En ese contexto, los profesionales deben prepararse con una visión de futuro, conociendo la realidad nacional y las tendencias que marcan el mercado internacional. La formación técnica especializada seguirá siendo muy valorada por las empresas, que harán lo posible por conseguir a las personas más calificadas.
Quien aspire a una carrera directiva debe tener muy claro que, por sí solo, el conocimiento técnico es insuficiente. Los profesionales más exitosos son aquellos que combinan de manera estratégica sus fortalezas académicas con el desarrollo de sus competencias de personalidad.
Como se podrá comprobar en este libro, existen coincidencias y diferencias entre los países, que son entendibles por el grado de desarrollo que tienen los distintos mercados laborales. En medios empresariales mayores, la multiculturalidad tiene mucha influencia, lo que incide también en las competencias que requieren las organizaciones. Son distintas complejidades y los profesionales deben prepararse para desenvolverse indistintamente en uno u otro país.
Con ese antecedente, la Escuela de Postgrado en Administración de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espae-Espol), la Universidad ESAN, la Universidad del Desarrollo y la Universidad Autónoma del Caribe han conducido una valiosa y oportuna investigación acerca de las competencias que demandan los mercados chileno, colombiano, ecuatoriano y peruano. Este documento académico se destaca por la precisión en el análisis, el rigor estadístico y la guía que proporciona a quienes están del lado empresarial para facilitarles el análisis de lo que requieren sus colegas, y también a quienes están en proceso de formación para descubrir lo que el mercado laboral en la actualidad necesita.
Roberto X. EstradaSocio de consultoría Deloitte
En el 2016, América Latina se encuentra en una situación de desaceleración económica, lo que trae como consecuencia menor crecimiento y empleo, pero a su vez representa un reto para la región en términos de establecer estrategias que promuevan la productividad y la competitividad. Sumadas a la situación económica, las repetidas crisis por falta de institucionalidad, casos de corrupción y graves problemas de ética de algunas de las economías más grandes e influyentes de la región suscitan la necesidad de realizar investigaciones acerca del factor humano, en general, y en especial de las competencias de los profesionales, su perfil formativo y las demandas económicas, sociales y tecnológicas del mercado laboral latinoamericano.
En este contexto, expertos en talento humano de cuatro países de América Latina (Chile, Colombia, Ecuador y el Perú) han unido esfuerzos en la presente investigación para abordar la tarea de identificar en sus profesionales el perfil de competencias necesario para afrontar los retos del futuro laboral. Para ello se ha realizado una consulta a especialistas de los países participantes con un formato común. Los resultados obtenidos revelan un consenso de esos expertos sobre la necesidad de competencias como la ética, la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y la iniciativa, así como divergencias en dimensiones como lo global.
El estudio es de enfoque profesional, más que académico, y se propuso construir un conocimiento contextualizado, aplicable a la realidad latinoamericana y que generara interés en los profesionales y los gerentes de los países analizados. Se siguieron criterios de rigor en su diseño y desarrollo, muestra de ello fue la revisión anónima de dos expertos en recursos humanos.
La exposición se encuentra dividida en cinco partes. En la primera parte se plantean los antecedentes y las claves de la investigación, su objetivo general y justificación. En la segunda, se presenta la revisión de la literatura sobre el tema, que abarca los aportes de disciplinas como la educación, la administración o la psicología. En la tercera, se aborda el modelo de competencias propuesto y se explica la forma en la que se ha construido. En la cuarta, se exponen la metodología seguida, la elaboración de la muestra, el procedimiento y el instrumento de recolección de información, al igual que los aspectos éticos. En la quinta, se ofrece al lector los resultados de la validación del modelo mediante la construcción del perfil de competencias del futuro por país y en los cuatro países en conjunto. Finalmente, se exponen las conclusiones generales.
Se espera que el estudio contribuya a la discusión de estrategias que potencien la formación de las habilidades, las destrezas y las actitudes descritas por los especialistas consultados. Se proyecta una segunda etapa de medición de las competencias en los profesionales de cada país que permita establecer brechas, diferencias y similitudes según países y características sociales, económicas y culturales.
LA INVESTIGACIÓN
Este capítulo aborda los antecedentes, el problema, el objetivo y la justificación de la investigación.
Para el Fondo Monetario Internacional (FMI), a mediados del 2016 las perspectivas de la economía mundial son de una recuperación moderada, con resultados débiles en términos de crecimiento. Estas perspectivas se verán afectadas por las cambiantes tendencias mundiales y los bajos precios de las materias primas (FMI, 2016).
Ese análisis encuentra que el crecimiento de América Latina y el Caribe ha caído por debajo de la tasa de incremento de la actividad mundial desde el 2013, y en el 2015 no se presentó crecimiento del producto interno bruto (PIB) en la región, a excepción de países como Colombia, el Perú y Paraguay (FMI, 2016). Algunos factores que determinan las perspectivas económicas para la zona en el corto plazo son una recuperación más débil de lo previsto en Estados Unidos de América (EUA) que impacta en sus socios comerciales, la estabilización de los precios de las materias primas, las circunstancias internas que continúan dominando países como Argentina, Brasil y Venezuela, y las tasas de interés aún más bajas en economías avanzadas, que pueden significar un repunte en los flujos de capital.
Paralelamente, la visión de otra entidad multilateral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las perspectivas sociales y del empleo en el mundo, elaborada con base en el estudio de 28 países acerca de la incertidumbre de la economía mundial, le hace prever que la tasa de desempleo de los jóvenes seguirá en aumento, esperándose que, entre el 2015 y el 2016, pase del 12.9% al 13.1% (OIT, 2016). El estudio pronostica que en el 2016 habrá medio millón más de jóvenes en situación de desempleo en todo el mundo, lo cual daría un total de 71 millones, y que aumentará cada vez más el número de jóvenes que ni trabaja ni estudia —los llamados Ni-Ni— y el de aquellos que tienden a buscar oportunidades en el extranjero. Las regiones en las que los jóvenes tienen mayor inclinación a emigrar son África Subsahariana, América Latina y el Caribe (38% en el 2015) y Europa Oriental (37%).
En este contexto, en los casos de Chile, Colombia, Ecuador y el Perú 1, los países elegidos como universo del estudio, su crecimiento económico ha sido afectado por tres factores comunes: débil demanda externa, nuevas disminuciones de los precios de las materias primas y condiciones financieras volátiles ( cuadro 1).
Como se verá, a partir de análisis nacionales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de otras fuentes, la tendencia general esbozada se expresa de diversas formas en Chile, Colombia, Ecuador y el Perú.
En Chile, el crecimiento del PIB fue del 2% en el 2015, a pesar de la caída de la inversión durante varios trimestres consecutivos (Cepal, 2016a). Como consecuencia de la caída de precios de las materias primas, el sector minero exportó 21.7% menos en el tercer trimestre del 2015 en comparación con igual periodo del año anterior, dada la cotización internacional del cobre (2.23 USD/libra a inicios del 2015 en comparación con 2.02 USD/libra a comienzos del 2016, manteniéndose estable en los últimos meses), lo que contribuye al incremento del déficit en la balanza de cuenta corriente (Cepal, 2016a). Para el 2016, el FMI (2016) proyecta un crecimiento del PIB del 1.7%, y del 2% para el 2017. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el 2015 la tasa de desempleo se ubicó en el 6.4%, mientras que en el 2016 fue del 6.8% (INE, 2016). El INE clasifica a la población económicamente activa (PEA) solo en ocupados y desocupados (cesantes y buscan trabajo por primera vez), por lo que no es posible presentar cifras referentes al subempleo ( cuadro 1).
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