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1La investigación necesaria para llevar a cabo este artículo ha sido posible gracias a la ayuda del proyecto FFI2011-24314 “El cuento en la prensa periódica: Museo de las Familias , El Laberinto , El Siglo Pintoresco y El Mundo Pintoresco (1843-1871)”.
2Sólo bajo el paraguas de la etiqueta de “ilustrado”, defendida por una de las mejores conocedoras de este escritor, Ascensión Cambrón Infante, cabe la polifacética obra de Ramón de La Sagra: “La Sagra suscribe las premisas filosóficas y metodológicas de la Ilustración, aunque es necesario precisar que no fue un creador de ese orden, sino más bien un intérprete que partiendo de ese marco conceptual elaboró una ‘propuesta social’ para resolver los problemas que tenía la sociedad industrial de su tiempo. Por estas razones se lo ha calificado de ‘reformador social’, o ‘protosocialista’” (Cambrón Infante, 1998: 222-223).
3No me detendré en la compleja trayectoria ideológica, ni en la extensa obra de Ramón de La Sagra (La Coruña, 8 de abril de 1798 – Neuchâtel, 1871), puesto que este trabajo se centra en Cinco meses en los Estados- Unidos (1836). Su formación ideológica se inicia en su juventud en el liberalismo radical, afiliado a la masonería en la década de los treinta del siglo XIX, se convierte en un acérrimo defensor del socialismo utópico a finales de los cuarenta, razón por la cual es expulsado de Francia, y parece sufrir una involución al encontrarlo en 1857 con posiciones muy cercanas al integrismo. Antón Costa-Rico describe brevemente su recorrido ideológico: “un racionalista y un idealista, que en el curso de la vida acentúa un progresismo social del que más tarde dimite, para buscar refugio en posiciones religiosas católicas y conservadoras” (2008: 209).
Puede consultarse la completa biografía de González López (1984) y la de Cores Trasmonte (1998). Manuel Núñez Arenas dedicó un temprano estudio a La Sagra como reformador social (1924) al que deben sumarse los trabajos Cambrón Infante desde el ámbito de la filosofía político-social (1985, 1989 y 1998). González Guitián (1982-1983, 1985) ha analizado a La Sagra como estudioso y reformador de las instituciones penitenciarias; Antón Costa Rico (2008) como promotor de las primeras escuelas infantiles de Madrid entre 1839 y 1842, y estudioso de la educación comparada; y Quirós (1991) en el concreto ámbito de la enseñanza de la agricultura. Finalmente, Isabel García-Montón ha estudiado la figura de Ramón de La Sagra como “observador de la realidad cubana” (1987) y se ha aproximado a Cinco meses en los Estados-Unidos de la América del norte para destacar el interés del autor por las instituciones benéficas (1996) y la imagen de la mujer norteamericana representada en esta obra (1998).
4En 1837 se publicó una traducción francesa de René Baïssas: Cinq mois aux États-Unis de l’Amérique du Nord, depuis le 29 Avril jusqu’au 23 Setembre 1835. Journal de voyage de Ramón de La Sagra , Bruxelles, Société Typographique Belge, 1837.
5Se trata de doce tomos con informes, planos, leyes, tablas de población, etc., depositados, según señala, en la Biblioteca Nacional que dan buena cuenta de las visitas realizadas. La “Lista de los documentos reunidos en mi viaje por los Estados-Unidos” organiza la documentación en los siguientes apartados: “Caminos y canales”; “Canales, acueductos, barcos de vapor”; “Manufacturas”, “Cárceles y casas de corrección”; “Colección de informes de la sociedad de Boston para la disciplina de las prisiones, desde 1826 a 1834”; “Hospitales, hospicios de pobres, escuelas de ciegos y de sordomudos”; “Educación”; “Comercio, navegación, rentas, milicias”; “Bancos, pesos y medidas, topografía, cultivos”; “Legislaciones”; “Miscelánea”.
6De hecho, en las páginas de su “Introducción” señala que en la preparación del manuscrito para llevarlo a la imprenta decidió suprimir algunas observaciones puesto que “no interesarian al público español” (La Sagra, 1836: X).
7El concepto de democracia en La Sagra parece coincidir con el de Tocqueville: “La Democracia tocquevilliana no se puede identificar con una modalidad de organización del poder político, tampoco describe un tipo de sociedad, sino que es ese germen activo que penetrando en todas las esferas de la vida social, influye y conforma los distintos ámbitos de una nación y las formas de hacer, sentir y pensar de cada uno de sus ciudadanos” (Usategui, 2003: 73).
8Del mismo modo que Tocqueville señaló la problemática de los negros emancipados en los Estados Unidos, La Sagra aborda también este problema y el del abolicionismo en las páginas de Cinco meses en los Estados- Unidos . No es este lugar para el desarrollo de este asunto, de suma importancia en la época y que precisa un estudio profundo en el caso de La Sagra. Baste con señalar, en primer lugar, que La Sagra se enfrenta al problema del abolicionismo desde una visión imperialista aplicada a la isla de Cuba y augura serios problemas en el futuro, como efectivamente así ocurrirá. En segundo lugar el ilustrado español es partidario de educar primero a la raza negra para ofrecerles después la libertad.
9“La educacion es l[a] salvaguarda del bello secso en los Estados-Unidos; y para los casos raros de infraccion, ecsisten las leyes severísimas de la opinion pública, que nada dispensa y contra cuyo fallo ninguna mujer seria osara á apelar”, escribe La Sagra (1836: 418).
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