Jose Luis Tarazona - Die Glocke

Здесь есть возможность читать онлайн «Jose Luis Tarazona - Die Glocke» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Die Glocke: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Die Glocke»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

II Guerra Mundial, el Reich de los mil años está muy cerca de vencer, pero Hitler sabe que no le bastará con sus campañas bélicas triunfales, necesita de sus mayores ingenios científicos:
las Wunderwaffen, las armas maravillosas, para alcanzar la tan ansiada victoria.Un grupo de científicos trabaja a marchas forzadas para hacer realidad los sueños del Führer. Pero incluso en
su base más secreta, situada en el confín del mundo: la
Antártida, y a pesar de estar protegida por soldados de elite nazis, no están solos y
nadie es quien parece. Quien controle las Wunderwaffen se convertirá en un Dios viviente tras la guerra y la muerte del Hitler.La base está bajo el control del mariscal
Goering, pero
Himmler y sus SS no lo van a permitir. El Reichsführer lo quiere todo y para conseguirlo infiltrará a su mejor espía en
Nueva Suabia. Los accidentes y sabotajes pondrán en riesgo todo el proyecto, pero a pesar de todo, el arma definitiva está casi lista:
Die Glocke (La campana), por la que todos arriesgaran su vida, está en juego mucho más de lo que nos han contado.

Die Glocke — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Die Glocke», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La investigación

Aún no eran las seis, cuando von Mansfeld salía por la puerta principal. Un policía uniformado le indicó dónde se encontraba la aeronave derribada. Tuvo que rodear la granja y ya, desde su parte trasera, pudo ver la zona del impacto. El Ju-52 aparecía partido en dos.

Había sufrido un incendio en la parte trasera, que habían logrado sofocar antes de que el fuego la consumiera por completo. Supuso que el granjero y su familia. A medida que se acercaba a la zona del desastre, pisando sobre la nieve caída esa misma noche, pudo observar cómo había bastante ajetreo alrededor de los restos del aparato.

La visión de Rudolph hizo que se le agriara el desayuno. Ambos se saludaron de forma fría, y el coronel se dirigió hacia el personal de la Luftwaffe que habían desplazado desde la comandancia aérea de Hamburgo.

—Buenos días, caballeros. ¿Qué tenemos? —les preguntó.

—Mi coronel —le saludó un capitán de la fuerza aérea.

El hombre, llamado Adolf Bunge, había sido destinado a esos menesteres al haber sufrido, durante la batalla de Inglaterra, heridas tan graves que le impedían volver al servicio activo. A diferencia de von Mansfeld, expiloto de cazas, el oficial había comandado un bombardero. Era inevitable que ambos hombres se cayesen bien desde el momento en que se conocieron en el cuartel general de la Luftwaffe, en la zona de Hamburgo. Compartían demasiadas experiencias y amarguras como para no sentir una empatía mutua.

—Al parecer, ha sido derribado. Aún se pueden observar los agujeros en el fuselaje —le fue explicando mientras se movían alrededor de los restos.

—Ya veo —murmuró Max, mientras observaba los impactos que le señalaba el capitán—. Si no me equivoco, el caza lo atacó dos veces. Una primera, desde atrás —dijo señalando la dirección de la ráfaga—. Y otra, por este lado.

—Eso es lo que creemos, señor —le confirmó Adolf.

—Bien. Parece un derribo claro. ¿Tenemos confirmación de algún ataque aéreo en la zona?

—Ninguno, señor.

—¿Se han detectado bombarderos enemigos sobrevolando suelo alemán?

—Nada, señor. La antepasada fue una noche tranquila.

—Qué extraño. ¿Hemos de suponer que un bombardero aliado ha realizado una incursión en solitario? Los cazas británicos no tienen autonomía suficiente para alcanzar esta zona —reflexionó.

—Eso parece, señor —le corroboró.

Max volvió a examinar los restos y las zonas de impacto de las ráfagas; se dedicó un buen rato a observar la zona para no perder ningún detalle. Un segundo hombre, con las manos y la cara sucias de grasa, se acercó a los dos oficiales pidiendo permiso para hablar.

—Este es Hansen, el mecánico que nos han enviado —le explicó Adolf a Max.

—Díganos, Hansen.

—Verá, señor. Lo más seguro es que no sea nada, pero...

—Vamos, no se ande con rodeos, puede hablar con claridad —le animó Max.

—Pues verá, hay algo que me tiene preocupado. Creo que será mejor que se lo enseñe.

Los dos oficiales se miraron, intrigados, y siguieron al mecánico hasta la zona donde yacía la parte delantera de la aeronave y el motor del avión. La verdad es que lo que encontraron era un verdadero amasijo de chatarra. Al estrellarse el Ju-52, lo había hecho de morro, y este se encontraba destrozado. El hombre cogió una pieza del suelo. Los dos pilotos reconocieron al instante que se trataba del carburador del motor central del aparato.

