Uwe Schomburg - El código de Babilonia

Здесь есть возможность читать онлайн «Uwe Schomburg - El código de Babilonia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El código de Babilonia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El código de Babilonia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El mayor sueño de la Humanidad está a punto de ser desvelado. Las tablillas halladas en las ruinas de la antigua Babiloniacontienen símbolos cuneiformes que esconden la clave genética de la inmortalidad. La revelación de ese secreto supondría el fin de la influencia de la Iglesia, y un poderoso grupo denominado Los Pretorianos de las Sagradas Escrituras cruzará todos los límites para evitarlo. Así, cuando un ex policía y una científica intentan descifrar las reliquias, se ven arrastrados a una carrera por toda Europa, en la que el asesinato y la traición forman parte de las reglas del juego. Lo que prometía ser el sueño cumplido de los hombres, puede convertirse en una auténtica pesadilla para el género humano. Solo una persona puede ayudarles a desentrañar el misterio: el mismísimo Papa. ¿Pero qué tiene que ver un hombre de Dios con tablillas de arcilla sumerias y los dioses paganos de Babilonia?

El código de Babilonia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El código de Babilonia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Habían aguardado, según lo acordado, en Grosseto. Calvi no había apartado la vista del maletín del dinero y, gracias a las respuestas a sus furtivas preguntas, se hubo enterado Tizzani de que había sido Pecorelli quien había establecido el contacto. Hacía solo tres años que Pecorelli estaba al servicio del Vaticano, después de haber prestado sus servicios en el GIS, el Gruppo di Intervento Speciale de Livorno, una unidad especial de la policía.

Pecorelli había recibido a continuación una llamada procedente de uno de sus informadores, quien hubo retrasado una vez más la fecha de entrega. Pecorelli estaba nervioso y aseguraba una y otra vez que su proveedor era de absoluta confianza. Tizzani comenzó entonces a entender el rol que le había asignado el cardenal.

Debía encargarse de amortiguar el fracaso de Sacchi. Tizzani se hubo convencido del todo cuando volvieron a esperar en vano esa misma mañana. El proveedor de Pecorelli no había realizado ni siquiera una llamada.

Tizzani tragaba con dificultad cuando pensaba en todo ello. Debía tratarse de algo especial, cuando el appartemento enviaba a Elgidio Calvi, uno de los guardaespaldas del papa. «¿De qué se trataba? ¿Qué conexión tenía este Pecorelli para que…?».

«¿Había cometido el Santo Padre un error?».

«¿Acaso le estaba castigando Dios?».

Capítulo 12

Alemania del Este, lunes

Los espasmos iban abandonando lentamente sus músculos, y los dolores que martilleaban su cabeza se desvanecían con cada trago de café.

Chris estaba sentado en el último rincón del bar de carretera, bien oculto a las miradas de los otros pocos clientes. Los restos del desayuno se encontraban delante de él en la bandeja cuando tomó a pequeños sorbos su café con una chispa de coñac.

Su cuerpo estaba sintetizando las cascadas de adrenalina de las últimas horas; sin embargo, parecía demandarle todavía mayor estimulación. Tiempos atrás, solía salir siempre a correr después de una misión peligrosa para sacudirse la tensión del cuerpo.

Nadie se fijaba en él. Los pocos clientes que había, permanecían sentados en la parte anterior del salón y miraban absortos la televisión. El telediario daba, desde hacía un tiempo, la noticia acerca de un terrible suceso en el que se habían producido varias muertes. En algún momento se informó de que en el lugar del crimen había estacionado un camión, en cuyo interior se encontró a un hombre maniatado, quien manifestaba ser el conductor y haber sido asaltado en un área de descanso.

De repente se hablaba de una batalla entre camioneros. En más de una ocasión se había prendido a refugiados abandonados en la autovía A9, los cuales eran transportados procedentes del este de Europa con destino al rico oeste.

Chris barajaba la idea de olvidarse del presente capítulo, entregándose a la policía junto con las antigüedades y una firme declaración sobre lo ocurrido. Teniendo en cuenta el intento de robo en Toscana, era ya la segunda vez que Forster había puesto en peligro su vida con sus maquinaciones.

