Raúl Garrido - El Año Del Wolfram

Здесь есть возможность читать онлайн «Raúl Garrido - El Año Del Wolfram» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Año Del Wolfram: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Año Del Wolfram»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El wolfram es un elemento básico en tiempo de guerra, el acero de las armas lo necesita. En la primera mitad de los años cuarenta se descubre este mineral en el Bierzo y, si los alemanes lo pagan bien, los aliados mejor, para que no llegue a manos del III Reich; la gente sube a la peña del Seo provista de pico, pala y pistola. En los años del hambre uno podía hacerse rico de golpe con un mínimo de suerte y un máximo de audacia. Ausencio sube a la peña en busca de su fortuna, de su identidad perdida y de su amor imposible. Las leyendas de tesoros ocultos se entremezclan con el recuerdo del oro romano de las Médulas y la misteriosa realidad del Inglés con la clara premonición de la Bruxa. "El año del wolfram" fue un tiempo mágico, un espejismo brutal, una historia cuyo desenlace se resuelve en sucesivos desenlaces insólitos. El elón alado, dulce compañía de Olvido, existe, la verdad no es siempre verosímil.

El Año Del Wolfram — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Año Del Wolfram», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– A ver si me aclaro, si sólo saben emplearlo los nazis…

– Los alemanes.

– Los alemanes, ¿para qué lo compran los americanos?

– Para joder la marrana. Como tienen dinero lo pagan al doble, a lo que sea con tal de que no se exporte al Eje. No saben utilizarlo, pero les da igual, a eso le llaman compras preventivas, han llegado a tirar al mar barcos enteros cargados de wolfram con el único objeto de que no cayera en manos alemanas.

– Bien, si encuentro wolfram trataré de vendérselo a los aliados.

– Véndeselo al primer comprador con el que te tropieces, tu situación legal no da para muchas virguerías comerciales.

– Siempre tienes razón, padrino.

– Para el caso que se me hace. ¿Estás dispuesto a subir a la peña?

– No veo otro porvenir.

– Sé prudente, por aquí puedes aparecer cuando quieras, pero duerme en Quilós, es tu casa, Vitorina se alegrará de tenerte con ella. Allí no hay guardia civil.

– ¿Y en la peña?

– Hay de todo, el negocio es ilegal y se mueve entre muertos de hambre aficionados y bandoleros profesionales, ten cuidado, no sé cuál de las dos facciones es más peligrosa.

– Tiene gracia, de chaval no subí nunca a la peña, circulaban muchas leyendas de tesoros, de brujas, ¿se acuerda?

– Las de aquelarres son falsas, pero podría contarte…

Calló con alguna idea en suspenso, no quise interrumpir su meditación, ya me lo diría cuando lo considerase oportuno, demasiadas ideas se agolpaban en mi cerebro como para solicitar más emociones, el wolfram y la piel de la niña Olvido cristalizaban en lo que yo entendía por libertad, me sentía vivo y extrañamente seguro de mí mismo, lo iba a conseguir, guardé silencio repasando los cajones de hierbas como quien cuenta ovejas para adormecer sus inquietudes, triloba hepática, malva silvestris, rabos de cereza, mentha rotundifolia, ombligo de Venus, árnica montana. Acarició la cabeza del lagarto.

– Sí, lo de la peña es muy curioso, siempre ha tenido fama, varias famas, me acuerdo que en Cuba, en un café de la plaza del Vapor, me presentaron a un tipo y al decirle de dónde era me preguntó, sorprendido, ¿pero cómo viviendo tan cerca de la peña del Seo viene aquí a hacer fortuna?, le contesté que era rico por mi familia, el hombre se indignó, me había tomado por inmigrante, y se marchó enfurecido, después lo sentí, debía haberle tirado de la lengua.

– ¿A qué se refería?

– Al secreto de la peña, supongo.

– Bah, ya lo sabe todo el mundo.

– La gente no sabe nada. Hay un secreto que, si te portas como espero, te revelaré algún día, cuando pase el maremágnum.

Una sutil barrera empezaba a interponerse entre nosotros, nos ocultábamos cosas, la relación no funcionaba ya tan espontánea como cuando me sacaba a pasear por la plaza cogido de la mano, los años pasan, pesan, pisan y el inocente jovencito se había transformado en un Expósito adulto bastante más problemático, de todas formas nos queríamos y el sentirse querido es algo grande, muy grande, su acogida no pudo ser más cariñosa.

Capítulo 5

La peña pasó de una soledad lunar al trajín de un hormiguero, hasta por la noche las luces de carburos y linternas no cesaban en sus guiños, como si la Santa Compaña también se hubiera decidido a participar en la faena, donde los hombres picaban los niños hacían el rebusco, y en los dobles restos áridos resultantes las mujeres ensayaban el lavado con palangana, siempre quedaban sobre el latón granos opacos, negros, pesados, más rentables que el jornal a que por otra parte no tenían acceso.

– ¿Va bueno por ahí?

– Bueno, ni cal ni canto.

Pero a veces ocurría el milagro. Se les apareció a los tres amigos adolescentes, y en su primera excursión, «un chollo».

