bala La palabra bala aparece en el diccionario académico con el valor general de ‘proyectil de forma esférica o cilíndrico-ojival, generalmente de plomo o hierro’, y el específico del comercio de ‘fardo apretado de mercancías, y en especial de los que se transportan embarcados’, entre otros. En cualquier caso, nuestra voz procede del francés balle ‘pelota’, a través del catalán, cuyo origen es el fráncico *balla, también ‘pelota’. Así pues, los proyectiles tienen el nombre de bala porque originariamente eran esféricos, por más que con el transcurso de los siglos su forma haya cambiado. Igualmente, los fardos poseían esa forma esférica, más o menos regular. El término es antiguo en la lengua, y Sebastián de Covarrubias (1611) dijo: «bala, la pelota con que se cargan las piezas de artillería y los arcabuces. Del verbo griego ballo, iaceo, iaculor, por arrojarse con furia y violencia. En lengua italiana algunas veces significa bala el fardel de ropa muy apretada, de papel o libros, del mismo verbo, por la fuerza con que está puesto y arrojado uno a otro. Embalar, hacer estas balas».
balada Los aficionados a la música saben que una balada es una ‘canción de ritmo lento y de carácter popular, cuyo asunto es generalmente amoroso’, si seguimos el diccionario de la Academia, en el cual aparecen otras dos acepciones más, la segunda ‘composición poética provenzal dividida en estrofas de varia rima que terminan en un mismo verso a manera de estribillo’, y la tercera ‘composición poética de origen nórdico, en la que se narran con sencillez y melancolía sucesos legendarios o tradicionales’, que sirven para entender el significado de la palabra, al menos en su desarrollo histórico. Procede del provenzal balada ‘baile’, ‘poema que se baila’, derivado de balar ‘bailar’ (véase lo dicho en el artículo bailar).
baladí El adjetivo baladí significa ‘de poca importancia’, siendo la única acepción de uso general en la lengua, pues la otra que consigna el diccionario académico, ‘propio de la tierra o del país’, es calificada como anticuada. La voz procede del árabe hispánico baladí, que en el clásico es baladī, con el valor que la Academia marca como anticuado, derivado de bálad ‘tierra, provincia’. Quiere esto decir que de aplicarse a lo de la tierra, lo más cercano, pasó a designar a las cosas de poca importancia, intrascendentes, por el poco aprecio o estimación que se confiere a lo que tenemos más próximo. Así, Sebastián de Covarrubias (1611) escribió: «baladí, la cosa que está hecha a menos costa y de poca dura y provecho. Algunos quieren se haya dicho cuasi baldrí, de baldrés, cuero flojo y de poca dura. Otros de baldrana o badana, que casi es de la misma calidad. Y, según esto, será tomada la similitud del calzado de este ruin cuero, y extendiose a significar cualquier otra cosa en su género falsa, de poco valor y de poca dura. Algunos quieren decir es nombre arábigo, corrompido de beledi, que significa lo mismo. El padre Guadix dice que este nombre beledi vale tanto como ciudadano en arábigo, y los moros aldeanos le usurpan por toda cosa falsa y engañosa, porque yendo a comprar algo a la ciudad, como de ordinario son gente simple, los engañan, dándoles las cosas falsificadas».
