre. «Terapia para superar el duelo», lo llamarían seguramente ahora, aunque Madden no estaba al tanto de la jerga vigente. Hasta aquello de «jerga» lo había pillado a contrapié durante un tiempo. Lo asociaba a esnifar pegamento.

– Bah, a la mierda con eso -dijo Brian, y, al levantarse de pronto, se oyeron crujir sus rodillas-. Mañana vuelvo.

Madden se agarró a los brazos de su sillón y temió que fuera a golpearlo. Sin duda, Brido podía partirle el cráneo de un solo golpe. La solución obvia al problema más acuciante era apaciguarlo.

– Brian, ya te he dicho que no tenemos dinero. ¿Puedo ayudarte con alguna otra cosa? -Sentía que se tensaba, que la adrenalina empezaba a sobreponerse a la lucidez. Pero el chico no iba a pegarle: su expresión distraída parecía indicar que en su cabeza se había puesto en marcha algún proceso cognitivo elemental. Seguía de pie, frotándose los nudillos de una mano con la palma de la otra, pero aquel gesto era en él, por lo visto, señal de reflexión más que de inminente violencia-. Si puedo ayudarte con cualquier cosa, dentro de los límites de lo razonable, Brian, lo haré -añadió Madden, poco convencido de que Brido (Brian) estuviera familiarizado con el concepto de razón.

La señora Spivey volvió. Madden notó enseguida que empezaban a sudarle la frente, la espalda y los hombros, y se alegró de no tener que escoger entre luchar o huir. Hasta Rose, cuando estaba sana, había sido infinitamente más apta para lo primero que él. En sus tiempos podía aplastar a un gañán de buen tamaño sirviéndose únicamente del peso de su cuerpo como arma. Ahora ya no. En absoluto, desgraciadamente.

– Bueno -dijo la señora Spivey mientras sus brazos asumían su posición de costumbre bajo los sobacos-, ¿por dónde íbamos?

Madden suspiró.

– Estaba a punto de aceptar pagarle otro mes de sueldo, Ellen. ¿Le parece bien un cheque? No tengo dinero en efectivo en casa.

La señora Spivey miró a Brido y él la miró a ella con los labios fruncidos en una mueca de tipo duro. Pasaron tres o cuatro segundos interminables antes de que contestara a su madre asintiendo con la cabeza.

– Aceptamos un cheque, sí, gracias -dijo ella, y su tono condescendiente fue otra ofensa que Madden tuvo que soportar.

– Entonces, si me disculpan un minuto, voy a buscar mi chequera para que zanjemos este asunto.

La señora Spivey parecía recelosa.

– Está en la otra habitación -dijo Madden, que ya respiraba mejor-. Donde Rose.

Después de que extendiera el cheque y la señora Spivey insistiera en que lo firmara por el reverso, Madden los acompañó a la puerta tan apresuradamente como pudo sin parecer un mal anfitrión. Al abrirla para que saliera la señora Spivey, ella le clavó una mirada y salió luego al rellano. Brido la siguió, metió el pie en la rendija de la puerta y se volvió hacia Madden.

– Sé lo tuyo, Hugh -dijo-. Sé lo que hiciste. Sería una pena que se corriera la voz, ¿no crees?

Madden casi podía oír el sonido de la sangre en sus venas. Pasaron unos segundos y luego dijo:

– ¿Qué quieres decir?

El hijo chasqueó la lengua.

– Me parece que ya lo sabes -dijo.

– ¿Saber qué? -preguntó Madden. No serviría de nada dejarse dominar por el pánico. Al menos de momento.

– El motivo, Hugh. Sabes el motivo. -Brido le guiñó un ojo. Madden vio que, de cerca, tenía toda la cara salpicada de motitas rojas, como si hubiera pasado mucho tiempo en una cama solar-. Piénsatelo y mañana hablamos.

Guiñó otra vez el ojo y cerró la puerta tras él.

Madden se puso a pasear por la habitación. Tenía la boca y la garganta secas. Era imposible. Imposible, naturalmente. Nadie podía saberlo. Brido se refería a otra cosa, desde luego. Sí. Desde luego. Fuera lo que fuese lo que se hubiera descubierto y donde se hubiera descubierto, Brido no podía saber nada de su relación con ese asunto. No había vínculo alguno. Hablaba de otra cosa. Pero ¿de qué? ¿De qué? No había nada más. Ahora ya no había nada más en su vida, nada más que pudiera establecer un vínculo. No había tal vínculo. Por tanto, no había nada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La buena muerte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La buena muerte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La buena muerte»

Обсуждение, отзывы о книге «La buena muerte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x