No hay en el Coloquio bailes ni danzas, que formaban parte del teatro jesuítico como herencia del teatro religioso medieval y en el teatro novohispano recibieron el impulso de la afición que los indígenas tenían a danzas y música, expresadas en formas de espectáculo anteriores a la conquista en areitos o mitotes, que tuvieron excelente acogida en manifestaciones teatrales de los jesuitas. Es un teatro con predominio casi absoluto de la palabra, pues la escenografía es muy sencilla, como característica de las églogas: en un momento se hace uso de la cortina que, al descorrerse, muestra a Apolo en su trono. Nada que no pudiera ofrecer el Salón de Actos del Colegio de San Ildefonso, que ya se había utilizado en espectáculos semejantes, como los del P. Llanos.
No ha necesitado el autor de la comicidad, ni de los juegos de niños, que Cigorondo suele prodigar en sus obras. Al soplillo juegan los niños en el V Encomio publicado por H. Maldonado; al trompo, al toro de las coces, a pares y nones en las Églogas del Engaño ; manifestaciones lúdicas donde los niños imitan los juegos de mayores (cortesanos) como los torneos ( Comedia de la gloriosa Magdalena , Elogio 3.º, desde el fol. 70v), correr una sortija, tela o torneo ( Egloga seu Pastorum lusus , desde fol. 9r, col. b), o erudita «questión » en la misma pieza sobre el poder del amor o de la fe de la Magdalena (fol. 6r, col. b). Los juegos aparecen en el título de dos de sus obras: en la Egloga seu Pastorum lusus (‘juego de pastores’) y en el Juego entre quatro niños . Una situación de este tipo es la imposición de las coronas en la égloga 3.ª, v. 359ss. En nuestro Coloquio la competencia es de tipo dialéctico.
Un teatro de la palabra, pero esencialmente poética, como se ha destacado, aunque sin alardes espectaculares. La grandeza poética se muestra en los 494 hexámetros característicos de la Bucólica virgiliana, eso sí, mejorada si cabe con las mejores aportaciones del humanismo, de Petrarca a Navagero. Fuera del soneto inicial, que concreta el argumento, destaca el uso del sexteto-lira o estrofa alirada (aBaBcC), utilizada con frecuencia por fray Luis de León en las traducciones de Horacio. Cigorondo se encuentra entre sus continuadores en lírica y teatro (Navarro Tomás, 1974, 207. 256). Es la forma favorita en este Colloquio , que utilizan los Coros 1.º, 2.º, 5.º; también Apolo en su extenso oráculo (258 versos), y aparece en boca de los pastores en el acuerdo final (90 versos). De este modo, en este coloquio, sus 396 versos representan el 70% del total de todos los versos en castellano, que son 564. Una a modo de prolongación de esta estrofa son las dos estancias seguidas de 9 versos que forman el coro 4.º: abCabCcdD (vv. 395-412). El coro 3.º está en ocho cuartetas de romance en á-o : Cigorondo aprovecha una composición poética propia, que se lee también en el Cartapacio curioso , aunque en este Coloquio está aligerada de nueve estrofas.
Las intervenciones de las diosas Flora y Pomona se hacen en forma de letrilla con estribillo de dos versos asonantes ó-o de 4 y 11 sílabas, seguido de dos cuartetas que en la primera aparición siguen el asonante del estribillo en los pares, de modo que el último verso se convierte en enlace con el estribillo que se repite. En las otras dos intervenciones de las diosas el asonante en las mudanzas se da únicamente en el verso de enlace. Se eligió la forma para que sirviera de base al canto por el coro posterior a su recitación 68 . En su intervención tras las diosas, tres pares de pastores recitan por tres veces un mismo estribillo que concuerda en metro y rima con los de las diosas. Finalmente, una letrilla distinta es la del coro 6.º / 9.º, vv. 949-968, formada por cinco coplas hexasílabas con asonante ó-e en los pares y un estribilllo en los versos tercero y cuarto con ligeras variantes en cada estrofa. En todo ello muestra Cigorondo su versatilidad y facilidad para todo tipo de versificación.
Muestra también Cigorondo a los escolares su maestría en la invención y disposición de la fábula, recogiendo lo mejor de sus modelos preferidos (de Virgilio a Llanos), en una estructura formalmente compleja, aunque, en el fondo, sencilla, las ansias finalmente satisfechas de unos pastores que buscaban el mejor mayoral posible. Sobre esta base, pone acción bien trabada, emoción y goce estético, para satisfacción de todos, en la acción y en la representación. En aquella, al final, todos se sienten victoriosos (desde v. 993): Mopso, mexicano: «Victoriosos quedamos». Lícidas, peruano: «Pues ¿qué será los que nos coronamos?». Coridón, peruano, remata, diciendo: «Con tal don, hecho un Creso / me voy». También ahora Títiro, mexicano y convencido: «Con tal don yo, hecho un Craso». Palemón, de los poblanos, olvidándose de Apolo, dirá:
Este feliz succeso
a nosotros se deve, pues, al paso
de nuestra diligençia
salió a gusto de todos la sentençia. (v. 1001s)
Todos satisfechos. También, de la representación, el autor, que humildemente y no sin gracia (que la sembró en su obra), solicita, en el último verso, la del aplauso: «si reciviendo el don nos dan las manos».
Sobre el texto
Ofrecemos el texto completo crítico y anotado, y parcialmente paleográfico, con traducción de sus partes latinas, siguiendo el único manuscrito conocido de la obra que guarda el Cartapacio curioso de algunas comedias del P . Cigorondo , de la Compañía del nombre de Jesús , BNE, Mss 17286, fol. 95r.-229r.
Se presenta el texto castellano modernizado en puntuación, acentuación y mayúsculas. Igualmente, se transcriben u y v de acuerdo con su valor vocálico o consonántico y se resuelven las abreviaturas. También, puesto que varias veces aparece n por ñ , y c por ç , en estos casos se ponen entre corchetes respectivamente [ ñ ] y [ ç ]. Acentuamos á del verbo haber por distinguirla de a preposición. En lo demás, se ofrecen las grafías originales, por tratarse de la primera edición. Variantes raras y autorrecciones del amanuense se señalan en nota.
El texto latino, sin embargo, se ofrece según los usos y estándares de la hodierna filología latina. Por lo cual, resolvemos las abreviaturas ( q: = que; �= us , ... ť – ... tur ; è por ex o est ; sd por sed y escribimos u y v , según el valor vocálico o consonántico del latín posclásico. Además, ę se transcribe ae , ij por ii ; ç por c ; æ en fælix y en sus formas derivadas y en las que se dan en el perfecto de facio se transcriben con e ; penas por poenas , etc., y se corrigen ocasionales erratas como Dapnin por Daphnin . Las erratas o transcripciones incorrectas debidas a la lengua o fonética del amanuense se recogen en nota a pie de página. La traducción es propia, pero se sometió a la revisión de D. Manuel Sánchez Molina, Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Granada, director de uno de los proyectos de investigación que amparan este ensayo, colega y, sin embargo, amigo.
Tratamos de aclarar el texto con notas de crítica textual y explicaciones de tipo histórico-filológico que den razón de usos y costumbres del medio en que se desarrolla la acción, tratando igualmente de enmarcarlo en el medio cultural clásico y neolatino. Asimismo, enriquecemos con textos semejantes del mismo autor y con la remisión o cita de pasajes iluminadores del mismo texto, antiguos y modernos, y de los textos en los que se inspira el autor o que hace suyos.
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