Estas consideraciones nos llevan a asuntos más amplios relacionados con los instrumentos políticos específicos, cuyo burdo diseño puede tener consecuencias gravemente adversas. Más allá de lo que se haya debatido, permitanme apuntar dos cuestiones de este tipo que pueden servir para ilustrar la naturaleza de los problemas implicados.
Primero, el coste no salarial del empleo (asociado con las contribuciones a la seguridad social que pagan los empleadores) es a menudo altamente regresivo, lo que eleva el coste de emplear a trabajadores en las escalas más bajas de la distribución salarial y genera un desempleo evitable. Este planeamiento se ha realizado en una serie de informes durante la pasada década, del informe Delors en adelante. [15]Segundo, la estructuración del subsidio por desempleo es de crucial importancia. Al proporcionar altos niveles de protección durante un periodo fijo de tiempo para después caer a niveles muy bajos, es posible ofrecer un alto grado de protección social a la mayoría de los trabajadores, con pocas o ninguna consecuencia para los niveles globales de desempleo.
Lo que sugieren estos ejemplos es que las cuestiones reales están en el diseño detallado de políticas específicas. Es en este nivel de discusión bastante modesto en el que se puede continuar, para obtener mejores resultados, el debate sobre la «Europa social».
[1]A principios de los noventa, al liberalizarse en poco tiempo, India sufrió grandes desajustes de esta naturaleza a lo largo de la década. A finales de los noventa, la industria de maquinaria había perdido la mayor parte de su mercado interno ante las importaciones de Taiwan y otros lugares, y no fue hasta finales de la década cuando un productor nuevo recuperó mucho del terreno perdido. Véase J. Sutton, The Indian Machine-Tool Industry: A Benchmarking Study, Banco Mundial, 2001. En China, donde la liberalización fue un proceso más gradual, sacudidas como ésta de toda una industria fueron menos evidentes, pero emergieron graves disparidades regionales, con el este y el sudeste desenvolviéndose bien en general, mientras que en otros lugares las grandes pérdidas de puestos de trabajo dominaban el escenario general a medida que las grandes empresas de propiedad estatal se hundían y se reestructuraban.
[2]«Survival of the best fit: exposure to low wage countries and the (uneven) growth of US manufacturing plants», Journal of International Economics, 68, 2006, pp. 219-237. Los diagramas de triángulos aparecen en la versión «documento de trabajo» de este artículo, que apareció como NBR Working Paper 9170.
[3]La penetración se mide de la siguiente forma: una «industria» se define con el nivel de cuatro dígitos de la Standard Industrial Classification, es decir, lleva un número de referencia de cuatro dígitos, como el 3811 para «Instrumentos científicos y de ingeniería». Cada una de estas industrias comprenden muchos «grupos de productos», a los que se refieren con un código de cinco difras. Así, el 3811 contiene, por ejemplo, el grupo de productos 38111, «Pilotos automáticos e instrumentos naúticos, aeronaúticos y de navegación». El grado de penetración registrado por los colores del triángulo se mide como la fracción de los grupos de productos de la industria en la que se registran importaciones de países con bajos costes.
[4]Para una descripción completa de estos procesos en China e India, véase J. Sutton, «The globalization process: auto-component supply chains in China and India», en F. Bourguignon, B. Pleskovic y André Sapir (eds.), Annual World Bank Conference on Development Economics: Europe. Are We on Track to Achieve the Millennium Development Goals?, Washington, DC: World Bank y Oxford University Press, 2005.
[5]Sobre el caso chino, véase Loren Brandt, Thomas Rawski y John Sutton, «China’s industrial development», en Loren Brandt y Thomas Rawski (eds.), China’s Great Transformation, Cambridge: Cambridge University Press, 2008.
[6]Véase OCDE, The OECD Jobs Study: Evidence and Explanations, Part I: Labour Market Trends and Underlying Forces of Change, París: OCDE, 1994; OCDE, Implementing the OECD Jobs Strategy: Assessing Performance and Policy, París: OCDE, 1999; Comunidades Europeas, Jobs, Jobs, Jobs: Creating More Employment in Europe, informe del Grupo de Trabajo sobre Empleo presidido por Wim Kok, noviembre de 2003, Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, 2004.
[7]Por no decir que la subcontratación local es siempre perjudicial: hay una cuestión de industria incipiente en la subcontratación local que es importante para las (grandes) economías en desarrollo, pero incluso en este contexto es un enfoque que tiene que ser utilizado con precaución; para un debate sobre esto, véase Sutton, The globalization process.
[8]Comunidades Europeas, Jobs, Jobs, Jobs.
[9]C. Pissarides, «Company start-up costs and unemployment», en P. Aghion, R. Frydman, J. Stiglitz y M. Woodford (eds.), Knowledge, Information and Expectations in Modern Macroeconomics: in Honor of Edmund S. Phelps, Princeton: Princeton University Press, 2004.
[10]No deberían exagerarse estos argumentos: una nota de precaución tiene que ver con los indicadores sobre el alcance de las deficiencias en la educación y la formación. Uno de esos indicadores son los bonus salariales recibidos por los trabajadores cualificados frente a los no cualificados, y esos bonus no han crecido en la UE; muchos observadores ven este dato como un indicador de que no hay una «escasez general de cualificación».
[11]La deficiencia más obvia y fácilmente reparable en esta materia es la retirada de los visados a los estudiantes extranjeros cuando completan sus estudios.
[12]Hay cierta ironía en el hecho de que esta creciente diferencia en la capacitación, y el fracaso para atraer a inmigrantes cualificados, debería ir de la mano de la determinación de la UE de subvencionar el I+D como vía para desarrollar capacidades. El recurso escaso es el talento; y las subvenciones, como poco cuestionables, son inútiles si hay ausencia de un suministro eficaz de individuos formados y con talento para las empresas europeas.
[13]El impacto de las consideraciones del lado de la demanda sobre el empleo merece, en principio, igual atención, por supuesto, pero es a través del lado de la oferta como la «Europa social» incide en estos resultados.
[14]Un conjunto de cuestiones diferentes, relativas al vínculo empleo-salarios reales, surge cuando está presente alguna forma de «rigidez de los salarios reales», se haya generado como se haya generado. Esto ha sido un foco de atención en el reciente debate en Alemania, gracias a las contribuciones de Hans-Werner Sinn; pero ésta no es una característica de la «Europa social» per se, por lo que en este artículo lo dejo a un lado.
[15]Véase, por ejemplo, Comunidades Europeas, Jobs, Jobs, Jobs.
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