Cuando llegamos al Aeroparque Jorge Newbery nos sacamos algunas fotos con Diego, pero lamentablemente en ninguna estoy porque el fotógrafo era yo.
El Cuervo Larroque no tiene más que palabras de agradecimiento a quien fuera el mayor artista con una pelota de cuero:
Diego era un ser superior. Ni hablar de los futbolístico, indiscutido. El Diego fuera de la cancha también era único, de mucha inteligencia. Sus declaraciones siempre fueron en el momento justo y de una potencia arrolladora. En lo político, un hombre que nunca se olvidó de sus orígenes humildes y siempre por la unidad latinoamericana, por eso lo querían tanto Néstor y Cristina, Fidel, Evo o Lula, entre otros grandes líderes.
Y con respecto a nuestra agrupación política La Cámpora (cuyo gran aglutinador y quien nos diera visibilidad fue Néstor Kirchner) de la cual soy su secretario General, siento una emoción profunda y orgullo al saber que Diego siempre estuvo con nosotros y lo hizo saber en distintas oportunidades cuando éramos atacados y difamados. Él tenía la capacidad de captar la esencia de las cosas y seguramente observó en La Cámpora el objetivo que siempre buscamos como herramienta e instrumento político desde el llano o del Estado, la reivindicación de una generación diezmada, luchar, reconstruir los lazos de solidaridad y defender los derechos de los que más necesitan y poder construir un mañana mejor para el pueblo argentino.
Larroque rememora aquel 25 de noviembre de 2020, fecha donde las canchas de fútbol se enmudecieron y la magia del fútbol mundial se apagó para siempre luego de la partida física de Maradona:
Esa mañana del 25 de noviembre tuve distintas actividades. Había ido a ver al padre Carlos Accaputo, presidente de la Pastoral Social porteña y muy cercano al Papa Francisco. Y cuando me estaba yendo le dije que la Argentina tenía dos bendiciones; el Peronismo y Maradona. Por supuesto que le causó gracia. Después tenía que llegar hasta La Matanza para encontrarme con su intendente Fernando Espinoza. Y en el trayecto recibo la noticia del fallecimiento de Diego. Fue una conmoción total, no lo podía creer. Habían pasado solamente veinte minutos de lo que le había dicho al padre Accaputo. Cuando llegué a destino, el pueblo matancero estaba a puro silencio. Ese silencio era el dolor del pueblo que despedía a un ser elegido. Luego llegué a mi casa y estuve varios días triste y dolido, no podía creerlo.
Para mí Diego es un Dios terrenal. Era el reflejo de lo superior. Al Dios religioso no se lo puede ver o tocar, pero a Diego sí.
Siguiendo en el terreno espiritual, los profetas existieron y aunque eran de carne y hueso tenían una esencia y aura especial y funcionaban como el nexo entre el cielo y la tierra para poder llevar el mensaje de Dios. Yo considero que Diego Maradona fue el profeta de su tiempo.
Maradona, el Tren del Alba y el No al ALCA
En noviembre de 2005, el imperialismo norteamericano representado por George Bush (h) y sus aliados, como el presidente mexicano Vicente Fox y el primer Ministro canadiense Paul Martin, logró ser derrotado en la IV Cumbre de las Américas en la ciudad de Mar del Plata, cuando su nueva herramienta de colonialismo económico, el área de Libre Comercio (ALCA) fue rechazada gracias a la estrategia del comandante Fidel Castro, ejecutada por los presidentes venezolano Hugo Chávez Frías, el argentino Néstor Kirchner, el brasileño Lula Ignacio Da Silva y un amplio movimiento político-social, “No al ALCA”, llevado adelante por partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales de todo el continente americano generando un cambio en la correlación de fuerzas en América Latina y el Caribe para que fuera posible la definitiva independencia económica y política.