—¿Ven a qué me refiero? —les dijo mostrándoles su interior.

—Sí, lo veo —dijo Max.

Parecía que hubiera una muesca en la zona de ensamblaje de la pieza; además, el filtro no parecía en buen estado, y no creía que fuese por el accidente.

—Desde luego, señor, no creo que esto fuese suficiente para hacer caer el aparato. Pero creí que tenía que informarles.

—Ha hecho usted muy bien, Hansen. Ha sido de mucha ayuda —le agradeció el capitán.

El coronel cogió, con su mano buena, el codo de su camarada y se lo llevó a unos cuantos metros del lugar. Quería tener una conversación privada con él y no quería que ningún oído indiscreto oyera una sola palabra de su conversación. Pero a Rudolph no se le escapó que ambos hombres se alejaban del resto. «¿De qué estarán hablando?», sospechó para sí mismo.

—¿Han encontrado alguna bala incrustada en el fuselaje?

—Sí, coronel. Parece la habitual en esos malditos cazas británicos Spitfire, pero también la utilizan otros aparatos.

—Bien. —Eso le reconfortaba, pero había algo que seguía sin encajarle—. ¿Puedo confiar en usted, Adolf?

—¡Por supuesto! —se ofendió el piloto.

—Esto no ha de salir de aquí. —El subordinado asintió—. Hay algo que no me encaja, Adolf. Con el carburador en ese estado, el avión no podía alcanzar la velocidad punta en caso de necesidad. Aunque, es verdad que por sí solo no lo hubiera hecho caer, pero…

—... Derribarlo sería como disparar a un pato en tierra con un ala rota —acabó la frase el capitán.

—¡Exacto! ¿Conoce a algún piloto o mecánico que hubiera dejado pasar semejante chapuza en el carburador?

—No, señor —dijo, empezando a comprender el razonamiento de su superior.

—Para más misterio, esa noche no hubo avisos de incursiones de aviones enemigos en nuestro espacio aéreo. Pero está lo de la munición… Es obvio que es británica —dijo, mesándose con sus únicos cinco dedos el mentón y el cuello.

—Sí, cierto. Pero se podría utilizar en uno de nuestros Messerschmitt.

Maximilian era un hombre de honor, le horrorizaba que un camarada de armas se hubiera prestado a tan enorme felonía. ¿Un piloto de caza aceptando derribar a traición a unos compatriotas? Adolf, que supo interpretar a la perfección lo que reflejaba el rostro del coronel, trató de dar una explicación.

—Coronel, alguien pudo cambiar una de las cajas de municiones por otra con balas aliadas sin que nadie se diese cuenta. Luego, solo tendrían que decir al piloto que debía interceptar un avión alemán, pero que en verdad era una misión aliada de comandos, usando una aeronave capturada.

—Eso cuadra.

—Pero ¿con qué fin? En principio, ninguno de los pasajeros era de relevancia.

—No puedo hablar de ello, Adolf, pero sí la tenían. Todo empieza a encajar. Esto lo cambia todo. Todo.

Para el capitán, aquello era enigmático. Era obvio que aquellos hombres tenían una gran relevancia. ¿Una investigación como aquella por un simple avión derribado donde no iba ningún «jefazo»? Algo olía mal. Es más, hedía a conspiración política, y él no quería saber más al respecto. Prefería no meterse en un pantano del que no sabía si podría salir. Así que no dijo nada más.

—¿Dónde están los cadáveres? —cayó en ese momento en la cuenta.

—Están en el cobertizo, señor —le dijo, señalando una vieja estructura de madera.

—Bien. Envíenlos a uno de nuestros forenses para que les hagan la autopsia. ¿Me ha oído? —El capitán asintió—. A uno de los nuestros, no al que quiera ese buitre —dijo señalando a Rudolph, quien no les perdía de vista por el rabillo del ojo—. Eso es esencial, ¿me entiende?

—A la perfección, mi coronel.

—Bien. Envíeme los informes a esta dirección —le dijo, dándole una tarjeta del hotel de Hamburgo—. Que busquen tóxicos, es primordial confirmar si se trata de un sabotaje.

—Comprendido.

El coronel von Mansfeld salió raudo en dirección a la granja, gritando todo lo fuerte que podía el nombre de su chófer: «¡hans!». No había tiempo que perder. Rudolph trató de alcanzar al piloto, pero de forma muy hábil, el capitán Bunge, a pesar de su evidente cojera, se interpuso y consiguió distraer al miembro de la Gestapo el tiempo suficiente para que su coronel despareciese del lugar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Die Glocke»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Die Glocke» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Die Glocke»

Обсуждение, отзывы о книге «Die Glocke» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x