– Este redonchel es la hostia, por lo menos tiene cien kilos.

– Deberíamos pedir ayuda.

– De eso nada, nos eliminarían.

– Pues a picar tocan.

Picaban con la emoción del pirata que vuelve a su isla del tesoro, recordaban la frase que todos habían oído alguna vez en sus casas, si quieres hacerte rico, sube a la peña del Seo, si quieres unas botas nuevas, búscalas en la peña, si quieres ir al cine, paséate por la peña, puede que sus padres lo dijeran como actividad compensadora, en vez de como consuelo, pero ahora estaban en el tajo que lo haría realidad, sudando, trabajadores autónomos, hasta que una sombra ominosa se proyectó sobre el filón.

– Relevo.

– ¿Qué dices?

– Que ha llegado el relevo, largo.

Era la sombra de un hombre un poco más alto que la media, no llegaría al uno ochenta, pero extraordinariamente corpulento, todo en él emanaba fortaleza física y voluntad de carácter, los bíceps, la mirada, botas militares, un macuto también militar, abultado, del que sobresalía una barrena, y los puños, uno apoyado en el cinto y otro agitando el pulgar en señal de largo de aquí.

– Es nuestro.

– Sí, claro, chaval, pero por el pan salta el can y este mendrugo me apetece, buscaos otro.

El chaval tenía redaños, quizá pensara que tres contra uno era una proporción con posibilidades de éxito.

– No me voy.

– Haces bien, estás en tu derecho.

El hombre alargó el brazo libre, con un solo movimiento empuñó al joven por un sobaco, lo levantó a pulso y lo arrojó por el aire, se quedó con su camisa en la mano. Ésta fue la primera referencia con la que se localizó a Jovino por la cuenca del Seo. Los chicos huyeron y más tarde, muchas veces, comentarían la anécdota en múltiples versiones, pero el pánico se suele concentrar en un detalle y éste no faltaba en ninguna: «me fijé en su bola, por poco me deja bizco, se le hinchó como un queso, ¿y sabes lo que tenía tatuado?, una bailarina árabe en pelotas menos el velo de la cara, se le movían de tal forma los músculos al gachó que el dibujo se puso a bailar, como te lo cuento, movía las caderas y las tetas se le erizaron, si no lo veo no lo creo, joder qué tío, qué musculatura».

– Ya será menos.

– ¿Menos? Ése, torta que se le escapa, familia que pone de luto.

Jovino estudió el terreno con mirada de experto en peritajes varios, más que interesante, pensó, terminaban las lajas de pizarra en un suelo de hierba y musgo partido en dos por la roca cuarcífera, por una de sus aristas afloraba la mancha del wolfram, una visión tan gloriosa como la de un lunar en el seno de la mujer que amas, sólo que de un diámetro desproporcionado, tan interesante que se puso a silbar la melodía de sus momentos críticos. La Madelón es bella y complaciente, la Madelón a todos trata igual. Se desprendió del macuto y buscó la herramienta más a propósito, un pico de geólogo, venía bien preparado, no en vano recorrió las ferreterías de Barcelona hasta quedar satisfecho del equipo, antes de tomar el Shanghai, dos días de viaje hasta Ponferrada, picó y raspó agrandando el campo de operaciones, la mancha era enorme, sudaba más de emoción que por el ejercicio, debería tratarla con mimo, antes que nada meterle un taco, pero pensó que era mucha la maniobra para un hombre solo, feroz individualista creía en el equipo siempre que él fuera el capitán del equipo, echó un vistazo a los buscadores de alrededor y eligió al primer golpe de vista, fuerza de trabajo sin experiencia, un tipo ideal.

– Eh, tú, ¿me echas una mano?

– ¿Quién, yo?

– Sí, tú, no va a ser tu abuela. Necesito un socio, ¿te hace?

Eloy no había recuperado su racha de suerte, aceptó aunque tratando de forzar el convenio sin demasiada fe.

– A medias.

– No digas chorradas. Un tercio para ti y ese mermadito con nervio, tú, ven aquí, ¿aceptas?, ¿cómo te llamas?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Año Del Wolfram»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Año Del Wolfram» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Wolfram Gieseke - Windows Media Center
Wolfram Gieseke
Nila Wolfram - Resa
Nila Wolfram
Joan del Alcàzar Garrido - Historia contemporánea de América
Joan del Alcàzar Garrido
Joan del Alcàzar Garrido - Chile en la pantalla
Joan del Alcàzar Garrido
Joan del Alcàzar Garrido - De compañero a contrarrevolucionario
Joan del Alcàzar Garrido
Gerardo Álvarez Escalona - Del barrio al estadio
Gerardo Álvarez Escalona
Wolfram Bücking - Die dentale Trickkiste
Wolfram Bücking
Wolfram Letzner - Berlin - eine Biografie
Wolfram Letzner
Wolfram Christ - Dorian van Delft
Wolfram Christ
Ángel Garrido Maturano - Los tiempos del tiempo
Ángel Garrido Maturano
Отзывы о книге «El Año Del Wolfram»

Обсуждение, отзывы о книге «El Año Del Wolfram» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x