A partir del relevamiento realizado puede constatarse que se reeditaron treinta y tres de las novelas. 29Se mantiene una de las tendencias registradas con las primeras ediciones ya que dieciséis de las obras fueron reeditadas también en Buenos Aires. Con referencia a las realizadas en el extranjero pudieron constatarse las reediciones de El fuego sombrío , de Wéyland, en Barcelona en 1971 por el sello Bruguera; 30la de Aire tan dulce , de Elvira Orphée, en Caracas en 1977 por Monte Ávila, y la de Tierra incógnita , de Adolfo Colombres, en Quito por Libros Egüez en 2012.
Por su parte, en la provincia volvieron a publicarse once de las novelas. A la tarea de la Universidad Nacional de Tucumán como entidad editora, se suma lo realizado por El Cruce Cartonero en Tucumán desde 2011. El Cruce Cartonero se encargó de reeditar prácticamente la obra completa de Eduardo Perrone ( Preso común , Visita, francesa y completo y Días de reír, días de llorar ) y la primera novela de Sara Rosenberg ( Un hilo rojo ) que no había conocido ediciones en la Argentina. El caso del escritor Eduardo Perrone es emblemático, ya que se hablaba de su obra, pero muy pocos habían podido acceder a sus novelas, y solo en el formato de fotocopias. A partir de esta situación, y en el marco de las experiencias de editoriales cartoneras, que publicaban ediciones o reediciones de textos de autores consagrados u olvidados, El Cruce Cartonero puso nuevamente en circulación la narrativa de Perrone entre lectores y críticos.
Respecto de las novelas de Julio Ardiles Gray, en 1968 el CEAL publicó Las puertas del paraíso e incluyó junto a esta obra dos novelas previas que configuran una trilogía: Los amigos lejanos (1956) y Los médanos ciegos (1957). Se configuró así una suerte de antología de su obra en un solo tomo.
El caso de la obra de Elvira Orphée debe ser destacado ya que en los últimos quince años cinco de sus novelas fueron reeditadas por sellos diferentes (Compañía General Fabril, Vergara, Fundación Victoria Ocampo, Bajo La Luna y Eduvim), incluida su primera obra, Dos veranos . En este proceso tuvo mucho que ver la tarea de revalorización que llevó a cabo el escritor Leopoldo Brizuela. En el caso de la reedición de la primera novela de Orphée realizada por Eduvim, la obra forma parte de la serie “Narradoras argentinas”. Mientras tanto, las dos novelas publicadas por Hugo Foguet fueron reeditadas; así, Frente al mar de Timor vio una segunda edición por Perfil en 1998, y la reedición de Pretérito perfecto en 2015 por Eduvim fue una de las más esperadas por los lectores ya que la novela circulaba solamente como fotocopia. Es llamativa la cantidad de obras publicadas en los años 70 que fueron reeditadas. Este fenómeno puede asociarse a que varias de las novelas publicadas en esos años aluden en sus páginas, subrepticiamente o explícitamente, a la atmósfera de terror, a prácticas represivas y al terrorismo de Estado. Es este el caso de las obras de Foguet, de La última conquista de El Ángel , de Orphée (que alude a la práctica de la tortura) y algunas obras de Perrone. Al respecto, la segunda novela de Foguet fue publicada en 1983, pero sin embargo aborda sucesos de comienzos de los años 70 y hace referencias a la desaparición de personas y a la violencia imperante.
En cuanto a Juan José Hernández, la editorial Adriana Hidalgo se consagró a reeditar toda la obra del escritor tucumano y reunió sus ensayos en Escritos irre b erentes (2003), su poesía en Desiderátum (2001) y en el volumen titulado La ciudad de los sueños (2005) se compiló su única novela y todos sus libros de cuentos. Por su parte, Eduardo Rosenzvaig estableció un vínculo muy estrecho con la Universidad Nacional de Tucumán, en la que se desempeñó como docente e investigador, y así es que prácticamente la totalidad de sus novelas fueron publicadas por la Facultad de Artes y por la de Filosofía y Letras de esa casa de estudios.
