Aintzane Rodríguez - Fuego bajo las nubes

Здесь есть возможность читать онлайн «Aintzane Rodríguez - Fuego bajo las nubes» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Fuego bajo las nubes: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Fuego bajo las nubes»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

LONDRES 1910Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia.En una sociedad en la que el destino de cada persona está marcado y reglado por un hilo, lo peor que puede pasarte es nacer sin él.O no.Olivie a veces piensa que sería más fácil si ella y su hermano Julien estuvieran enlazados. Otras veces se alegra de que no sea así. Ella reparte su tiempo entre la fábrica, el baile y las sufragistas y su hermano tiene que lidiar con la obligación de ir a la universidad pero querer dedicarse al arte. Elisabeth, por otro lado, se junta con Oli cuando huye de un pasado que parece haberla encontrado mucho antes de lo que ella quisiera, mientras que Nasha está atada a un presente que no quiere dejarla crecer.Nada es fácil y lo es aún menos cuando se anuncian los resultados de las elecciones y el Primer Ministro hace una promesa que nadie espera que cumpla. Nasha, Oli y Beth lucharán por defender sus derechos, aunque cada una tenga su forma de ver el mundo.

Fuego bajo las nubes — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Fuego bajo las nubes», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había algo extraño en ella, como si se esforzara demasiado. Demasiado… ¿En qué?

—Chicas —Edith se giró hacia nosotras y empujó un poco a la joven con la mano en su espalda—, esta es Nasha. Vendrá a las reuniones y a los entrenamientos a partir de ahora. Si quieres, por supuesto —terminó dirigiéndose a ella.

Nasha asintió, sin destensar en lo más mínimo la sonrisa.

—Es un placer.

En el gimnasio se hizo un silencio algo incómodo. Alice y Elle murmuraron algo que no oí y Sylvia resopló. La nueva se estiró las mangas de la camisa, intentando ocultar su piel. Edith se adelantó a todas nosotras, como siempre.

—No tenéis ningún problema, ¿verdad?

—Verdad —respondí, aunque no soné todo lo convencida que me habría gustado.

Edith nos miró, hasta que todas asentimos y ella sonrió. Los labios curvados parecían repetir el lema del grupo: allí cabíamos todas.

Y «todas» también incluía a la joven que nos miraba y parecía que se estuviera preparando para huir.

Fue Beth la primera en acercarse a la nueva y presentarse. Al lado de Nasha, Beth parecía mucho más delicada, como una figura de porcelana. Mi hermano al verla habría dicho que el pintor había perdido el control al dibujarla. Tenía los bordes difuminados, fundiendo su figura con el fondo. A pesar de los trazos suaves en su silueta, a medida que el artista se acercaba al pecho, las pinceladas eran más bruscas. Más brillantes. En tonos azules y perlados, como un mar en calma.

En cambio, Nasha era todo colores alegres y trazos descuidados, divertidos. Era, quizá, el tipo de pintura que habría podido hacer yo, manchándome las manos de acuarelas, dejando que el agua corriera por el lienzo sin control. Y, a pesar de ello, había una sombra oscura alrededor de sus ojos. Tal vez fuera la pena de tener el hilo amarillo, la pena del duelo.

Los hilos de ambas discurrían por el suelo, sin ton ni son, mezclándose con fogonazos de luz, uno tan rojo como la sangre y otro tan descolorido como la muerte. En aquella habitación, yo era la única que no aportaba nada a aquel entramado etéreo en el que participaban todas, con mi mano desnuda y el nudo de la angustia en el pecho.

—Ella es Olivie —escuché decir a Beth. Se giró hacia mí y me sonrió, mostrando los hoyuelos en sus mejillas—. Ven a conocer a Nasha.

Me acerqué y, cuando llegué hasta ellas, me fijé mejor en nuestra nueva compañera. Era algo más joven que yo y tenía los ojos más bonitos que hubiera visto nunca, grandes y oscuros.

Beth me rozó el brazo y dejé de prestarle atención a Nasha.

—Lilian le recomendó el grupo, la que trabaja en el montaje contigo.

—¿De qué la conoces? —pregunté. No recordaba que Nasha trabajara en la fábrica, pero allí tampoco le prestaba demasiada atención a nadie.

—Vivo con ella y otras mujeres en una pensión para… Bueno, para mujeres como yo. Me habló de vosotras dos, de que Edith había ido a la fábrica a buscar mujeres y de que vosotras entrasteis en el grupo y pensé…

Pensó que necesitaba defenderse. Me preguntaba cuál era su amenaza, aunque la respuesta genérica era igual para todas.

Ellos.

—Oye —nos llamó Sylvia arrastrando la silla hasta el centro de la sala. Cuando me di la vuelta sostenía el periódico del revés, dejándonos la noticia a la vista—. ¿Os habéis enterado de esto?

