Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre

Здесь есть возможность читать онлайн «Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Huracán Lleva Tu Nombre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Huracán Lleva Tu Nombre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gabriel ama a Sofía pero también le gustan los hombres. Gabriel tiene mucho éxito en televisión, pero lo que ansía de verdad es huir del Perú y dedicarse sólo a a escribir, lejos de la ambigüedad y de la hipocresía que lo envuelven y lo limitan. El huracán lleva tu nombre es una singular historia de amor, dolorosa y gozosa a la vez, con una heroína, Sofía, que fascina por su capacidad de amar, y con un original antihéroe, el narrador, Gabriel, que expone al lector su conflicto a través de una sinceridad a veces hilarante y a veces conmovedora. Una novela que no va a dejar a nadie indiferente.

El Huracán Lleva Tu Nombre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Huracán Lleva Tu Nombre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Entonces nos ponemos de pie, beso a Bárbara sin dejar de admirar su elegancia y le doy un apretón de manos a Peter, que, insospechadamente bromista, insiste con un chau, Gabriel, ¿Gabriel qué?, y yo bueno, nos vemos pronto, mil gracias, y cuando estoy por trasponer el umbral de la puerta y recobrar la cordura, oigo la voz suave de Bárbara: Gabriel, ven, una cosita más. Yo me detengo, vuelvo tras mis pasos y ella me toma de la mano y dice sonríe, y yo sonrío como un tonto y ella me dice, bajando la voz, con un aire cómplice, no puedes salir así en la tele con los dientes amarillos, y yo ¿están muy amarillos?, y Sofía ay, mamá, déjalo tranquilo, y Bárbara tienes que blanquearte los dientes, ya, urgente, te lo digo yo, que soy tu asesora de imagen, y yo sin sonreír, porque tengo los dientes amarillos, y sin acercarme a ella, porque huelo a cholo, mil gracias, Bárbara, lo voy a hacer, no te preocupes.

Salgo aliviado de esta casa tan linda a la que no pertenezco, pues soy para ellos un cholo oloroso y amarillento, y Sofía me acompaña al auto, me da un beso agradecido y me dice no estuvo tan mal, ¿no?, y yo no, no, ya pasó, y ella mil gracias por venir, no les hagas caso, ellos son así, y yo ¿te parece que debo blanquearme los dientes?, y ella bueno, sí, no te vendría mal, y yo subiendo al auto, con ganas de marcharme, ¿de verdad quieres que estudie filosofía?, y ella me encantaría, pero tú dirás, y nos damos otro beso y salgo manejando a toda velocidad porque el programa comienza en media hora y no tengo idea de lo que voy a decir, sólo sé que no voy a sonreír con estos dientes amarillentos, pienso, mirándome al espejo, disgustado por el rostro asustadizo que me devuelve. Extraño a Sebastián. Después de todo, él siempre me dice que le encanta mi olor.

Sigo extrañándolo. Cuento los días que no viene a verme. Van seis. No me toco pensando en él, porque mi energía sexual, que no es mucha, la dedico toda a Sofía, pero lo extraño cada día más y a veces, cuando estoy haciendo el amor con ella, pienso fugazmente en él, aunque después me siento un canalla. Tal vez por eso, porque lo echo de menos, me provoca ir al teatro a verlo actuar en una obra que acaba de estrenar sobre Rimbaud y Verlaine en la que hace de Rimbaud, con buena crítica y éxito de público. Estoy seguro de que no ha leído una línea de Rimbaud o Verlaine o del periódico siquiera, porque él, siendo un amante delicioso, no cuenta entre sus aficiones la lectura. Sin embargo, no dudo de que estará encantado en el teatro, gimoteando, desgarrándose, hiperventilándose, protagonizando escenas histéricas, todo lo cual le permite dar una imagen de actor serio, comprometido con el arte y al que le duele este país en que nació y sin la menor codicia por el dinero, porque ésas son cosas para espíritus chatos como el mío y él no se rebaja a esa carrera de ratas, él vive para el arte y para acostarse a escondidas con chicos como yo.

Buena falta me hace Sebastián, buena falta me hace un revolcón con él, pero esto no se lo digo a Sofía porque no quiero lastimarla, sólo le digo acerca de ir a verlo al teatro hoy sábado y ella acepta encantada y me pide, si no me molesta, que antes de ir al teatro tomemos un helado con Lucho, su padre, sólo un ratito, media hora nomás, él muere por los helados y ya le dije que lo vamos a invitar, y yo bueno, genial, vayamos a tomar helados con tu papá, ojalá que no me pregunte cuánto gano y me diga que tengo los dientes amarillentos, digo, sarcástico, y ella sonríe y me acaricia el pelo y dice no, no, ya verás que te va a caer bien, es un loco como tú. Muy bien, iremos a tomar helados con su padre, el lunático que volvió de las montañas, y de ahí al teatro a gozar con Sebastián.

