83La historia publicada por la Comisión militar –de la que hablaremos a continuación– al menos la cita tímidamente y la menciona entre las obras existentes sobre el tema. La de José Muñoz Maldonado la ignora, quizá porque rompía su argumentación de que no existía una historia completa del conflicto.
84Tampoco debió de ayudar a Carnicero que Lardizábal, a quien se encomendaba dedicándole el cuarto volumen en 1815, fuese destituido y encarcelado ese mismo año.
85Ibídem, vol. IV, pp. 320-321.
86«Las Batuecas de madama de Genlis o el Gonzalo de Florian parecen menos soñados, menos ideales que la mitad de los escrito extranjeros publicados sobre nuestra península por testigos que se dicen oculares» ( Historia de la Guerra de España contra Napoleón Bonaparte, escrita y publicada de Orden de S.M. por la tercera sección de la Comisión de jefes y oficiales de todas armas ..., op. cit., p. VII). “En España había mucho más ilustración de lo que generalmente creían los extranjeros, y el pueblo aunque cordialmente religioso, ni era estúpido, ni fanático, ni supersticioso” (Ibídem, p. 187).
87Con evidentes ganas de agradar, José Canga elogió a la medida desde el exilio: «una comisión de oficiales militares de gran mérito, encargada por S.M. reinante de escribir la Historia de la guerra de España, correspondiendo a los deseos del Rey, dio a la luz pública el tomo primero, que fue recibido con los mayores elogios por la veracidad y maestría con que está escrito. La terminación de esta obra, digna de la protección augusta, pondría freno a las detracciones de los extranjeros» (José Canga Argüelles, Observaciones sobre la Historia ..., op. cit., p. 10).
88Francisco Javier Cabanes (1781-1834), militar y autor de varias publicaciones, no solo militares, también relacionadas con el fomento del país (Base de datos Fichoz , nº 026722).
89Aunque no contamos por ahora con más datos que los aportados por Muñoz Maldonado, es extraño que la comisión tardase dos años en publicar el primer volumen y no tuviese tiempo de sacar al menos un segundo en los siguientes cuatro años. Es posible que la Comisión cayese en desgracia en 1823 por haber continuado su trabajo a las órdenes del gobierno liberal. Durante el trienio publicó dos obras de contenido neutro: Estados de la organización y fuerza de los ejércitos españoles beligerantes en la península, durante la guerra de España contra Bonaparte, arreglados por la Sección de Historia Militar en 1821 , Barcelona, Imprenta de la viuda e hijos de Antonio Brusi, 1822; y la Explicación del cuadro histórico-cronológico de los movimientos y principales acciones de los ejércitos beligerantes en la Península durante la guerra de España contra Bonaparte, formado en 1818 por la Sección de Historia Militar , Barcelona, Imprenta de la viuda e hijos de Antonio Brusi, 1822.
90José Muñoz Maldonado, Historia política y militar de la Guerra de la independencia de España contra Napoleón Bonaparte desde 1808 a 1814, escrita sobre los documentos auténticos del gobierno, por ... publicada de orden del Rey N.S. , Madrid, Imprenta de d. José Palacios, 1833, pp. 8-9.
91Ibídem.
92«Solo buscamos el mayor lustre del nombre español. No pretendemos censurar al gobierno de un monarca que fue nuestro rey y señor (...) No es posible dar una idea del desacierto e ilegalidad de las operaciones de aquella época sin salir de los límites a que nos hemos circunscrito». Aún así, la obra presenta la hoy clásica –y discutible– inflexión entre el esplendor del reinado de Carlos III y el de su sucesor: «la muerte de Carlos III, la caída de Floridablanca y la del conde de Arana detuvieron el progreso de nuestros adelantamientos (...) en mayo de 1808 ni teníamos naves, ni ejércitos, ni armas, ni tesoro, ni crédito, ni fronteras, ni gobierno, ni existencia política. En una palabra: no había Patria» (Ibídem, pp. 105-129). Godoy, «joven sin instrucción y sin experiencia» no se libra de críticas directas –aunque con menos ensañamiento del acostumbrado– con sentencias como «no hubo fondo por sagrado que fuera que no cayese en manos del valido (...) confesemos que ni la aversión del público contra él carecía de motivos, ni era infundada la voz general que lo acriminaba y le pedía cuenta de los males que su ineptitud y su codicia habían acarreado a la patria» (Ibídem., pp. 121-131).
93«...nadie profirió ni aún en la efervescencia y primera expansión del horror, una sola palabra que acusara la justicia del soberano. El extremado amor de Carlos IV a su familia, la integridad de su corazón, la religiosidad de sus sentimientos nunca desmentidos en su dilatada carrera, no dejaban lugar a creer posible ni la más ligera mella en su justicia y rectitud. La opinión pública como por instinto falló unánimemente contra el favorito» (Ibídem, pp. 174-198).
94Ibídem, p. 118.
95«Cualquiera que fuese la repugnancia que interiormente sentía (...) entonces dictó la necesidad (...) en aquella época las más ilustres casas de Europa tenían a dicha emparentar con la de Francia (...) todas las personas cuerdas y sabias que amaban al príncipe hallaron prudente y provechoso el consejo” (Ibídem, pp. 181-182).
96Ibídem, pp. 232-259.
97Ibídem, p. VIII.
98«¿No es justo desenmascarar la venganza aleve, la rastrera envidia, la funesta ambición, disfrazadas con los colores del entusiasmo heroico, y escudados con los augustos nombres de patria y de libertad?» (Ibídem, p. IX).
99Madrid, Imprenta de D. José Palacios, 1833.
100Es autor de una Oda al Rey Nuestro Señor (Madrid, Imprenta de Amarita, 1828) y de unos Estudios sobre el catolicismo dedicados a S.M. la Reina Madre Doña María Cristina de Borbón (Madrid, Establecimiento Tipográfico de Francisco de P. Mellado, 1852).
101José Muñoz Maldonado, Historia política y militar ..., op. cit., vol. III, p. 601. Los dos clérigos a los que se refiere son el historiador, académico y obispo de Osma, José Sabau Blanco, y el capellán de honor del rey Antonio García Bermejo. Es llamativa, por cierto, la sincera crítica del autor a la incomodidad de la censura.
102Los tres tomos están fechados en abril, junio y octubre respectivamente, y Fernando murió en septiembre.
103Ibídem, vol. 1, p. 9. El autor se refiere por ejemplo a las historias escritas por los ingleses William F. P. Napier y Charles W. Vane, refutadas previamente por Canga.
104Ibídem, vol. I, pp. 20-41.
105Ibídem, vol. I, pp. 137-148.
106«[sobre los abusos de los generales franceses]... los pueblos que se veían tratados de esta manera combatían a los franceses, no tanto como a enemigos de su Rey, cuanto como a opresores suyos, de que era preciso deshacerse a cualquier costa» (Ibídem, vol. II, p. 489).
107Ibídem, vol. I, pp. 178-184.
108Ibídem, vol. I, p. 353.
109Ibídem, vol. II, pp. 468-489.
110Ibídem, vol. III, pp. 564-603.
111Ibídem, vol. III, p. 584.
112Ibídem, vol. III, p. 585.
113Emilio La Parra, “Fernando VII, el rey imaginado”..., op. cit.
114«Quien controla el pasado (...) controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado» (George Orwell, 1984 ).
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