María R. Box - Diez razones para amarte

Здесь есть возможность читать онлайн «María R. Box - Diez razones para amarte» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diez razones para amarte: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diez razones para amarte»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"El hecho de coincidir contigo en esta vida es algo por lo que siempre viviré agradecido". Lucía Rodríguez siempre se había considerado una mujer fuerte, romántica empedernida y con la vida parcialmente estructurada. Su mayor sueño era terminar su último año de universidad y trabajar de lo que tanto le gustaba. Y, ¿por qué no? Quizá encontrar a esa persona con la que compartir su vida. Sin embargo, por desgracias de la vida, su madre vuelve a recaer en un maligno cáncer de mama que consiguió vencer en su juventud. Lucía se ve obligada a hacerse cargo de su familia, debe encontrar un trabajo y pagar las facturas que comienzan a acumularse. Los problemas no paran de crecer a su alrededor hasta que Naomi, su mejor amiga, le habla de una página de internet con la que puede ganar dinero de forma fácil y rápida. ¿Será capaz Lucía de aceptar las condiciones que le proponen para sacar a su familia adelante? ¿Acabará encontrando el amor que tanto ansía?

Diez razones para amarte — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diez razones para amarte», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Qué te parece si nos comemos el postre? —le pregunté, mirando el plato. Subí la mirada y le sonreí, algo avergonzada—. Te prometo mirar el contrato y decirte algo lo antes posible.

Lo vi sonreír en mi dirección de forma sincera, sin enseñar sus dientes. Me hizo caso, comenzó a comer de su postre.

—Entonces, ¿estudias Traducción e Interpretación? Tienes un acento italiano muy trabajado, casi perfecto. ¿Has ido alguna vez a Italia?

—Sí, estudio eso, pero no, nunca he salido del país. ¿Y tú? ¿Has viajado mucho? —asintió.

—Bastante, pero nunca he podido disfrutar del lugar.

Le sonreí con tristeza. No lograba entender su vida. Quizá por ello necesitaba una chica a su lado, quizá Alejandro lo que necesitaba era disfrutar de la vida.

—¿A qué te dedicas, Alejandro? —pregunté.

—Soy abogado.

—Guau —dije, sorprendida—. Derecho era mi segunda opción.

—¿De verdad? —preguntó sorprendido.

—Así es. —Reí.

Terminamos de cenar entre una charla muy amena, la verdad es que hablar con Alejandro era un lujo. Era un hombre culto y divertido. No podía parar de reírme con sus bromas. Me sentía muy cómoda. Me había dado cuenta de que teníamos cosas en común, aunque en otras éramos completamente diferentes. Sin embargo, cuando el camarero recogió nuestros platos y me disponía a levantarme, Alejandro agarró mi mano y sacó un sobre de su maletín. Con disimulo, lo echó hacia delante y, con un ademán, me dijo que lo cogiera.

—Es tuyo, la cena también corre de mi cuenta.

—Aún no hemos firmado nada, no hace falta.

Quise pasarle el dinero, pero me lo negó. Su mano tibia estaba encima de la mía, tragué saliva.

—Sí que la hace, es tuyo —insistió.

—De verdad, no hace falta... —Siquiera me dejó terminar de hablar.

—Lucía, es tuyo. Por favor, acéptalo.

No me quedó más remedio que agarrar el sobre a regañadientes y meterlo en el bolso. Le di las gracias y, como buen caballero, me cedió la mano para levantarme. Se la acepté y ambos salimos del restaurante después de pagar. Alejandro me paró en la puerta y del bolsillo de su chaqueta sacó una tarjeta y me la dio.

—Este es mi número, llámame cuando hayas leído el contrato. De verdad, Lucía, léelo y cualquier duda, llámame. Podemos arreglarlo a lo que tú necesites.

—Claro. —Agarré los papeles mucho más fuerte entre mis dedos.

—¿Quieres que te acerque a casa? —se prestó.

—¡Oh, no! —exclamé despreocupada—. No te preocupes, cogeré el metro.

—¿Segura? —pregunto, frunciendo el ceño—. Puedo acercaros donde queráis.

Lo miré estupefacta y con la boca seca. ¿Acaba de hablar en plural?

—¿Acercarnos? —pregunté riendo incómoda.

—Claro. —Sonrió él—. A tu amiga, la devoradora de chucherías que estaba en el banco, y a ti.

Mi cara volvió a tornarse roja.

—¿La has visto? ¡Dios, qué vergüenza!

Alejandro rio.

—No te preocupes, es normal que no confiases en mí.

Alejando puso su mano en mi hombro y se acercó unos pasos hasta quedar a escasos centímetros de mi cara. Él tuvo que bajar unos centímetros la suya por el cambio de altura entre ambos. Sorprendida, vi como tocaba mi nariz con uno de sus dedos en un gesto cariñoso y divertido.

