Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre

Здесь есть возможность читать онлайн «Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Huracán Lleva Tu Nombre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Huracán Lleva Tu Nombre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gabriel ama a Sofía pero también le gustan los hombres. Gabriel tiene mucho éxito en televisión, pero lo que ansía de verdad es huir del Perú y dedicarse sólo a a escribir, lejos de la ambigüedad y de la hipocresía que lo envuelven y lo limitan. El huracán lleva tu nombre es una singular historia de amor, dolorosa y gozosa a la vez, con una heroína, Sofía, que fascina por su capacidad de amar, y con un original antihéroe, el narrador, Gabriel, que expone al lector su conflicto a través de una sinceridad a veces hilarante y a veces conmovedora. Una novela que no va a dejar a nadie indiferente.

El Huracán Lleva Tu Nombre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Huracán Lleva Tu Nombre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Yo me quedo pasmado. Esta mujer es más astuta e inescrupulosa de lo que pensaba, una manipuladora de cuidado, una arpía que no descansará hasta arrancarle el bebé a Sofía. No es una mala idea -digo cobardemente-. Me encanta la idea de pasar un mes en Londres y te agradezco la invitación -añado, y ella sonríe encantada-. Pero, la verdad, no sé si puedo hacerle esto a Sofía. ¿Hacerle qué?, pregunta ella, perdiendo la sonrisa. Bueno, abandonarla, dejarla en este momento tan difícil de su vida. Creo que sería muy duro para ella. Bárbara se impacienta y me mira con poco cariño: Pero peor sería que tenga al bebé y que luego la dejes, porque igual la vas a dejar. Esto sería más franco, más honesto, y le harías un bien a mi hija. ¿Y qué pasa si no aborta?, pregunto, y bebo un poco de té que ya está frío. Es imposible, ella va a abortar de todas maneras si tú la dejas -responde, cortante-. Pero si te quedas, si duermes con ella, si la engañas haciéndole creer que vas a ser su pareja, su esposo, ¿cómo se te ocurre que va a abortar? ¡Imposible!, sentencia, levantando la voz. Bueno, quizá tengas razón, si me voy es probable que ella vea las cosas de otra manera y se convenza de abortar, digo. Claro, yo la voy a convencer, no te preocupes por eso, dice, y se acomoda el pelo rubio, tieso por todos los productos químicos que lleva encima. Es un buen plan -digo, tratando de parecer más convencido de lo que estoy-. Pero, insisto, no sé si voy a ser capaz de dejarla, y no estoy seguro de que lo mejor para ella sea abortar, porque ella es muy buena, muy maternal, y creo que un aborto sería un trauma terrible.

Bárbara hace un esfuerzo para no perder la paciencia, respira profundamente y dice: Te equivocas, un aborto es una cosa sencilla, un mes y ya está todo olvidado. Yo soy mujer y sé mejor que tú de estas cosas. Yo la interrumpo: ¿Pero y qué si no aborta? Yo ya traté y fracasé. ¿Qué si tú fracasas también y ella, que es terca, se niega a abortar? No puedo desaparecer de su vida y darle la espalda a mi hijo. No puedo hacer eso. Sería una canallada. Ella sonríe muy tranquila, como si lo tuviera todo bajo control: Qué bueno que digas eso, que seas un buen tipo después de todo -comenta, con alivio-. El plan es muy simple: si Sofía aborta, todos contentos, y si no aborta en ese mes que tú estás en Londres, te llamo, te cuento que no la pude convencer, que mi hija es terca como una mula y quiere cavar su propia tumba, y regresas rapidito, le pides perdón, te arreglas con ella y se casan, ya está.

Esta mujer es una bruja de cuidado, pienso. Pero a lo mejor regreso y no me perdona, no me quiere ver más. De repente se aloca, toma un avión, se va a París y se casa con Laurent y decide que él será el papá del bebé, porque ya estuvo a punto de hacerlo el otro día. Bárbara suspira y dice apesadumbrada: Sí, ya sé, me contó. -Luego añade, como para sí misma-: Es una lástima que haya dejado a Laurent, que era tan buen partido, para estar contigo. No me hizo caso. Yo le dije que se casara con el francés. Pero, bueno, así es la vida, las hijas no escuchan, no hacen caso. -Luego se hace un silencio, me mira con una cierta conmiseración y dice-: Entonces, ¿te gusta mi plan? Yo finjo entusiasmo: Sí, me gusta. Tengo mis dudas, porque dejarla estando embarazada me parece una cosa horrible, pero me gusta. Ella vuelve a palmotear mi pierna derecha y sonríe coqueta: Un mes en Londres te haría la mar de bien. Los hombres son tan guapos, tan distinguidos. -Yo me sonrojo, pero ella prosigue-: y si Sofía aborta, te quitarías un peso tremendo de encima, créeme. y sólo va a abortar si te vas, yo soy mujer y sé de esas cosas. Y, bueno, si no aborta, te regresas y ya está, igual pasaste un mes de vacaciones en Londres, no te puedes quejar. Gracias, le digo. ¿Tenemos un plan, entonces?, me dice, con vehemencia. Tenemos un plan, digo.

