A querellas de origen político, como una contra Posible por un reportaje sobre la Internacional Fascista (4-12-1976) y otra contra Diario 16 por no desmentir la vinculación a CEDADE del presunto asesino del estudiante Arturo Ruiz (30-3-1977), se añaden otras que ya eran propias de los nuevos tiempos. Destaca la querella que el abogado y dirigente de la Junta Democrática de España, Antonio García Trevijano presentó contra cuatro directores de Blanco y Negro , Cambio 16 , Diario 16 , Guadiana y cinco redactores de Interviú , El País , Posible , Pueblo , Telva y anuncios de querella contra Día 32 y Destino , por informaciones sobre su actuación como abogado en Guinea Ecuatorial (16-11-1976), así como la que presentó contra García Trevijano el corresponsal de Le Monde José Antonio Novais (17-11-1976 y 1-12-1976), o el periodista Vicente Talón, relacionado con la extrema derecha, contra el director de Cambio 16 (22-3-1977).
Hubo un caso de escándalo público que tuvo los máximos efectos. Francisco Sáiz González, director de Personas , con tres de siete sumarios aún pendientes, fue inhabilitado para el cargo por 19 años, condenado a diez meses de arresto mayor y suspendido de ejercicio profesional por un año por el Tribunal de Ética Profesional del Ministerio de Información y Turismo (20-1-1977).
Hubo diversos casos de comparecencia de periodistas ante la jurisdicción militar, aparte del caso Huertas Clavería: procesamiento de Rodrigo Vázquez-Prada de Nuevo Diario por negarse a revelar los nombres de los asistentes a una rueda de prensa de la clandestina Unión Militar Democrática del 22 de diciembre de 1975 en Madrid (11-2-1976), con posterior condena por desobediencia grave (27-4-1976); procesamiento del corresponsal en Barcelona del semanario católico Noticias Obreras (10-4-1976) y declaración de dos periodistas de Sábado Gráfico por denuncia de malos tratos y lesiones contra la Policía Armada (14-5-1976). Durante el gobierno Suárez, continuaron las actuaciones abiertas en la jurisdicción militar contra el director de Sábado Gráfico por los presuntos implicados en el escándalo de la compañía aeronáutica norteamericana Lockheed (10-9-1976, 22-9-1976, 28-9-1976, 27-11-1976, 1-12-1976 y 13-1-1977).
Entre las restantes, destaca el ingreso en prisión de Mirentxu Purroy, directora de Punto y Hora de Pamplona, por una acusación de injurias al Ejército (29-12-1976 y 11-1-1977), el sobreseimiento de una causa contra Antonio Izquierdo de El Alcázar por un artículo sobre las Fuerzas Armadas (21-1-1977), el procesamiento del director del mismo diario por incitación a la rebelión (24-5-1977) y un nuevo proceso contra Sábado Gráfico por un artículo sobre el libro del primo del Caudillo, Francisco Franco Salgado-Araujo (5-2-1977). Además de instar la actuación de los tribunales, la autoridad militar emitió ocasionales desmentidos como los movimientos de tropas comentados en el artículo citado de Gregorio Morán en Diario 16 (24-6-1977) o las noticias de ese mismo diario sobre diferencias del capitán general de Cataluña en relación con la participación blindados y motorizados en Día de las Fuerzas Armadas (4-6-1977).
AGRESIONES EXTREMISTAS
Periódicos y periodistas tuvieron que hacer frente a las agresiones, en algunos casos mortales, de grupos de extrema derecha y extrema izquierda, como sucedió con otros colectivos como libreros, abogados y militantes políticos, en una oleada de violencia iniciada en los meses anteriores al relevo de la Jefatura del Estado.