—Estás muy guapa cuando te pones tan roja. —Rio.

Abrí mis ojos a más no poder. Estaba tan cerca que nuestras respiraciones se juntaban en una sola. Llegué a pensar que me besaría, no me importaría saborear esos labios.

—Yo... Eh... —tartamudeé, sin saber qué decir.

—Quedamos en que me llamarás cuando lo tengas todo leído, ¿vale? De todos modos, si no aceptas, dímelo.

—Cla... claro. —Fue lo único coherente que pude decir. Lo volví a escuchar reír, se apartó.

«¡No te apartes, joder! ¡Bésame, maldito!», pensé.

Alejandro se apartó y comenzó a caminar, no obstante, me miró por encima de su hombro con su mirada brillante y dijo con voz grave:

—Espero tu llamada.

Capítulo siete Quizá pasaron horas hasta que pude conciliar el sueño en el - фото 10Capítulo siete

Quizá pasaron horas hasta que pude conciliar el sueño en el incómodo sillón del hospital. Había tenido que pasar por casa para cambiarme, pero no pude dejar el dinero. Aún sin estar segura de que esto era lo que debía hacer, admiré el reflejo del sol entre las persianas de la habitación. Miré de refilón a Alba, tumbada en el otro sillón, y a mamá en la cama. No debía faltar mucho para que el doctor pasase a verla y quise aprovechar para leer los papeles que Alejandro me había dado la noche anterior.

Alejandro era uno de los motivos de mi desvelo. ¿Cómo un hombre tan inteligente, divertido y guapo necesitaba la compañía de una niña como yo?

—Buenos días, Lu.

Me sobresalté al escuchar a mi hermana, de inmediato disimulé el convenio que tenía en manos.

—Buenos días, Alba. ¿Qué tal has dormido? —pregunté con una ligera sonrisa.

—Mal, el sillón es incomodísimo.

—Lo sé, cielo, pero es lo que hay. Ya te dije que podías quedarte con la vecina —dije, levantándome—. Escucha, Alba, vuelvo en media hora, ¿vale? Tengo que hacer unas gestiones.

Mi prioridad era pagar los recibos y la universidad, no quería quedarme sin luz y agua caliente estando mamá en estas condiciones.

—¿Dónde vas? —preguntó ella, curiosa.

—Ya te lo he dicho, voy a hacer unas gestiones. Volveré rápido, te lo prometo.

—Vale.

Me acerqué a mi hermana y besé su coronilla. Salí corriendo del hospital con el dinero a buen recaudo. Anduve por las calles muy temprano, siendo la primera en entrar al banco y hablar con el director. Transferí el dinero necesario para la universidad y aproveché para preguntar por mi libreta bancaria donde tenía algunos ahorros. Ya que la de mi madre había sido embargada, solo teníamos la mía. No tenía mucho, pero iría ahorrando poco a poco.

Salí del banco en poco tiempo. Entonces fue cuando me dirigí a pagar las facturas de la luz y el agua. Acabé agotada de tanto correr. Decidí sentarme en un banco que había en la calle y respirar con tranquilidad. De lo que me había dado Alejandro aún me quedaba algo de dinero para hacer la compra, nada excesivo, pero me apañaría.

Llamé a Naomi, necesitaba hablar con ella.

—Estas no son horas de llamarme, ¿lo sabes? —preguntó, adormilada.

—Disculpe usted, marquesa, pero creí que le interesaría saber que ya tengo las facturas pagadas —dije, irónicamente.

—¿Eso significa que no te vas de la universidad? —preguntó, contentísima.

Juraría que, conociéndola, se habría levantado de la cama de la sorpresa.

—Así es, así que más te vale coger apuntes porque en cuanto mi madre se recupere vuelvo.

—Vale, vale, captado. Nada de dormir en las clases. —Naomi bostezó—. Tía, me quedan aún diez minutos para que suene el despertador. Esta tarde voy a verte y hablamos.

Reí. Me levanté del banco y volví a andar camino al hospital.

—Vale, chao.

Naomi colgó y guardé el móvil. Cuando llegué, me sorprendí al ver a mamá levantada y firmando el alta médica. Nos fuimos a casa dando un agradable paseo pues el tiempo acompañaba y a mamá le vendría bien tomar un poco el sol.

—Alba, ¿te gustaría volver a las clases de música? —le pregunté.

Mi hermana me miró con los ojos abiertos.

—Me encantaría —parecía triste—, pero no nos lo podemos permitir.

—Bueno —mentí—, estoy bastante segura de que me cogerán en un trabajo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diez razones para amarte»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diez razones para amarte» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diez razones para amarte»

Обсуждение, отзывы о книге «Diez razones para amarte» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x