Bárbara me da la mano y dice: Siempre supe que eras una persona inteligente, pragmática. Me alegro de que veas las cosas con claridad y confíes en mí. No te preocupes, sólo hazme caso, sigue mis consejos y todo va a salir bien. Gracias, Barbie, digo, como un niño obediente, y ella me mira con esos ojos inquietos, rebosantes de cinismo, y suspira: Es un desperdicio que seas maricón, con lo bueno que estás. Luego hace un gesto impaciente y pide la cuenta. Yo pago, digo, pero ella sonríe y me detiene: No, no, a partir de ahora, tú eres mi invitado. ¿Cuándo quieres viajar? Yo no sé qué decir: Ni idea, déjame pensarlo. Bueno, piénsalo, no le digas nada a Sofía y mañana te llamo y me dices cuándo viajas. Sonrío con una debilidad que me avergüenza y digo: De acuerdo, mañana te diré cuándo viajo. El mozo trae la cuenta y ella deja su tarjeta dorada. Apenas el muchacho se retira, Bárbara mira sus pechos erguidos, echa una mirada fugaz a mi entrepierna y dice: Si eres gay, ¿por qué te acostabas con Sofía? A pesar de la incomodidad, respondo: Porque soy bisexual y Sofía me gusta. ¿Pero los hombres te gustan más?, pregunta, curiosa. Sí, supongo que sí, digo. ¿Supones?, se burla. Bueno, sí, los hombres me gustan más. Ella mueve la cabeza levemente, mira hacia el pianista, que sigue tocando con aire ausente, y dice: Es un desperdicio que seas maricón, y te lo digo con cariño. Si fueras un hombre de verdad, podrías ser presidente, como te dice Peter. Pero así, siendo mariquita, lo mejor que puedes hacer es vivir lejos del Perú. Yo sonrío amargamente y digo: Lo mismo dice mi padre.

Esa misma noche se lo cuento todo a Sofía. No puedo hacerte una bajeza así -le digo en la cama-. No puedo conspirar con tu madre contra ti. No tengo cara para decirte que me voy a ir, dejándote embarazada, y que no me vas a ver más, tengas o no al bebé, porque me parece una cobardía, una canallada sin nombre, y ya traté de hacerlo y me sentí un miserable. No voy a ser un títere de tu madre y hacer lo que ella quiera. Que se vaya al carajo. Sofía me mira con cariño. Está en camisón, con unas ojeras pronunciadas, y sus ojos revelan tristeza y fatiga, como si ya nada le sorprendiese. Es increíble que mi madre sea tan desleal conmigo -dice, menos molesta que cansada-. ¿Tan difícil le es entender que no puedo abortar? Si fuese menos egoísta, me entendería. Pero sólo le preocupa la imagen social, el qué dirán, la opinión de sus amigas de Lima. -Luego me toma de la mano, me acaricia suavemente y dice-: Gracias por decírmelo. Gracias por ser mi amigo y no caer en su juego. Me invade una sensación de orgullo. Esta vez, he hecho lo correcto, he sido noble con ella y he desenmascarado a la pérfida de su madre. Yo entiendo que tu madre esté a favor del aborto en este caso -digo-. No la culpo por eso. Yo le dije que soy gay y está aterrada y no me quiere nada. y piensa que si tú te quedas con el bebé, no terminarás tu maestría y joderás tu futuro. Entiendo que piense eso. Yo también lo pensé y te pedí que abortases. Pero lo que me parece sucio, bajo, innoble es que me pida que haga esta especie de teatro maquiavélico y te diga que me voy, que te abandono para siempre, y que luego me esconda en un departamento prestado por ella hasta que abortes. Eso me parece indigno. Sofía me mira con cariño. Claro, es una perrada, dice. Yo continúo, envalentonado: Porque yo no tendría cara para decirte eso: que me voy, que te jodas con el bebé, que no quiero verte más. No tendría cara. Yo ya entendí que no puedes abortar, que es una crueldad pedirte que abortes, que vas a tener al bebé conmigo o sola, y por eso no te haría algo tan traidor, sabiendo el daño que te harías abortando.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Обсуждение, отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x