Vamos en mi coche nuevo, que es un agrado, y Sofía pone un disco de REM que me fascina, y cantamos Losing my religion y yo me siento tan leve porque he perdido mi religión, a los curas mañosos del Opus Dei y a mis padres fundamentalistas.

Llegamos al edificio donde vive su padre y él nos espera en la calle. Bajo del auto, le doy la mano y él me dice hola y me mira con una intensidad perturbadora, con un brillo de loco bueno y genial. Está vestido de un modo descuidado, con pantalones viejos, sandalias de jebe y una camisa cualquiera, y huele fuerte a tabaco. Se monta en el auto, Sofía baja el volumen y yo me dirijo a la heladería de moda, a pocas cuadras de allí. Espero a que Sofía tome la iniciativa y lleve la conversación, pero no dice nada y su padre tampoco, va en el auto sin decir nada, mirándome con curiosidad, y yo ¿qué tal, Lucho?, ¿todo bien?, y él con una voz nasal ahí, medio jodido, como todos, y yo me río pero él no se ríe, permanece serio, ensimismado.

Lo miro por el espejo: es un hombre de cara alargada, ojos vivarachos y nariz de gancho que en su juventud debió de ser muy apuesto. Le pregunto ¿extrañas tu casa en el campo?, porque no sé de qué hablarle pero quiero llenar estos silencios tan incómodos, y él sí, claro, esto es una mierda, y entonces comprendo que es un tipo estupendo, que me cae muy bien y que podríamos ser buenos amigos si dejase de fumar, porque ya encendió un cigarrillo y ahora sufro pensando que me va a dejar el auto apestando, pero no le digo nada por amor a Sofía, y ella por suerte se da cuenta y me mira con cariño y le dice papi, mejor bota el cigarro, que a Gabriel le molesta que fumen en su carro, y Lucho, sin hacerse problemas, ah, carajo, no sabía, y ahora veo que con él se habla así, como en la calle, sin remilgos, y entonces aspira una pitada larga y bota el cigarrillo, y yo gracias, Lucho, perdona la molestia, y él no dice nada, se calla, no sé si está molesto, se ve que le gusta ir callado y eso me desconcierta por momentos.

Apenas llegamos, se arma un revuelo en la heladería porque las chicas uniformadas del mostrador, con sus gorros verdes y sus mandiles rojos, me reconocen, se alborotan, me hacen ojitos y se confunden en risas ahogadas y murmullos picaros, mientras los clientes del local, en su mayoría señores barrigones que han sido derrotados por la vida y tal vez intentan olvidarlo, me miran con recelo y antipatía, y las señoras que los acompañan, revestidas de ese aire beatífico que es tan común entre las damas mayores de esta ciudad, me miran con ojos de honda tristeza, como diciéndome ay, pero qué pena, tú que eras la última esperanza blanca para salvar a este país, ¡haciendo ese programa adefesiero, mamarrachento, de calatas y maricas en la televisión, tú que eres hijo de nuestra devota amiga, la supernumeraria del Opus Dei, que no merece la vergüenza de tener un hijo así!

Supernumerarias superlocas, déjenme comer mi helado y no me miren con esas caras de consternación, mírenme como las señoritas uniformadas, que son tan adorables y no me juzgan y al parecer no les molesta la imagen de libertino deslenguado que me esmero en cultivar, pues me sonríen con cariño y me miran muy taimadamente con aire coqueto pero a la vez comedido, sin ignorar que me acompaña Sofía, que pide un helado de chocolate, y su padre, el loco de Lucho, que reclama, con su voz nasal y un tanto áspera, a mí dame puro chocolate, pero sirve sin miedo, pues, métele bastante que estoy con hambre, y cuando toca mi turno pido, muy consciente de la barriga que escondo mal, sólo fresa al agua, por favor, y no en barquillo, en vasito. Luego nos vamos al carro con nuestros helados, ignorando las miradas de censura de los caballeros honorables y sus señoras avinagradas y sintiéndome extrañamente bien con Lucho, que no debería haber abandonado a sus hijos cuando eran niños pero que tuvo el coraje de mandar al diablo a esta ciudad de pacatos, cucufatas y pusilánimes.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Обсуждение, отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x