Como el concepto de calidad educativa presenta una diversidad importante de acepciones, la Unesco (2005) esbozó un marco para comprender, monitorear y mejorar la calidad educativa y propendió por llegar a acuerdos generales sobre los objetivos y metas de la educación, por un marco de análisis de la calidad que permitiera especificar sus diversas dimensiones, un enfoque de medición que condujera a identificar y valorar las variables importantes, un marco para la mejora que cubriera de modo comprensivo los componentes vinculados del sistema educativo y que implicara oportunidades para identificar los cambios y las reformas necesarias.
Desde esta perspectiva, la calidad se concibe como un concepto multicausal y multiefectivo, razón que impulsa a las instituciones de educación superior (IES) a trabajar por el mismo. Esto se ve reflejado en los principios que orientan las actuaciones de los órganos de dirección de las IES, como lo declara el Ministerio de Educación Nacional (MEN):
Una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos y conviven en paz. Una educación que genera oportunidades legítimas de progreso y prosperidad para ellos y para el país. Una educación competitiva, que contribuye a cerrar brechas de inequidad, centrada en la institución educativa y en la que participa toda la sociedad. (2017, p. 4)
Asimismo, el MEN plantea las siguientes estrategias para garantizar este principio:
El Sistema de Aseguramiento de la Calidad, el cual se basa en el registro calificado otorgado por el MEN a los programas académicos de educación superior, para que estos puedan ser desarrollados.
La acreditación de calidad, a la cual solo acceden las IES que de forma voluntaria desean obtener un reconocimiento a la excelencia educativa y para lo cual deben demostrar estándares de calidad superiores en la prestación del servicio.
La consolidación de una cultura de evaluación y autoevaluación permanente y sistemática que les permita a las IES brindar una oferta educativa que responda a las necesidades e intereses de los estudiantes, del contexto regional y en concordancia con el desarrollo y la búsqueda de competitividad del país.
Figura 2. Esquema para comprender qué es la calidad educativa
Fuente: Unesco, 2005.
El fomento, como estrategia del Gobierno nacional para apoyar e incentivar la ejecución de iniciativas que conduzcan al mejoramiento de la calidad.
La inspección y vigilancia para garantizar la calidad de la educación superior dentro del respeto a la autonomía y a las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra; atención a la adecuada prestación de los servicios de educación superior, al cumplimiento de los fines y objetivos de las IES, a la debida aplicación de los bienes y rentas y al respeto de los derechos de todos los actores de la comunidad académica.
Enfoques de gestión curricular
Las concepciones de currículo están íntimamente relacionadas con la gestión que se haga del mismo y que Rohlehr (mayo de 2006) define como “la relación con el diseño, desarrollo, alcance, articulación y evaluación del currículo escrito, enseñado y comprobado en todas las disciplinas. Lo anterior implica, implementar y monitorear el currículo” (p. 2).
La gestión del currículo depende de la coherencia entre lo que se planea y escribe, lo que se implementa, lo que se evalúa y lo que en realidad aprenden los estudiantes. Al respecto, Rohlehr (2006) indica que
Es importante establecer la distinción entre el currículo previsto, escrito, enseñado y aprendido. El previsto representa las directrices formales aprobadas que se vierten a un currículo escrito que incluye todo lo necesario para su implementación. Posteriormente el currículo escrito se transforma en el currículo enseñado a través del impacto de los resultados de aprendizaje, la aplicación de métodos pedagógicos eficaces y el monitoreo de su efectividad en el aula. Un currículo aprendido es aquel que permite a los estudiantes demostrar que han aprendido el contenido, las competencias, actitudes y valores como resultado de la efectiva implementación del currículo escrito. (p. 2)
Entonces la gestión del currículo depende de las intencionalidades formativas declaradas en la misión de las IES y sus proyectos educativos institucionales (PEI), así como de la concepción que adopte la institución de currículo. Si para una IES currículo es sinónimo de ‘plan de estudios’, su gestión se corresponde con el diseño del plan, su implementación, los recursos que se necesiten para este y su evaluación. En contraste, si para otra IES el currículo tiene que ver con todas las prácticas y actividades académicas, no solo con la inmersión en el plan de estudios, su gestión tendrá otro alcance. En ello radica la diferencia de los modelos de gestión curricular.
La experiencia de algunos gestores de currículo en educación superior muestra la importancia de los actores y líderes del currículo sobre los contenidos. La Facultad de Administración de Empresas de la Pontificia Universidad Bolivariana de Medellín, Colombia, concibe la gestión curricular como la coordinación de los equipos de alto desempeño y de los otros colectivos didácticos para la dinamización del proceso curricular, a través de la articulación de las dimensiones pedagógica y administrativa, con el fin de optimizarlo, posibilitando el cumplimiento de los objetivos de formación propuestos:
La estrategia propuesta para la implementación del sistema de gestión curricular se fundamenta en los equipos de alto desempeño y se divide en cuatro acciones estratégicas específicas: la gestión y funciones de los equipos de alto desempeño, el direccionamiento de la estructura curricular en ciclos de formación, la articulación de las funciones de evaluación y planeación, y el programa de capacitación. (Gómez, 2008, p. 20)
Estos equipos de alto desempeño, según Gómez, se han fundamentado, desde su dimensión administrativa, a partir de los niveles estratégico, táctico y operativo; y desde los diferentes elementos de la teoría administrativa y organizacional como jerarquía de planes, canales de comunicación, niveles de autoridad, liderazgo y toma de decisiones, y desde la dimensión pedagógica a partir de las etapas del proceso curricular.
La acreditación institucional multicampus se concibe como el proceso de evaluación que valorará la institución:
[…] como sistema académico integrado, interacción sistémica que permita una visión holística y global de la IES. La acreditación se otorgará con una temporalidad única que se aplica a toda la institución. El concepto del Consejo Nacional de Acreditación(CNA) será integral para toda actividad amparada con el nombre de la institución. (Consejo Nacional de Acreditación, 2014, p. 13)
De acuerdo con lo anterior, la Universidad Santo Tomás concibe la acreditación institucional multicampus como el esfuerzo y tarea conjunta de sedes y seccionales para planear, evaluar y mejorar constantemente las dinámicas de nuestra institución, con el objetivo de garantizar a la sociedad la calidad y credibilidad de los procesos educativos y sus resultados (Universidad Santo Tomás, 2015).
Metodología cualitativa e investigación acción participación
Si bien los datos cuantitativos son importantes se consideró que obtener y analizar datos cualitativos era más apropiado y coherente con el objetivo de crear una experiencia exitosa que permitiera la acreditación multicampus de la Universidad. Asimismo, se contempló la investigación acción participación, que según Kemmis y McTaggart (1988), busca mejorar la práctica a través de su realización, al tiempo que procura comprenderla, ya que se constituye desde y para la práctica; demanda, además, la participación de sujetos en la mejora de sus propias prácticas; exige una participación grupal por la que los sujetos implicados colaboran en todas las fases del proceso de investigación, pues requiere un contexto social de intercambio, discusión y contrastación, e implica un análisis crítico de todas las situaciones.
Читать дальше