Disiente en este punto con la conocida opinión del Prof. Mario Bunge: “[…] no hay tanta oposición como él piensa (refiriéndose al Prof. Bunge) entre neurociencia y psicoanálisis, que él casi la ve como una especie de batalla entre el materialismo y el dualismo místico.”
Su trabajo con la teoría psicoanalítica lo lleva a decir: “Mi conclusión es que no hay mucha diferencia entre la estructura lógica de las teorías psicoanalíticas con las de las otras ciencias humanas, que los métodos de introducción de los términos teóricos, definicionales y reglas de correspondencia son análogos”.
Klimovsky también piensa que el parecido metodológico del psicoanálisis con las ciencias duras es mayor del que muchos están dispuestos a darle. Aparece si se considera el valor gnoseológico de la interpretación psicoanalítica como instrumento, que está probado clínicamente que no es nulo, lo que muestra que hay ley manejable del fenómeno.
Sin embargo, muchos científicos y filósofos de la ciencia creen que existe algo particular en las así llamadas ciencias humanas. Si uno no se limita simplemente a oír estas opiniones y trata de averiguar qué contenido tienen –como hace Klimovsky–, entonces encuentra que las opiniones convergen a dos fenómenos, el de la significación y el semiótico, que es necesario tomar en cuenta en estas disciplinas y que no se encuentran en las otras. Pero, debemos repetir, tomar en cuenta no significa que abandonemos los métodos generales de la ciencia y los métodos de construcción de teorías, sino que debemos buscar la forma de ampliarlos de modo de incluir no solo los hechos y sus relaciones tal como ocurre en las disciplinas tradicionales, sino también las significaciones que se constituyen cuando estudiamos fenómenos o hechos que protagonizan seres humanos.
Klimovsky señala que, paradójicamente, fue vía ciencias naturales que el psicoanálisis se convirtió en una de las ciencias que mostró que hay fenómenos que no pueden ser entendidos si no se toma en cuenta que hay significados y semiosis. El psicoanálisis ha creado teorías acerca de la estructura responsable de estos fenómenos, de la naturaleza de esa estructura como interna al aparato psíquico, y de sus relaciones tanto con otras estructuras de la persona como con el mundo externo. En estas teorías se usaron y se usan términos del lenguaje cotidiano y del lenguaje científico en general, términos elucidados, y términos especialmente creados para formular las hipótesis correspondientes a esas estructuras. Podemos afirmar que negar el carácter de ciencia al psicoanálisis implica negar la existencia, entre otros, de los fenómenos de significación y semióticos que el psicoanálisis describe e intenta explicar en determinados niveles. Estos niveles corresponden a la estrategia Top-Down que es característica del psicoanálisis. Sabemos que se hacen grandes progresos con la estrategia Bottom-Up en otras disciplinas, pero aún no han surgido modelos o teorías en condiciones de competir con el psicoanálisis en el nivel que le es específico. No dudamos que el futuro cambiará este estado de cosas. Necesariamente, también las teorías psicoanalíticas actuales caerán y serán sustituidas por síntesis nuevas y más potentes. Este es un hecho que Freud ya esperaba en su tiempo, y que nosotros también esperamos. Puede ser una fuente de interesantes ideas realizar una investigación acerca de los factores comprometidos en la demora que se viene produciendo en este necesario cambio. La opinión de Klimovsky sobre este punto es muy significativa para nosotros, y dice lo siguiente, “[…] el abandono de una teoría, en un instante dado de la historia del psicoanálisis, no tiene nada que ver con el éxito científico y la cientificidad de toda la estrategia psicoanalítica”.
“[…] lo que habrá es la aparición de nuevas teorías que recogerán dialécticamente a modo de síntesis la experiencia de las teorías previas, las experiencias de las prácticas anteriores y esto dará lugar a una nueva etapa con su nueva revisión, con su propio análisis lógico y así, sucesivamente, sin parar”. “El método científico es así, consiste en una rápida y dialéctica sucesión de teorías […]”.
O, también: “[…] si el psicoanálisis desapareciera, podría suceder que lo que siguiera luego no pudiera existir como teoría sin el antecedente freudiano, porque podría ser que toda la actual teoría sirviera de camino lógico a una problemática nueva que solo se podría encontrar de esa manera”.