Me acerqué a ella. El titular destacaba sobre un papel grisáceo.

El Primer Ministro inglés, H. H. Asquith, promete un proyecto de ley a favor del voto femenino si vuelve a ganar estas elecciones

Le arrebaté el diario de las manos y comencé a leer la noticia con rapidez. En realidad, no decía nada que no pudiera imaginarme tras leer el título.

—¿Esto es en serio? —pregunté en alto, aunque estaba segura de que Edith sabía que me dirigía a ella. Era la única que no estaba prestando atención porque, como de costumbre, ella conocía la noticia con antelación—. ¿De verdad esto es lo que es?

—Seguro que es mentira —interrumpió Elle mientras leía.

—Pero lo ha dicho. Ese… Ese… —Alice parecía atragantarse con sus propias palabras.

—Indeseable, bastardo, mal nac… —la ayudé, antes de que Beth me diera un golpe en el costado.

—¡Olivie!

—Todo lo que he dicho es cierto —me quejé—. Ese embustero nos está usando como reclamo para su campaña. Cómo puede ser tan sinvergüenza.

Sylvia dobló el periódico cuando Nasha terminó de leer y todas miramos a Edith, buscando cualquier respuesta por su parte. Ella se mantuvo impasible durante unos eternos segundos y después suspiró, como si eso fuera todo lo que supiera respecto al tema.

—No me creo ni una palabra suya. He estado hablando con las de la revista y tampoco están convencidas. Por el momento, solo nos queda esperar. No está claro que gane las elecciones, lo sabremos dentro de unos días.

—Si gana…, ¿en serio va a cumplirlo? —murmuró Beth—. Todas lo hemos escuchado hablar, no le gustamos. No le gustamos cuando somos violentas, pero tampoco le gustamos cuando repartimos panfletos y damos conferencias. Nos odia.

Asentí, conforme. Nos odiaba, como nos odiaba la gran mayoría de la población inglesa. Eso nunca antes nos había detenido y esa noticia, aunque fuera una promesa pobre en una rueda de prensa, significaba algo. Significaba que necesitaba el voto de todos aquellos que sí nos apoyaban.

—No te precipites, Beth —escupí—, le gustamos de muchas formas: calladas, cansadas, en casa, complacientes y sumisas.

«Enlazadas». Pero no lo dije.

—No sirve de mucho impacientarse ahora, habrá que esperar al resultado. Aunque sigo sin fiarme de él, Alice tiene razón: es una promesa pública, tendrá que llevarla adelante.

—O fingir que lo hace, actuar un poco en el Parlamento e invalidar la propuesta. Como han hecho siempre que algo les molestaba —repliqué. Sabía que Edith no era culpable de nada y, aun así, me molestaba lo calmada que parecía en esos momentos.

—Lo vuelvo a repetir: habrá que esperar. Cuando tengamos noticias nos reuniremos de nuevo, estoy segura de que para entonces ellas ya habrán dicho algo.

Oh, ellas . Edith siempre se refería así a las cabezas de todos los movimientos sociales por el voto de la mujer. Eran nuestro altavoz, las que tomaban decisiones, las que nos guiaban. Había ido a algunas reuniones y había salido convencida de pocas. Todas parecían luchar por un mismo objetivo, pero ninguna parecía luchar por el mío. Sin enlazar y trabajadora, muchas veces era invisible hasta para las que se suponía que me veían.

Aun así, Edith entrenaba a Emmeline Pankhurst y a las mujeres que se dedicaban a defenderla de los arrestos y los ataques, las Amazonas. Dirigía la Unión Social y Política de Mujeres y para Edith era difícil dar un paso hacia delante sin su aprobación. A veces era exasperante la parsimonia con la que esperaba órdenes u opiniones de ella.

Había tantas formas de luchar que me costaba estar de acuerdo con una única.

—Esperar. Eso se nos da bien —continué—; llevamos haciéndolo toda la historia.

La casa de Beth olía siempre a leche hervida y a canela, no como la mía, que tenía la fragancia a pintura, alcohol y cenizas.

Ella estaba a mi espalda, poniéndose el camisón, mientras yo jugaba con las manos del pequeño Will, que se abrían y cerraban en el aire como si quisiera atrapar las partículas de polvo que brillaban a la luz de la vela. La casa estaba en completo silencio y solo se escuchaba el trajín de la ropa de Beth y las delicadas carcajadas que se le escapaban a su hijo.

—Gracias por venir esta noche —susurró. Se quedó unos instantes callada mientras forcejeaba con las cintas de los calzones—. Pero no era necesario, Oli. Puedes marcharte a tu casa, de verdad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Fuego bajo las nubes»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Fuego bajo las nubes» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Fuego bajo las nubes»

Обсуждение, отзывы о книге «Fuego bajo las nubes» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x