bronce El bronce es la aleación que se hace con cobre y estaño, añadiéndole a veces cinc (el cobre y el cinc es el latón) u otros elementos. La palabra nos viene del italiano bronzo, a partir de la forma latina [AES] BRUNDŬSI, esto es, el bronce de Brindisi, ciudad italiana donde se fabricaba el más famoso. Sebastián de Covarrubias (1611) explicaba, en otra de sus etimologías peregrinas, que es «una masa de diversos metales de gran fortaleza, de la cual se hunden las piezas de artillería. Si no se dijo de bronco, por ser cosa ella en sí áspera, si no la bruñen, será el nombre alemán, como lo es la invención de las piezas de artillería de bronce. Para dar a entender que un hombre no puede sufrir el demasiado trabajo o dejar de sentir los que padece, suelen decir no ser de bronce».
bujía La bujía es la ‘vela de cera blanca, de esperma de ballena o estearina’, según la primera acepción del diccionario académico. El nombre es el de la ciudad argelina de Bujía, fundada hacia el año 26 a. C. por el emperador Augusto (63 a. C. – 14 d. C.), donde durante la Edad Media se fabricaban unas famosas velas de cera de abeja, cuya calidad era tal que tomaron el nombre de la ciudad. La explicación que dio Sebastián de Covarrubias (1611) era otra, aunque conoce la población: «bujía, cierto género de velas de cera delgadas, que por pasarse, al hacerse, por unos agujeros para que salgan apretadas e iguales, se llamaron bujías, cuasi buquicas, a buco, que (como tenemos dicho) vale agujero. Bujía, pueblo de África».
Bujía es también ‘en los motores de explosión, pieza que produce la chispa eléctrica para inflamar la mezcla gaseosa’, según la definición académica. En este caso parece proceder del francés bougie, del mismo origen, por analogía con la de cera. En el caso de las velas, la voz debió llegarnos muy pronto, a través del árabe hispánico.
buñuelo El buñuelo es la ‘fruta de sartén que se hace de masa de harina bien batida y frita en aceite. Cuando se fríe se esponja y sale de varias formas y tamaños’, según lo define el diccionario académico en su primera acepción, donde se considera derivado de un antiguo *boño, procedente del gótico *buggjo ‘grumo’, a la vez que remite al catalán bony ‘bulto’. Corominas y Pascual se remontan a la misma forma catalana, de origen desconocido, probablemente prerromana. De bony deriva otra voz catalana bunyol, pero no parece que nuestro buñuelo sea catalanismo, y piensan que es de la misma familia que boñiga. Con esta pista, y teniendo en cuenta la forma que pueden adoptar los buñuelos al ser fritos, no me parece descabellado poner en relación el nombre con la base expresiva muñ-, con la equivalencia acústica b / m, y con la cual no solamente se relaciona boñiga, sino también moño, muñeca y muñón (véase lo expuesto en el artículo muñeca).
burbuja El primer sentido que registra el diccionario académico para esta voz es ‘glóbulo de aire u otro gas que se forma en el interior de algún líquido y sale a la superficie’, a la que siguen otras formadas metafóricamente: ‘habitáculo hermético y aislado del exterior’, ‘u[sado] en aposición para indicar que la persona o personas designadas por el sustantivo al que se pospone están sometidas a terapia con aislamiento absoluto’, y en economía ‘proceso de fuerte subida en el precio de un activo, que genera expectativas de subidas futuras no exentas de riesgo’. Se trata de una voz onomatopéyica formada con la base burb que Vicente García de Diego define como ‘onomatopeya de la ebullición y el chapoteo’. Corominas y Pascual la hacen derivar «de un verbo *burbujar ‘burbujear’ (portugués borbulhar, catalán borbollar ídem, italiano borbogliare ‘roncar los intestinos’) y este del latín vulgar *BULBULLIARE, derivado por reduplicación del latín BǓLLA ‘burbuja’». Sea como fuere, antes o después, terminamos en alguna de las bases onomatopéyicas del hervor.
burdel Un burdel es una ‘casa de prostitución’, tal como se define la palabra en el diccionario académico. Parece que la voz llegó a nuestra lengua desde el catalán bordell o del provenzal bordel, ambos derivados de bord ‘bastardo’, procedente del latín tardío BŬRDUS ‘mulo’ (véase lo dicho en el artículo borde). El nombre del burdel se le aplicó porque es lugar al que acude gente descastada, y donde se engendran bastardos, como eufemismo en lugar de otros que tiene tal tipo de establecimientos. La palabra ya figura en nuestros más antiguos repertorios léxicos, y de ella dijo Sebastián de Covarrubias (1611): «burdel, la casa pública de las malas mujeres. En francés se llama bordeau, pero viene del nombre latino burdus, que vale ‘mulo’, el cual es engendrado de padres de diferentes especies, conviene a saber, del caballo y de la borrica o asna. Y porque los ayuntamientos que en tal lugar se hacen son ilegítimos, se llamó burdel, y el engendrado en ellos, burdo o borde. Vide supra verbo borde».
burro Uno de los animales más conocidos ha sido el burro, o asno, por la gran ayuda que prestaba en las faenas agrícolas y otras actividades, debido a su gran resistencia. La palabra burro es un derivado regresivo de borrico, al haber sido interpretada esta última como un diminutivo, aunque no lo es, ya que procede del latín BǓRRICUS, BǓRICUS, que significaba ‘caballo pequeño’, denominación que aparece en época tardía en latín. Esto es, el borrico no era sino un animal parecido al caballo, aunque de tamaño menor, denominación en la que intervendría, sin duda, la forma del animal, y probablemente también la posibilidad de aparearlo con el caballo.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.