La frase significa que aquel que se regocije con la alegría del pueblo verá que su gozo es compartido por el mismo, y que las masas populares consideran como suya la ansiedad de quien esté preocupado por su destino. Mencio sostiene que no existe precedente alguno de que no se logre reinar tras haber compartido con el pueblo alegrías y penas. La frase célebre encontrada en Sobre la Torre Yueyang (Yue Yang Lou Ji) de Fan Zhongyan, famoso erudito de la dinastía Song del Norte dice: «Velar antes de que nadie vele y gozar después de que todo el mundo goce», hereda y desarrolla precisamente el pensamiento de Mencio.
Como las masas constituyen la base del Estado, todo soberano que desee consolidar y pacificar al país, según Mencio, debe obtener la confianza del pueblo, seguir la voluntad popular y compartir la felicidad con sus súbditos. «Los antiguos fueron capaces de disfrutar junto con su pueblo, así que pudieron disfrutar de la verdadera alegría», y «si Su Majestad comparte su disfrute con el pueblo, será capaz de someter a todas las poblaciones a su dominio», son declaraciones de Mencio en el mismo tenor.
Compartir las alegrías con el pueblo también es un componente de su pensamiento sobre gobernar con benevolencia. Justamente basándose en ello, Mencio siempre ha exhortado a los gobernantes a que privilegien y amen al pueblo como el fundamento del Estado en el plano moral, a que eviten actos bélicos en lo militar para tranquilizarle y ayudarle, y también a que administren la economía para regular las propiedades, propiciándole fortuna y beneficios.
«Nada es más noble que la virtud de amar al pueblo; perjudicar al pueblo es el comportamiento más abyecto».
Citado en:
Nuevo comentario de Zhijiang. Está prohibido revertir la relación entre amos y sirvientes y en otros documentos.
Lectura interpretativa
Así como un hombre tiene su moral, un funcionario posee su ética. El criterio primordial de moralidad para los funcionarios públicos es amar y servir al pueblo. Los cuadros dirigentes del Partido son los sirvientes del pueblo, mientras que la población es a la que deben servir los gobernantes. Esta relación no debe ser revertida. Quien no considere al pueblo como amo y no quiera inclinarse como «sirviente», no merece una posición dirigente.
Si uno está dispuesto a convertirse en servidor del pueblo, pero en el fuero interno busca ser la señoría del lugar, tener la sensación de una alta autoridad que manda a su antojo, o incluso, en perjuicio de los intereses de las masas lo que hace es cambiar los vínculos armoniosos «entre peces y agua» por relaciones «entre aceite y agua», corrompiendo el acuerdo entre funcionario y pueblo para volverlo una interrelación de oposición y de conflictos, esa sería la violación más grave de la ética del servidor público y un acto vil, por excelencia, en detrimento del pueblo.
Para restablecer la ética del funcionario sería necesario rectificar «la idea según la cual el rango en la jerarquía administrativa es el principal criterio del éxito personal», así como superar y corregir los hábitos feudales que consideran al funcionario como «señoría del lugar». Es preciso adherirnos siempre al principal propósito del Partido y a la línea de masas, manteniendo los vínculos —«como de uña y carne»— entre el Partido y el pueblo, dedicándoles toda nuestra inteligencia, atribuyéndoles nuestra fuerza y prodigándoles nuestro afecto. Debemos poner siempre en primer lugar el trabajo relacionado con el bienestar de la población, y hacer todo lo posible por descubrir ideas y encontrar soluciones a su favor.
Cita original y referencias
Shu Xiang le pregunta a Yanzi: «¿Qué sentimiento es noble? ¿Qué comportamiento es generoso?». Yanzi le responde: «Nada es más noble que el sentimiento de amar al pueblo, y brindar placer al pueblo es el más generoso de los comportamientos». Shu Xiang continúa preguntando: «¿Qué sentimiento es innoble? ¿Qué comportamiento es abyecto?». A lo que Yanzi responde: «El sentimiento más innoble es el de maltratar al pueblo, y dañarle el cuerpo es el comportamiento más abyecto».