balanza Una balanza es un ‘aparato que sirve para pesar’, según define la voz el diccionario de nuestra Academia. Procede de la forma del latín vulgar *BILANCIA, que en el clásico era BILANX, BILANCIS, compuesto de BI ‘dos’ y LANX, LANCIS ‘plato, platillo’. Esto es, se trataba de un instrumento para pesar que tenía dos platillos, en uno de los cuales se ponía aquello que se iba a pesar y en el otro las pesas. Cada uno de esos platillos pendía de un brazo, entre los cuales se encontraba un fiel que señalaba la exactitud del peso. Con el tiempo, la forma de la balanza ha ido cambiando, siendo su característica la de poseer los dos platillos, pues hay instrumentos que cumplen la misma función aunque de distinta manera, por lo que reciben otras denominaciones, como la de romana (con dos brazos muy desiguales, en el más corto de los cuales se cuelga lo que se va a pesar, y en el otro la pesa), báscula (con una plataforma o plato donde se pone lo que se va a pesar y un mecanismo con un muelle que señala el peso o con un contrapeso) o el general peso. Sebastián de Covarrubias (1611) explicó en qué consistía el instrumento: «balanza, este nombre está compuesto de bis, que vale en lengua latina adverbialmente ‘dos veces’, y lanx, lancis, el plato, y particularmente el que servía en los sacrificios. Y entre otras maneras de pesos tenemos una de dos platos distantes en fiel y en equilibrio: en el uno se echa lo que se ha de pesar y en el otro las pesas. Y por ser dos estos platos o lances, se dijeron bilances y balanzas, y porque no tienen constancia ni firmeza hasta igualar el peso de ambas, decimos andar uno en balanzas cuando está a peligro de descaecer de su estado, el cual no tiene firme ni seguro. Abalanzarse, arrojarse sin consideración a alguna cosa, como hacen las balanzas con desigual peso, subiendo la una y bajando la otra […]».
balbucear Véase balbucir.
balbuceo Véase balbucir.
balbucir Es ‘hablar o leer con pronunciación dificultosa, tarda y vacilante, trastocando a veces las letras o las sílabas’, procedente de la palabra latina BALBUTIRE, que venía a significar lo mismo. Se trata de una voz onomatopéyica de la pronunciación vacilante. A partir de balbucir se ha formado balbucear y su derivado balbuceo.
baldaquín o baldaquino Es, de acuerdo con el diccionario académico, la ‘especie de dosel o palio hecho de tela de seda’. Se llama así porque era la denominación de esa tela, que procedía de Baldac, nombre que se daba a Bagdad durante la Edad Media. Fr. Diego de Guadix (1593) buscaba una explicación más compleja: «baldaquino llaman en Italia al palio con que hacen autoricida reverencia y cubren al santísimo sacramento, papas y reyes en las procesiones. Consta de bal, que en arábigo significa ‘con el’, y de daq, que significa ‘delgado’ o ‘subtil’, así que todo junto, valdaq, significa ‘con el delgado’ o ‘con el sutil’; hace este sentido con el cendal o con el tafetán. Debieron de llamarle así aquel palio porque es, o debería ser, de tela delgada y de poco peso, para que con facilidad y sin mucha pesadumbre se pudiese llevar sobre aquellas varas, y aconchándolo a la latina o a la italiana lo dicen en este diminutivo, baldaquino, que significará ‘con el delgadillo’ o ‘con el sutilillo’, conviene a saber, con el palio delgadillo o con la tela delgadilla».
balón El balón es la ‘pelota grande, usada en juegos o con fines terapéuticos’, tal como la define la Academia en su diccionario. Para ella es un aumentativo desusado de bala, mientras que Corominas y Pascual la hacen proceder del italiano pallone, aumentativo de palla ‘pelota’. En este caso, el balón es una pelota grande según la formación italiana. Si nos atenemos a lo dicho por la Academia, se estaría tomando para el balón la imagen de las antiguas balas esféricas de piedra, las mayores, o de plomo o de hierro, las de armas de fuego pequeñas.
bancarrota La bancarrota es, entre otras cosas, la ‘quiebra comercial, y más comúnmente la completa o casi total que procede de falta grave, o la fraudulenta’. La voz procede del italiano bancarotta, esto es, banca rotta ‘banco quebrado’. La denominación se remonta a la época en que las transacciones comerciales, especialmente el cambio de moneda, se hacían en la lonja, o en cualquier otro lugar público. Quien llegaba a la situación en que no podía hacer frente a sus obligaciones financieras, o se demostraba que había actuado con falsedad o engaño en su cometido, el gremio lo desposeía del permiso para su actividad, y se rompía el asiento sobre el que trabajaba, en señal de cese de sus operaciones. Parece que los cambistas engañaban más de lo deseable a sus clientes, procedentes de otros lugares con otras monedas y que no siempre entendían las equivalencias que aquellos anotaban en números romanos sobre el banco o la mesa.
Читать дальше