Claro está, esa imagen ha cambiado bastante en los escritos y pensamiento de las y los teólogos de la liberación a lo largo de las décadas de reflexión y cambio del contexto latinoamericano. 37Las fuerzas opresivas siguen presentes, pero la preocupación teológica ha dibujado un Dios que también oye los gemidos de la tierra que sufre opresión, no solo las personas sino además la naturaleza espera la acción liberadora del Dios creador. En este sentido, la imagen de Dios que se dibuja más recurrentemente en círculos liberacionistas hoy es la de un Dios creador, cercano, que atiende al clamor que ha llegado hasta sus oídos. Este clamor no es solo de los pobres, sino de toda persona y comunidad marginada, mujeres, indígenas; y al mismo tiempo, es un Dios que mira el sufrimiento de su creación y espera que sus criaturas intervengan. De hecho, es un Dios que espera que los oprimidos tomen acciones concretas. En cierto sentido, es un Dios sesgado, que pareciera no acoger a los más favorecidos de la tierra.
Esta imagen es más balanceada que el Dios airado que mencionamos arriba, y que está presente en algunos segmentos del pensamiento católico latinoamericano. Sin embargo, se corre el riesgo de deformar al Dios que no solo escogió a los pobres, sino que anhela la salvación de todos los seres humanos. Es un Dios que acoge en su seno a todos los que le aman. Sin duda, es un Dios de esperanza pues él vindica a los justos y castiga a los impíos. Los oídos del Señor están atentos al clamor del que sufre y ejecuta su justicia hoy y al final de la historia. Él escogió a los pobres, pero no solo a ellos ofrece ser herederos del reino, sino también a todos los que lo aman. Por lo mismo, nos demanda amar a quien él ama y cuidar su jardín en donde nos puso como sus administradores.
Imágenes en la Fraternidad Teológica Latinoamericana (ftl)
El Dios que se dibuja en los círculos afiliados a la ftl más o menos presentan similitudes con la conceptualización anterior. También como se observa en la teología de la liberación, las imágenes de Dios y los énfasis han variado con los años. En general, se ve recurrentemente a un Dios creador que sufre con los afligidos. Es un Dios atento a socorrer a todo el ser humano, no solo interesado en rescatar sus almas de la condenación eterna. Es un Dios que busca la reconciliación no del individuo solo, sino de la persona en comunidad. Para las y los pensadores de la ftl, resultan centrales los roles tanto del Hijo como del Espíritu. Por un lado, el Señor Jesús es quien trae salvación integral, holística, pero al mismo tiempo, abre la puerta para que el pueblo de Dios pueda actuar para llevar esa liberación guiado por el poder transformador del Espíritu Santo. El actuar de Dios por medio de la humanidad redimida no es meramente político —aunque puede transformar el pensamiento y actuar en las esferas políticas—, sino redentor y salvífico. Dios tiene control de la historia y la avanza hacia su meta. De hecho, su reino se expande de maneras concretas en medio de la humanidad, y trasciende la iglesia, aunque esta es vocera y testimonio vivo de ese reino. Como dice James Gehman: «La iglesia es el instrumento de Dios para el cumplimiento de sus propósitos. La iglesia es el sacramento, la señal de la presencia de Dios en la historia», su misión es adoración, comunión, servicio y justicia. 38
También se dibuja un Dios preocupado por su creación, que anhela redimirla y nos demanda a sus habitantes responsabilidad y cuidado de ella. En palabras de James Padilla DeBorst, se trata de un Dios interesado en el «equi-rollo», en el desarrollo con equidad, de toda la humanidad en armonía con la creación. El evangelio es shalom, Dios es un Dios que trae ese shalom a la sociedad por medio del actuar de su pueblo. 39
En este pensamiento siempre subyace algún riesgo. Paradójicamente, se puede producir un desbalance hacia las preocupaciones sociales y ecológicas urgentes, de manera que se puede terminar dibujando a un Dios más preocupado por las cuestiones sociales, políticas y ecológicas, y que no le pone atención a la persona humana en su integralidad. El desafío está en desprender desde las Escrituras una imagen balanceada de Dios, el Dios creador.
