El padre, muy atento y dispuesto, erra sin embargo al intentar estimular su autoestima. “¡Yo no quiero ser un ejemplo, quiero ser una chica!” Es su palabra, la que debería escucharse en lugar de ser anulada o cubierta por interpretaciones, ideologías o teorías.
En su libro A la conquista del cuerpo equivocado, Miquel Missé desmonta la idea de que el malestar generado por la transexualidad se restaura modificando el cuerpo, así como sus supuestas causas biológicas. A través de su trayectoria personal y sin ahorrarse ningún aspecto concernido por la cuestión ni las preguntas que subsisten y que se muestra decidido a afrontar en un ejercicio de inteligencia y diálogo, llega a la conclusión de que las llamadas identidades sexuales no son esencias sino preferencias, frágiles e incómodas. “En definitiva, que estamos tod*os muy cerca de ser trans”. (63)
Hacer un lugar al enigma del sexo de otro, supone haberse formado en la escuela del inconsciente y en el vacío de los absolutos. El discurso del amo, el que fabrica las respuestas universales, se verifica impotente para tratar los asuntos más serios de la ciencia y de la vida. Así se demuestra en la ignorancia del autocastigo al que Lara se somete a diario, sus pies sangrantes al trabajar sin descanso para cumplir con las posiciones de punta, su delgadez extrema ¿no es signo de alarma para nadie? Esta situación revela a las claras el cortocircuito que se reitera actualmente, cuando el ser-para-el-sexo adquiere un carácter fundamental, clausurando la dimensión del ser-para-la-muerte , y desconociendo que entre ambos el goce hace intrusión en el cuerpo, y toma la forma “orgánica” del goce sexual con el cual “se colorean las necesidades” (64) con las que el ser hablante se defiende de la muerte, según Lacan.
Pero, a falta de poder discriminar el semblante de lo real –querer ser una chica y ser una mujer– ese goce puede llegar a ser tan nocivo como para atentar contra la propia vida. De ahí la importancia de hacer lugar al decir, a un decir propio, lo cual es distinto de hablar, el decir “hace acto”, pero tiene que haber alguien a la altura para hacer el hueco y dar tiempo de tal modo que el sujeto pueda escucharse a sí mismo hasta construir la solución que convenga a la forma que tomaron los enigmas en su experiencia.
La cuestión trans inaugura un nuevo cogito: “me siento, luego soy”, cuya convicción sorprende por eliminar la distancia entre la verdad y lo real, el cual, en la enseñanza de Lacan se distingue de la biología y, en la tripartición de registros en los que se distribuye nuestra experiencia subjetiva, se anuda a lo simbólico y a lo imaginario. En los años 70 Lacan ya anticipaba el estallido del género al que estamos asistiendo al proponer que el “corte no se hará entre lo físico y lo psíquico sino entre lo psíquico y lo lógico”. (65) Así, hacía trastabillar los universales al afirmar que, en lo relativo al sexo, no funciona el principio de contradicción, como se advierte en la pregunta: ¿todo lo que no es hombre es mujer? Y, si la mujer es no-toda hombre, ¿por qué lo que no es mujer sería hombre? Hace falta otra lógica para captar las singularidades y él puso su empeño en ello, a partir del axioma, vuelto hoy en día una evidencia, de que “la relación entre los sexos no se puede escribir”. Ello no impide la construcción de enlaces, al contrario, es su condición misma. Y Lacan aboga porque un determinado estilo llegue a dominar en el registro de los enlaces, e invita a los analistas a no quedar aferrados como Ulises al mástil del falo evitando ser tentados por el canto de las sirenas que incitan a Otra cosa, pero al precio de reducir y “…afectar las relaciones interesantes, los actos apasionantes, incluso las perturbaciones creadoras que la ausencia de relación entraña”. (66)
2- S. Freud, “Teorías sexuales infantiles”, en Obras completas, t. II, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973, p. 1263.
3- “Ellos saben mucho sobre el lenguaje por anticipación, como lo ha señalado el lingüista, evidentemente saben los secretos de familia, saben de los deseos de sus padres, aunque más no sea por ser el síntoma de ellos, saben del deseo de los pedagogos; y no se engañan sobre el carácter de semblante de los saberes que se le imponen y sobre el halo de ignorancia que enmarca a dichos saberes y donde éstos encuentran asidero”. J.-A. Miller, “ L’enfant et le savoir” , en Peurs d’enfants , Navarin, Paris, 2011, p. 13. La traducción es mía.
4- S. Freud, “Tres ensayos para una teoría sexual”, en Obras completas, t. II, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973, p. 1207.
5- https://www.tesaurohistoriaymitologia.com
6- La esfinge se representaba como una leona alada con cabeza y pecho de mujer.
7- https://www.tesaurohistoriaymitologia.com
8- J. Lacan, El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis , Paidós, Buenos Aires, 2002, pp. 127-128.
9- En agradecimiento por haber resuelto el enigma de la esfinge fue invitado a casarse con la reina y a ocupar el trono.
10- Al conocer que era él el criminal al que aludía el Oráculo de Delfos como condición para terminar con la peste, Edipo se arrancó los ojos.
11- J.-A. Miller, L’enfant et le savoir , op. cit., p. 14.
12- D. Roy, “ Fictions d’enfance ”, en La Cause Freudienne Nº 87, Navarin, París, p. 12.
13- Freud da como ejemplos las teorías que adjudican a todos los seres humanos los mismos genitales, la teoría de la cloaca, la versión sádica del acto sexual de los padres, la concepción a través del beso, etc. La relación entre los padres viene a suplir el vacío de la representación: “la relación sexual no puede escribirse” es equivalente a decir que “la sexualidad es siempre traumatizante”. Lo traumatizante de la “escena originaria” –el coito de los padres– no es la pura observación sino su impacto après coup . “Lo que en Freud es trauma en Lacan es axioma”. J.-A. Miller, Causa y consentimiento , Paidós, Buenos Aires, 2019, p. 283.
14- Ante esta imposibilidad estructural el sujeto orientará su pesquisa intentando discernir quién detenta el poder, de ahí que el descubrimiento fundamental del deseo de la madre, que Lacan asimila a la boca de un cocodrilo debido a la voracidad que el pequeño puede experimentar frente a la superioridad indudable del adulto.
15- S. Freud, “Tres ensayos…”, op. cit. , p. 1209.
16- J. Lacan, El Seminario, Libro 3 , Las psicosis, Paidós, Buenos Aires, 1984, p. 256. El subrayado es nuestro.
17- François Ansermet suele citar la definición frecuente en los crucigramas: “Condenado a muerte: nacido”.
18- Siguiendo los desarrollos de Miller en su Biología lacaniana. Lo real en la experiencia analítica, Paidós, Buenos Aires, 2003.
19- En el capítulo “Memoria y transmisión” le dedicamos un lugar especial.
20- J. Lacan, El Seminario, Libro 16 , De un Otro al otro , Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 249.
21- S. Freud, “La concepción del universo (Weltanschauung)”, en Obras completas, T. III, op. cit ., p. 3191.
22- F. Ansermet, Prédire l’enfant , PUF, París, 2019, p. 12. Psicoanalista, miembro de la AMP y Profesor de Psiquiatría del niño y el adolescente en la Universidad de Ginebra y Lausana ha puesto en marcha un dispositivo original de atención a las familias y al personal especializado en medicina perinatal y reproducción asistida y medicina preventiva donde acogen desde hace décadas estas problemáticas desde la orientación psicoanalítica. Cfr. Especialmente Clinique de l’origine , Payot Lausanne, 1999.
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