En los primeros meses del gobierno Arias, destacó el caso de secuestro y tortura de José Antonio Martínez Soler, director del semanario Doblón por un grupo de extrema derecha (6-3-1976) (Martínez Soler, 2009). En los meses anteriores había habido destrozos en la sede del semanario Guadiana , también en Madrid (23-12-1975), una agresión al corresponsal de Mundo Diario en Sabadell (2-1-1976), amenazas a los periodistas de Línea y La Verdad de Murcia (7-2-1976) y un paquete bomba enviado a Cambio 16 (6-3-1976), además de una amenaza de extrema izquierda contra La Prensa , vespertino del Movimiento de Barcelona (27-2-1976). En las semanas siguientes, se registró una agresión a un fotógrafo de Cuadernos para el Diálogo (30-3-1976), nuevas amenazas de muerte a Martínez Soler, junto a Vázquez-Prada y a José María Requena, director de El Correo de Andalucía (1-4-1976) y otra amenaza al corresponsal de Mundo Diario en Gerona (11-4-1976).
No disminuyeron las amenazas y agresiones tras el nombramiento del gobierno Suárez: amenazas de un comando nazi contra los directores José Ángel Ezcurra de Triunfo y Álvaro de la Iglesia de La Codorniz (3-7-1976); asalto y robo a Torneo de Sevilla que acabó cerrando por daños (15-7-1976, 23-8-1976, 8-9-1976); amenaza neofascistas a Soledad Gallego-Díaz y José Luis Martínez de Cuadernos para el Diálogo (6-8-1976); coacciones a periodistas en Santa Cruz de Tenerife y Lérida (1-9-1976, 5-9-1976 y 9-9-1976); amenazas y daños de la extrema izquierda (GRAPO) contra La Voz de España de San Sebastián (8-9-1976) y El Ideal Gallego de La Coruña (16-12-1976) y de extrema derecha contra periodistas de Posible , Cambio 16 , Cuadernos para el Diálogo , Le Monde , Opinión (16-11-1976), En Punta (23-11-1976) y El Correo de Andalucía (29-12-1976). En los primeros meses de 1977, hubo noticias de amenazas ultras contra periodistas de Barcelona (6-2-1977) y ataques con bolas de plomo contra Diario de Barcelona (30-3-1977 y 2-4-1977).
Ya celebradas las elecciones en junio de 1977 y constituido el primer parlamento democrático se produjeron los casos con mayor repercusión que fueron las bombas de la extrema derecha contra El Papus en Barcelona, el 20 de septiembre, y El País , en Madrid, el 30 de octubre de 1978, que costaron la vida a los respectivos conserjes. En 28 de junio de este año, ETA asesinó al periodista José María Portell, director de Hoja del Lunes de Bilbao. José Antonio Novais, por entonces corresponsal también de La Repubblica , fue apuñalado por los Guerrilleros de Cristo Rey en un bar de Madrid, el 9 de diciembre de 1977.
EL CAMBIO PROFESIONAL
El protagonismo informativo de las asociaciones de la Prensa, en apoyo de periodistas en apuros, de peticiones de amnistía, de elecciones libres y de libertad de expresión, además de reivindicaciones corporativas, fue uno de los elementos más visibles del cambio profesional. Estas entidades de afiliación obligatoria para los periodistas titulados por la Escuela Oficial de Periodismo, los únicos autorizados a ejercer la profesión, habían iniciado su propia transición corporativa, de forma que algunos periodistas antifranquistas se habían incorporado a las juntas directivas, incluidas las de Madrid y Barcelona.
El caso más visible es que el propio director general de Coordinación Informativa, Carlos Sentís, había propiciado la renovación de la Asociación de la Prensa de Barcelona de acuerdo con el Grup Democràtic de Periodistes (Roglan, 1993) y como presidente gestionó el apoyo a Huertas Clavería con motivo de la detención y consejo de guerra al que fue sometido en verano de 1975. Un ejemplo opuesto sería la querella por injurias presentada por el presidente de la Asociación de la Prensa de Sevilla, Celestino Fernández Ortiz, contra Antonio Guerra Gil y José Antonio Garmendia Gil, periodista y director de la revista Campo , por el relato negativo que se hizo en esta revista de su intervención ante la detención del primero de los citados (20-1-1976).
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