Imágenes en el evangelicalismo tradicional
En el evangelicalismo tradicional latinoamericano, subsisten simultáneamente varias imágenes de Dios. Por un lado, como se menciona arriba, esa idea del Dios airado marca profundamente el pensamiento evangélico. Incluso, en medio de círculos más deterministas como los grupos calvinistas, a nivel popular persiste la idea de ese Dios airado que finalmente decide si da salvación a las personas sobre la base de su conducta en la vida. Es un Dios patrón, como lo llama Pablo Deiros, «con un carácter arbitrario y abusivo, se presenta como un ser justiciero, más inclinado al despliegue de su ira y enojo, que a gestos y acciones de misericordia y gracia». 40Esa imagen de Dios, ante desastres naturales y situaciones de pobreza o violencia, lleva a algunos creyentes a una vida resignada a los designios incomprensibles de Dios, a un «qué le vamos a hacer, Dios lo quiso así». Como me dijo una vez un tío, «es que a ustedes los evangélicos se les cae la pared y se sientan con los brazos cruzados diciendo, “esa fue la voluntad de Dios”».
Por otro lado, también se observa una imagen de Dios más preocupada por la salvación de las almas que de los cuerpos de las personas. Es un Dios que provee salvación a las almas de los individuos para ir al cielo, que no le importa mucho el deterioro del planeta pues lo destruirá con fuego al final de los tiempos.
Coexistiendo con aquellas imágenes, cada vez más recurrentemente, se ve una imagen de Dios cuidadoso de todo el ser humano y del planeta. Al mismo tiempo, es un Dios más activo en la política contingente, que impulsa una voz profética de un pueblo evangélico que se agrada del neoliberalismo económico y se identifica con ciertos valores tradicionales de familia latinoamericana. Es un Dios que viste de pañuelos celestes, pero al mismo tiempo calla ante la aflicción del pobre y las injusticias laborales.
Gracias a Dios, no todo es malo. El Dios que se refleja en el evangelicalismo latinoamericano es un Dios cercano, en especial en tiempo de angustia. Es un Dios pronto a socorrer y proveer al necesitado. Es un Padre que no solo disciplina, sino por sobre todo ama, cuida y consuela. Es un Dios que predominantemente, a lo largo de la historia evangélica, se identifica con el pobre, la viuda, la persona sin estudios. En ese sentido, es un Dios que no discrimina, sino que empodera a sus hijos e hijas para vivir la vida cotidiana.
Imágenes en el neopentecostalismo
Al igual que en el resto del mundo evangélico, en el neopentecostalismo coexisten varias imágenes de Dios. Una conceptualización importante de Dios, también presente en el mundo pentecostal, es la de un Dios que cambia el curso de la realidad. Esta imagen es poderosa e impactante, pues rompe el fatalismo presente también en el evangelicalismo latinoamericano. Es un Dios que, en su amor y omnipotencia, obra ante la fe ferviente de sus hijos e hijas que claman en oración. Además, es un Dios que revela su voluntad a través del Espíritu Santo por medio de revelaciones, sueños y otros portentos.
Al mismo tiempo, una imagen que sobresale es la de un Dios subordinado al hombre. Es un Dios atado a las declaraciones y reclamos de líderes con poder espiritual. Es un Dios que está obligado a cumplir los deseos de personas, expresados en pronunciamientos positivos que desatan la realidad que declaran. Usualmente vinculado a esa imagen, aparece la idea de un Dios banquero que debe proveer financieramente del estándar económico consumista neoliberal de moda, principalmente a los líderes que él ha ungido con poder y, por lo tanto, cuentan con su unción.
Читать дальше