Otro autor que merece ser destacado es Adolfo Colombres, quien hasta la actualidad sigue escribiendo y dando a conocer sus libros. Su primera novela, Siete para la eternidad , fue publicada en 1966 (su última novela es del 2019, con lo que ya registra más de cincuenta años publicando su obra), y en el corpus se incluyen doce de sus novelas, lo que lo hace el autor más prolífico del período.
4. Panorama de autores y obras
Desde Peregrinación de la luz del día [1871] de Juan Bautista Alberdi, la novela establece una estrecha relación con la literatura y la historia en Tucumán. Desde ese viaje de la verdad que tiene mucho de historia por lo “verosímil” pero también de fantástico, la tarea es continuada por Paul Groussac con Fruto vedado [1884]. En esta última novela, escrita en el siglo XIX, Eduardo Rosenzvaig señala que la fábrica de azúcar, el ingenio, ingresa por primera vez a la literatura argentina. Luego aparecen obras de José Zenón Santillán ( Clamores de un cañero (lecturas para desocupados) , 1898), Jorge Söhle ( Chavela –novela histórica argentina– , 1903), Ricardo Rojas ( El país de la selva , 1907), Alberto Coutone ( El alma de las sombras , 1920), Juan B. Terán ( Fruto sin flor , 1921), Roberto J. Ponssa ( El dardo errante , 1921), Miguel Ángel Penna (en colaboración con Manuel Hernández, Sarasa. El medallón , 1922), Fausto Burgos 31( María Rosario , 1924; La sonrisa de Puca Puca , 1926; Kanchis Soruco , 1928; El gringo , 1935; Refugios de almas , 1937; Molino en ruinas , 1937; Los regionales , 1939; Don Javier de Guandacol , 1940; El salar , 1946; Lucero de un alba , 1948; Niebla de sueños , 1949), Luis Perinetti Biestro ( Los dioses negros , 1929), Valentín De Pedro ( El veneno del tango , 1926), José María Gallo Mendoza ( La cama 17 , 1939; D’Artagnan en Buenos Aires , 1942), Humberto Aguilar ( La vida de una monja , 1941; Un hombre fuerte , 1948), Juan H. Figueroa ( Horacio Ponce , 1944) y Pedro Heredia ( Ucumar , 1944). A pesar de que el foco de esta investigación se ubica sobre las obras publicadas luego de 1950, es importante considerar en este panorama las obras publicadas por Mario Bravo ( En el surco , 1929), Pablo Rojas Paz ( Hasta aquí, no más , 1936), Alberto Córdoba ( Don Silenio , 1936) y Walter Guido Wéyland ( Áspero intermedio , 1941), por las resonancias que las vinculan con otras novelas posteriores. A pesar de que el trazado de este panorama no refleja la totalidad, 32se incluyen autores y obras 33fundamentales para entender los trabajos de imaginación y de reescritura de la historia. 34
4.1. Mario Bravo: En el surco, la novela que se anticipa al tiempo 35
Le bastó escribir una sola novela a Mario Bravo para delinear los rasgos más importantes de una industria en desarrollo y de una provincia que comenzaba a agitarse en la historia. Son los obreros azucareros del surco los protagonistas de la primera rebelión del siglo XX.
Nació en la ciudad de La Cocha, al sur de la provincia de Tucumán, el 27 de junio de 1882 y murió en Buenos Aires el 17 de marzo de 1944. Se recibió de abogado en 1905 en la Universidad de Buenos Aires con una tesis titulada “Legislación del trabajo”. Fue director del diario socialista La Vanguardia y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Buenos Aires. En el seno del Partido Socialista se desempeñó como diputado y senador nacional por la ciudad capital durante varios mandatos. Tuvo una importante actuación en la lucha por las reivindicaciones laborales. Publicó obras sobre derecho y política ( La huelga de mayo , 1909; Movimiento socialista y obrero , 1910; La ciudad libre , 1918; Capítulos de legislación obrera , 1925; Sociedades cooperativas , 1926; Derechos civiles de la mujer , 1927; La revolución de ellos , 1932), 36libros de poesía ( Poemas del campo y la montaña , 1909; Canciones y poemas , 1918; Canciones de la soledad , 1920), de cuentos ( Cuentos para pobres , 1924) y la novela En el surco (1929).
Читать дальше