Este cronista junto a tres amigos y colegas, Pablo Roesler, Esteban Soler y Camilo Cagni (este último filmó el documental La Batalla contra el Alca, una crónica de los sucesos) pudimos ser parte de ese momento histórico, cuando se produjo la primera gran derrota del proyecto imperialista neoliberal en nuestro continente del siglo XXI.
Existieron otros operadores anónimos que aportaron parte del éxito de esta hazaña, el principal fue sin duda Fidel Castro, que siguió minuto a minuto todo lo que acontecía; mientras que algunos hombres de suma confianza de los presidentes fueron los encargados de organizar los actos, como el periodista Miguel Bonasso, el cantante cubano Silvio Rodríguez, el dirigente Luis D’Elía, el ex ministro de Cultura de Cuba actualmente presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, entre otros. También la presencia de Diego Maradona y su apoyo político contra los Estados Unidos fue de suma importancia como destacan todos los protagonistas.
Quien cuenta algunos secretos y pormenores de cómo fue la operación de enterrar definitivamente al ALCA, es Miguel Bonasso, una de las plumas más destacadas de América latina, con experiencia en los principales diarios argentinos como La Opinión, Noticias y Página/12 y autor de numerosos libros como Recuerdo de la muerte, El presidente que no fue, Diario de un clandestino, El palacio y la calle, entre otros. Bonasso, principal organizador del NO al Alca y quien tuvo el privilegio de oficiar como vocero de Fidel Castro, recuerda sus encuentros con el comandante de la Revolución Cubana para diseñar y ejecutar los distintos planes estratégicos contra el ALCA, la búsqueda de Maradona y la implosión popular que produjo el astro del fútbol durante la travesía del Tren del Alba y el acto del Estadio Mundialista de Mar del Plata:
En 2005 yo era diputado nacional por el PRD (Partido de la Revolución Democrática) y tenía una relación política con el matrimonio Kirchner. Cuando se anunció que la Cumbre de las Américas se iba a desarrollar en Argentina, en la ciudad de Mar del Plata, me encontraba en La Habana por una situación personal muy dolorosa: mi esposa de entonces, la periodista Ana de Skalon se estaba tratando una enfermedad con medicina cubana. La estadía en Cuba alimentó aún más mi relación de amistad con Fidel y fue él quien jugó un papel estratégico en la movilización de apoyo a los distintos presidentes que rechazaban el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) Hugo Chávez, de Venezuela, Néstor Kirchner, de Argentina y Lula, de Brasil.
Recuerdo que un día Fidel me invitó a una recepción en la embajada china en Cuba, momento bastante gracioso porque yo no entendía qué tenía que hacer allí, y ante mi inquietud, el comandante me respondió que nos teníamos que sacar una foto con los chinos porque dentro de cincuenta años algún historiador podrá encontrar la foto y preguntarse qué hacían Fidel y Bonasso con los chinos. Después de allí, tipo tres de la madrugada, Fidel me llevó a su despacho en el Palacio de la Revolución para poder conversar y es donde me dice que hay que armar una estrategia para contrarrestar la venida del presidente norteamericano George Bush a la Cumbre de las Américas, que se iba desarrollar en Mar del Plata, y poder generar una gran movilización popular en contra del Tratado de Libre Comercio ALCA. Le respondí que estaba de acuerdo en hacerlo, pero en Argentina, algunos sectores ponían resistencia porque temían que se produjera un muerto a lo que yo sostenía que para que no haya un muerto había que hacer una movilización masiva con sectores sociales y de la sociedad civil cuyo objetivo sería el rechazo a la dominación neocolonial del imperio de los Estados Unidos en Latinoamérica. Se estaba armando la contra cumbre de los pueblos con el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, entre otros sectores, pero yo sostenía que había que buscar sectores más amplios y no solamente a la militancia.
No quiero dejar de mencionar al trovador cubano Silvio Rodríguez, que también fue parte del Comité Organizador y movilizó mucha gente también.
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