De los Reinos Combatientes a la dinastía Qin
Primavera-Otoño de Yan Zi. Parte principal.
Capítulo 4 Preguntas
Notas hermenéuticas
Primavera-Otoño de Yan Zi fue una recopilación de los hechos y las declaraciones de este último, realizada por personas de épocas posteriores. Al estudiar aquí el fragmento en cuestión, Liu Shipei, hermeneuta moderno de los libros canónicos confucianos, cree que «los cuatro caracteres ‘sentimientos’ que aparecen en el fragmento son incorrectos debido a la paronimia, y debe leerse como ‘virtud’ o ‘moral’ y no como ‘sentimiento’». Por lo tanto, «¿Qué sentimiento es noble?» se convierte en «¿Qué virtud es noble?»; «Nada es más noble que el sentimiento de amar al pueblo» se convierte en «Nada es más noble que la virtud de amar al pueblo»; «¿Qué sentimiento es innoble?» se entiende por «¿Qué moral es innoble?»; «El sentimiento más despreciable es el de maltratar al pueblo» se debe leer como «La moral más innoble es la de maltratar a la gente del pueblo».
El significado de este extracto es el siguiente: Shu Xiang le pregunta a Yanzi qué tipo de virtud es noble y qué tipo de conducta es generosa. Le responde Yanzi: «La más noble de las virtudes es amar a las masas y nada es más generoso que hacer feliz a la gente». «¿Qué tipo de virtud es definitivamente innoble y qué tipo de conducta es abyecta?», continúa Shu Xiang, y Yanzi responde: «La moral más despreciable es la de maltratar a la gente, y dañar el cuerpo es el comportamiento más abyecto» (sobre esta última frase Wu Zeyu indica, en Recopilación y Notas Hermenéuticas de Primavera-Otoño de Yan Zi, que es necesario leer en lugar de «cuerpo», «personas», pues se trata de un error). Yanzi expone, de manera profunda, las responsabilidades que incumben a los funcionarios. Corregirse a sí mismo y amar al pueblo siempre ha sido un modelo que inspira respeto y admiración, mientras que aquellos que buscan lograr sus fines a expensas del pueblo siempre han sido criticados e impugnados.
«Extirpar el sufrimiento de las personas tal como se extirpan las enfermedades que corroen nuestras entrañas».
Citado en:
Arriba y afuera de la pobreza. La facultad básica de un cuadro: mantener un estrecho vínculo con las masas populares y en otros documentos.
Lectura interpretativa
¿Cómo materializar la idea de que el gobierno dé primacía al hombre? ¿Cómo traducir en acciones concretas la búsqueda del bienestar de la población como valor supremo? Uno de los aspectos importantes es resolver los problemas prácticos de la población. Ese es el significado profundo de esta famosa oración de Su Zhe citada por el camarada Xi Jinping. Sin embargo, todavía existen desviaciones en las prácticas reales en esta área: tan pronto como hablemos de la lucha contra la pobreza veremos a algunos acudir con las familias miserables llevando un saco de arroz o una vasija de aceite, solo por la belleza del gesto; al ser exigidos para ir a trabajar al campo, unos irán precipitados para volverse de inmediato y cuanto antes a la comodidad, porque lo que importa es tener una gran cobertura mediática a través de la televisión, la radio y la prensa, sin prestar atención a la situación difícil y a los problemas reales de la población, como si nada hubiera sido visto u oído.
Incapaces de resolver los verdaderos problemas, estas prácticas son pura fachada y muestran una discordancia entre la apariencia y la realidad, entre el lenguaje y el fuero interno, entre el habla y la conducta; no puede hablarse de gobernar en beneficio del pueblo mientras no podamos liberar a la población de las preocupaciones cotidianas o extirpar el mal que los atormenta. El camarada Xi Jinping ha subrayado en repetidas ocasiones que «debemos ponernos en el lugar del pueblo»; lo que en realidad está pidiendo a los cuadros, en sus diferentes niveles, es que resuelvan los problemas relacionados con el bienestar de la población. Debemos estar extremadamente atentos a estos problemas y eliminarlos como «enfermedades que corroen nuestras entrañas».
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