Un aspecto importante de la terapia epistemoanalítica es que estimula a buscar soluciones cuando tropezamos con la complejidad de los problemas y lo complicado de los procedimientos. Klimovsky nos ha rescatado más de una vez de momentos en los que nos sentimos abrumados, en los que el camino más fácil es el abandono de los métodos científicos, y nos ha devuelto la confianza en ellos.
Nuestra disciplina es rica en complejidades y dificultades. No pretendemos hacer comparaciones porque sabemos que cada uno sufre su dolor de muelas como único. Pero las complejidades con las que tenemos que tratar son, precisamente, ingredientes singulares como la significación y la semiosis, y la manera de incorporarlos al sistema legal de las teorías científicas. Klimovsky introdujo algunas ideas sobre este problema. Una de ellas vincula el problema de la explicación y el problema de la significación a través de la discusión en lógica de las estructuras de significación, la constitución de significados y las relaciones entre un discurso y sus interpretaciones. Estas discusiones forman parte del fundamento de la deducción, que a su vez participa del método explicativo.
Otro aspecto de las complejidades propias de nuestra disciplina es el que algunos autores señalan como imposibilidad de explicar mediante leyes, acotando que lo que se hace es en realidad comprender. La posición de Klimovsky sobre esta cuestión es que la explicación por leyes y la comprensión no son excluyentes. Esta última agrega la intencionalidad, ausente en la primera. Ello nos permite considerar a la explicación como una manera de posicionarse frente a una situación o un fenómeno que se comprende cuando en lugar de verlo aisladamente uno lo ve formando parte de un sistema y capta su sentido en ese sistema. Klimovsky dice que: “El que comprende se explica, de alguna manera, cierto tipo de situación pero no pasa de ser más que una especie de ubicación que da significado, en tanto que la explicación sería una ubicación que da razón”. “[…] explicar es situarse convenientemente en un estado de cosas. Parecería, si uno tuviera que ir eligiendo, que explicar es, de alguna manera, situarse”.
Otra cuestión que originó discusiones es que en nuestra disciplina existen muchas teorías, quizás se pueda decir familias de teorías que se desarrollan alrededor de algún aporte original y permanecen, hasta cierto punto, como nichos aislados. Este hecho no parece plantear enigmas muy interesantes y ocurre también en otras disciplinas. En cambio nos parece del mayor interés el proceso por el cual las teorías van siendo eliminadas van, en cierto sentido, muriendo. Klimovsky piensa que ese proceso consiste en la interacción continua entre aspectos empíricos, pragmáticos, tecnológicos y clínicos por un lado, y estructura lógica, creación de hipótesis y estructuras de modelos por otro. El proceso va descartando, en el tiempo, las teorías inadecuadas o equivocadas. A los psicoanalistas nos cabe la responsabilidad, a veces no asumida, de trabajar –y hay mucho trabajo por hacer–, para mantener en marcha ese proceso formulando con claridad y de manera organizada la información pertinente. La literatura psicoanalítica ha sido influida por la tradición filosófica de la que proviene todo lo que está vinculado al aparato psíquico, razón suficiente para esforzarnos por comunicar tanto los aspectos teóricos como los clínicos y técnicos en un estilo más organizado a la manera de la tradición científica sin perder de vista los aspectos particulares del material psicoanalítico. Este trabajo es necesario para aumentar el intercambio entre nuestras “familias” de teorías y también con otras disciplinas. La comunicación eficaz, tanto en el interior del psicoanálisis como con teorías y disciplinas distintas, se hace indispensable en nuestro tiempo. También es necesaria para generar investigación sistemática y nuevos instrumentos que enriquezcan al psicoanálisis. Sobre este punto, Klimovsky ha dicho: “He sostenido muchas veces que, desde un punto de vista lógico, más allá del aparente caos de muchos de los artículos psicoanalíticos, hay una estructura, una problemática y una intención bastante parecida a la de las ciencias naturales. La manera en que se constituyó el psicoanálisis y el aparato hipotético-deductivo que hay en muchas de sus exposiciones es para mí una cosa bastante fuerte”.
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