Jose Luis Tarazona - Die Glocke

Здесь есть возможность читать онлайн «Jose Luis Tarazona - Die Glocke» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Die Glocke: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Die Glocke»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

II Guerra Mundial, el Reich de los mil años está muy cerca de vencer, pero Hitler sabe que no le bastará con sus campañas bélicas triunfales, necesita de sus mayores ingenios científicos:
las Wunderwaffen, las armas maravillosas, para alcanzar la tan ansiada victoria.Un grupo de científicos trabaja a marchas forzadas para hacer realidad los sueños del Führer. Pero incluso en
su base más secreta, situada en el confín del mundo: la
Antártida, y a pesar de estar protegida por soldados de elite nazis, no están solos y
nadie es quien parece. Quien controle las Wunderwaffen se convertirá en un Dios viviente tras la guerra y la muerte del Hitler.La base está bajo el control del mariscal
Goering, pero
Himmler y sus SS no lo van a permitir. El Reichsführer lo quiere todo y para conseguirlo infiltrará a su mejor espía en
Nueva Suabia. Los accidentes y sabotajes pondrán en riesgo todo el proyecto, pero a pesar de todo, el arma definitiva está casi lista:
Die Glocke (La campana), por la que todos arriesgaran su vida, está en juego mucho más de lo que nos han contado.

Die Glocke — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Die Glocke», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Tampoco lo descartó como posible espía, pero lo creía improbable. De serlo, era el mejor actor que había conocido… Y habían sido unos cuantos. Aquel hombre era un fiel seguidor del Führer, su fe ciega en él era evidente, al igual que la convicción en sus creencias y en lo que decía. Era impensable pensar que Dieter fuera a traicionar a su amado Hitler. No, él no era una amenaza. Sus acompañantes… ya se vería.

Dieter no dijo nada y se dirigió al segundo camión, tal y como le indicó de forma hosca el segundo de Max aquella noche. No quiso demorarse más allí, y ordenó a todo el mundo emprender la marcha. No quería circular por la ciudad en plena hora punta.

Esta vez, las precauciones y el estado de máxima alerta en el que se había mantenido von Mansfeld durante el viaje habían sido innecesarios. El corto recorrido lo realizaron de forma rápida y sin complicaciones. Llegaron a la pequeña pensión que habían elegido como estancia temporal previa a su embarque, justo antes de que la ciudad se desperezase y se pusiera en movimiento.

Por orden del alto mando de la Luftwaffe, el OKL (Oberkommando der Luftwaffe), se habían desalojado los tres pisos del edificio. La pequeña tanqueta se apostó a la entrada del mismo, y colocaron centinelas en todos los accesos. No querían más sorpresas ni sufrir más percances, no se podían permitir más retrasos. «Teme lo peor y acertarás», era el lema de von Mansfeld cuando se encontraba en mitad de una operación de inteligencia. Pero aquel despliegue tenía un inconveniente que no habían calculado: los chismorreos de barrio.

Incluso para los ciudadanos de Hamburgo, ya acostumbrados al ir y venir de transportes militares, aquel despliegue alrededor de la pequeña hostelería del Sr. Schmidt les pareció excesivo. El desalojo completo del más que modesto negocio corrió de boca en boca. El número de huéspedes y su identidad, al igual que el número de guardias, variaba en función de quién contaba el rumor.

«¿Quién se alojaba allí?», se preguntaban los curiosos vecinos, que espiaban ocultos tras las gruesas cortinas de sus ventanas. Aquella mañana, los cuchicheos corrían como la pólvora por el barrio portuario. Mil cábalas y conjeturas iban de boca en boca, de la verdulería a la barbería, de esta a la farmacia y de vuelta a su origen. Por supuesto, aumentadas hasta el infinito.

Algunos pensaban que se trataba de algún personaje importante, algo que descartaba la mayoría: «No puede ser, estarían en un hotel más elegante», decían. «Son judíos capturados, y los tienen ahí antes de la deportación», razonaban otros, ante lo que muchos de los adeptos al régimen replicaban: «No, no, los tendrían en el centro de detención de las afueras. ¿Cómo van a llevar a esa escoria a un hotel?».

La identidad de los huéspedes del señor Schmidt tenía a todo el barrio alborotado. Algunos habían llegado incluso a afirmar que habían visto asomarse por una de las ventanas al mismísimo Führer. Esto lo sufrió en sus propias carnes el mismo von Mansfeld cuando fue a comprar una crema para sus antiguas quemaduras de guerra. La gente, al verlo andar por la calle y entrar en la pequeña botica, empezó a cuchichear y a reunirse en círculos pequeños, señalándolo.

