Publicado por:
www.novacasaeditorial.com
info@novacasaeditorial.com
© 2020, María R. Box
© 2020, de esta edición: Nova Casa Editorial
Editor
Joan Adell i Lavé
Coordinación
Noelia Navarro
Portada
Vasco Lopes
Corrección y revisión
Noelia Navarro
Icono del caballo
Freepik
Primera edición en formato electrónico: julio de 2020
ISBN: 978-84-18013-54-6
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)
María R. Box
Este ebook es para uso personal e intransferible. Cualquier copia o envío será rastreado para velar por el interés de los autores y la editorial e impedir la piratería.
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Capítulo trece
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo diecisiete
Capítulo dieciocho
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte
Capítulo veintiuno
Capítulo veintidós
Capítulo veintitrés
Capítulo veinticuatro
Capítulo veinticinco
Capítulo veintiséis
Capítulo veintisiete
Capítulo veintiocho
Capítulo veintinueve
Capítulo treinta
Capítulo treinta y uno
Capítulo treinta y dos
Capítulo treinta y tres
Capítulo treinta y cuatro
Capítulo treinta y cinco
Capítulo treinta y seis
Capítulo treinta y siete
Capítulo treinta y ocho
Capítulo treinta y nueve
Epílogo
Agradecimientos
«Editar un libro es muy difícil, pero tener continuidad es todavía más complicado», citó Lena Valenti.
El esfuerzo, la continuidad, la pasión y esa pequeña pizca de suerte han hecho que hoy Diez razones para amarte esté en tus manos.
Mi sueño siempre fue publicar con Nova Casa Editorial, pero nunca me había visto preparada hasta el día que este libro apareció en forma de deseo. La ambición de llegar lejos, de hacer que todo tomara un rumbo diferente a lo que conocemos como el típico romance (como a mis grandísimas lectoras les gusta llamarlo: El típico cliché romántico). La frustración se convirtió en esto, en un libro. El aburrimiento de siempre estar leyendo lo mismo; dónde la brusquedad del personaje masculino y la poca integridad de la protagonista que había en la plataforma naranja me abrumaban de forma negativa. Todo ese conjunto de frustración y personas tóxicas dio lugar a esto, a mi sueño hecho realidad.
Así que, gracias a todos los que voy a nombrar ahora por hacerme cada día más grande.
Para empezar, quiero dedicar unas palabras a mi editor, Joan, por ser mi enlace y a Noelia, mi coordinadora editorial. Es algo fácil apostar por alguien tan nuevo como lo soy yo, una simple escritora novel. Siempre me has dado las soluciones más adecuadas, guiándome desde mi ignorancia en este nuevo mundo editorial, para poder realizar mi sueño y eso es siempre algo que agradeceré. La claridad de tus palabras y la sinceridad, junto a tu experiencia, es algo que me dio muchísima confianza. Y por consiguiente, gracias a la editorial por hacerme parte de su «familia» porque nunca olvidaré la siguiente frase: Bienvenida a tu casa.
Quiero darle las gracias a la persona que me inspiró para crear a Alejandro. Mi pareja, mi compañero de viaje, porque él me hizo comprender que el amor no son solo palabras sino actos. Porque él me ha visto crecer y me ha ayudado a levantarme cuando me encontraba en lo más hondo. Sin él nunca me hubiera lanzado a esto. Como dice la cita anónima: «Vi que eras perfecto y por eso te amé. Luego vi que no eras perfecto, y te amé incluso más».
Laura, mi querida sevillana. Más que una lectora, mi amiga. Porque detrás de una mujer exitosa hay una buena amiga diciéndole locuras. Siempre recordaré el momento en el que te conocí, pero, sobre todo, el momento en el que te hice llorar con este libro. Puede ser una tontería, pero eso me dio la confianza para mandarlo. Gracias.
Cristina, mi querida Cris de Barcelona. Siempre sabes qué decirme y como ayudarme con tus buenos consejos. Me has apoyado casi sin conocerme. Las amigas son esas que intentan levantarte cuando te has caído, y si no logran levantarse se acuestan a tu lado para escucharte. Tú eres así y te doy las gracias por estar conmigo en este viaje y apoyarme incondicionalmente.
Adriana, mi queridísima inspiración. Muchas personas sueñan con ser algo, pero yo quiero ser como alguien. He comprendido que no debo callarme y que nadie puede conmigo. Tú me has hecho comprender que hay mucho más de mí de lo que la gente ve a primera vista. Tú me has enseñado a ser yo misma y creer en mí.
La abuela sostiene nuestras manecitas por un rato, pero nuestros corazones para siempre. Gracias, abuelita.
Y, por último, gracias a todos los lectores, amigos y familiares que están ahí conmigo para guiarme y apoyarme.
Sin vosotros no sería posible.
Gracias.
Dedicado a la persona más fuerte que conozco: Yo.
Pero también te lo dedico a ti, gracias.
Gracias por todo.
Mantén el amor en tu corazón. Una vida sin él es como un jardín sin sol cuando las flores están muertas.
oscar wilde
Capítulo uno
4 de septiembre de 2017
Siempre me había imaginado mi futuro de una forma muy clara, sin embargo, todo se había vuelto una locura desde hacía unos meses. A mí madre le habían vuelto a diagnosticar cáncer, la odiosa enfermedad que venció cuando era joven. No obstante, ahí estaba presente de nuevo a sus cincuenta años. Mi padre nos había vuelto a dejar tiradas con una deuda de once mil euros a la que debía de hacer frente yo sola ya que mi madre no podía trabajar en las condiciones que estaba. Debía pagar la matrícula de la universidad y los libros de mi hermana para el nuevo curso escolar. Había estado todo el verano trabajando en una oficina por las mañanas y cuidando a los hijos de nuestra vecina por la tarde para poder hacer frente a estos gastos.
Estaba en mi último año de universidad y dudaba en si lo podría acabar, lo primero para mí era mi familia, pero la situación me sobrepasaba. El dinero no nos llegaría, y mucho menos nos duraría con los gastos que tenía que enfrentar.
Mi vida se había transformado en una completa mierda.
—¡Alba, llegarás tarde a tu primer día de clase!
Puse en la mesa de la cocina un buen tazón de cereales y el bote de leche que había en la nevera. Escuché como Alba salía de su cuarto a regañadientes, acelerada vino hacia la cocina y se sentó en la silla para comenzar a engullir. Sin embargo, me di cuenta de que llevaba los dos botones de la camisa abiertos. La regañé con la mirada, no podía ir de aquella forma al colegio.
Читать дальше