Aquello había colmado su paciencia y destrozado sus planes de pasar desapercibido. Era evidente que no habían calculado bien las consecuencias de llevar una escolta tan imponente. Pero ni él ni el OKL se podían permitir que los sustitutos sufrieran rasguño alguno. Debían partir a la siguiente madrugada y no se podía aplazar.

Asqueado de tanto rumor, dejó a su segundo al mando de la operación y le pidió a su chófer Hans que lo llevase a su hotel, bastante más céntrico que la pensión portuaria. Mientras callejeaban por Hamburgo, decidió que iría llevando de uno en uno, a lo largo de esa misma tarde, al resto de los expedicionarios. A los seis de la pensión Schmidt los sacaría en plena madrugada y los llevaría a pie hasta la entrada del puerto, a unos doscientos metros.

De esa forma, trataría de no armar escándalo con los vehículos y evitar que algún vecino se asomase a cotillear por la ventana. A la mañana siguiente, el barrio se levantaría y ellos ya habrían desaparecido. Las especulaciones continuarían un par de días más, pero luego, la guerra traería noticias frescas y la gente se olvidaría de los «extraños turistas» que los habían «visitado».

Su plan funcionó. Llevó a los seis, en parejas de dos, andando hasta el punto de control del ejército, a la entrada del complejo portuario. No pareció que nadie se percatase de su marcha. Una vez al otro lado de la barrera de control, subieron a los camiones y se dirigieron al búnker Elbe II, al que llegaron sobre las dos de la madrugada.

Se sometió a todos los expedicionarios a una inspección exhaustiva y se les facilitó ropa nueva. Se les reunió en la misma sala donde von Mansfeld había leído la noticia del derribo aéreo. Allí, el segundo de a bordo del U-Boot que les trasladaría a su destino les indicó las estrictas normas de comportamiento y convivencia en el estrecho navío. No se tolerarían desobediencias ni entre los miembros civiles.

Hubo protestas de la mayoría de los pasajeros. ¿Un submarino? ¿A dónde los llevaban? ¿Cuándo regresarían? ¿Durante cuánto tiempo estarían lejos de sus hogares? No obtuvieron respuesta. Solo consiguieron, cuando los reproches se convirtieron casi en una rebelión, una promesa de ir informando a sus familiares de forma periódica. De su destino no pudieron sonsacar nada, lo sabrían cuando llegasen a él. Max observaba los rostros de cada uno de ellos, solo Dieter permanecía sentado, impasible.

En mitad de aquella algarabía, lo que menos le preocupaba al oficial del sumergible eran las protestas de los civiles. Para él, el mayor problema era sin duda las dos mujeres. ¿Cómo iban a solucionar lo de su «intimidad»? En una lata de sardinas como era el U-126, su nave, era imposible tener privacidad.

Iban a reservar uno de los diminutos camarotes para las damas, aunque solo las separaría de la lujuria de la marinería una mera cortina de lana. Luego, estaban los baños… Se podría solucionar con algún tipo de guardia. Pero… en un lugar tan pequeño como aquel, tantos hombres y un viaje tan largo… no sabía si se podrían contener los impulsos sexuales de su tripulación. «Si al menos hubieran sido dos “callos”… Pero ¡joder! ¿Tenía que ser tan condenadamente guapa una de ellas? Y la otra tampoco estaba mal… Mal asunto, mal asunto», se preocupaba en silencio el teniente de navío que, para más inri, era supersticioso y consideraba que la presencia de mujeres a bordo les traería mala suerte.

Por fin, unos minutos después de las cinco de la mañana, embarcaron todos a bordo y el submarino partió en silencio y al amparo de la oscuridad de la noche, rumbo a su destino. A las dos horas de viaje, von Mansfeld, el capitán del U-Boot, Ernst Bauer4, y el piloto de la nave, se reunieron en el compartimiento del capitán. Allí, Bauer abrió ante la presencia de Max, las ordenes de navegación y su destino final.

—¿Esto va en serio? —le preguntó a von Mansfeld.

—Me temo que sí, capitán.

Un silbido salió de sus labios y asintió, resignado.

—No sé qué van a hacer allí, ni quiero saberlo. Tampoco creo que pudiera decirme nada… —Max sonrió—. Pero espero que sepan lo que hacen —le dijo con un gesto escéptico en su rostro, mientras entregaba la hoja de ruta al piloto.

—Y por la ruta del cabo de Buena Esperanza… —se asombró el joven marinero.

—Sí —confirmó Max. Está previsto que nos abastezcamos en las Canarias y luego lo hará uno de nuestros buques en el golfo de Guinea.

Los tres se inclinaron sobre la carta de navegación, mientras se zambullían hacia el interior de las frías aguas del Atlántico y ponían rumbo a las costas occidentales africanas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Die Glocke»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Die Glocke» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Die Glocke»

Обсуждение, отзывы о книге «Die Glocke» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x