Juraba entre dientes. Forster le embaucó, lo había reservado desde el principio, lo había incluido en sus planes como una figura de ajedrez, como el último peón que debía entregar el paquetito. Era un don nadie, una diana, una víctima potencial, engatusado con un cebo suficientemente grande.

«Un negocio del todo normal, todo parecía limpio, todo tenía su explicación. Era todo muy sencillo. Era todo una mierda», se había dejado engañar en el labrantío una segunda vez. Había entrado en escena alguien desconocido, con los medios suficientes para organizar este tipo de acción, y en dos escenarios a la vez. Incluso era capaz de hacerse con la información necesaria y, además, disponía de un amplio remanente en armas y de tipos sin escrúpulos. Y quedó patente que no se achicaba ante nada, que no temía ni a la policía ni las posibles consecuencias.

¿Realmente disponía de alguna oportunidad?

Si seguía adelante, debería actuar muy rápido. Una vez que los tesoros estuvieran en el lugar convenido, carecerían de interés para el desconocido.

«Usted me está ocultando algo».

«Mucho».

A Chris no se le iba de la cabeza esta última palabra de Forster.

A las seis cogió el teléfono móvil.

Con su llamada, sacó a Ina de la cama.

– Soy yo.

– Quién si no.

Su voz, en otras ocasiones tan servicial, parecía estar aún dormida. Se percató del tonillo desafiante, pero no se disculpó por su temprana llamada. Simplemente dejó que se tomara el tiempo necesario para su ruidoso bostezo.

– ¿Por qué me llamas tan temprano? Aún estoy durmiendo.

– Necesito tu ayuda.

– ¿Y qué es lo que puedo hacer por ti? -De repente sonaba muy seria.

– Investigar.

– No antes de las diez.

– Procura estar en la oficina lo antes posible. Tienes que ponerte a investigar.

Ina comenzó a regañar.

– ¡Escúchame bien! -siseó a través del teléfono-. ¡El Conde está muerto! Nos asaltaron. -Chris comenzó a relatarle a grandes rasgos lo que había ocurrido-. Y ahora soy dueño de algunas joyas y tablillas de escritura cuneiforme.

– Las joyas me las das a mí. Por cierto, ¿dónde estás?

– En algún bar de carretera de la A9. Avísame cuando estés en la oficina -él pudo escucharla jurar y dio por terminada la conversación con ella.

Cerciorándose de su entorno, echó un vistazo alrededor. Una vez hubo comprobado que continuaba sentado solo y protegido en la esquina del restaurante, sacó una de las tablillas de escritura cuneiforme de la bolsa de algodón y la giró con sumo cuidado en las manos. Clavó la mirada en el sello de Nabucodonosor II. A Forster no se le había escapado ni una sola frase acerca del contenido del texto. Presumiblemente, las tablillas preservaban las heroicidades del rey, se trataría por lo tanto de un libro que relataba la historia de la Antigüedad.

Empaquetó de nuevo cuidadosamente las tablillas de arcilla mientras echaba de nuevo un vistazo alrededor. Los empleados se estaban preparando para el turno de la mañana y reponían sus puestos en el otro extremo del bar.

Tomó uno de los cilindros de impresión, pero luego se lo pensó mejor y sacó uno de los huesos. Apenas alcanzaba los diez centímetros, se trataba más bien de un fragmento con sus extremos mutilados.

«¿Hombre o animal? ¿Por qué había guardado Forster los huesos al lado de las tablillas? ¿Por qué las estaba incluso conservando? ¿Qué antigüedad podían tener? ¿Tan antiguos como las propias tablillas?».

«Y si esto fuera cierto: ¿guardaban por lo tanto algún valor?».

Los arqueólogos, en su caza por el primer hombre, desbrozaban la tierra en todo el mundo y cribaban restos óseos del suelo que podían tener cientos de miles de años de antigüedad. Y este seguramente no sería tan antiguo.

«Por otro lado, ¿esconderían algún significado especial? Quizás se trataba de los huesos del mismísimo Nabucodonosor…».

Sin saber la respuesta, empaquetó de nuevo la reliquia.

Por otro lado estaba a su vez la hoja que se encontraba en el cofrecillo -se la había llevado también-. La hoja era un esquema. Un mapa en blanco y negro, roto en sus extremos, procedente seguramente de un libro. El papel era pardo y liso, y en su parte central contaba con un pronunciado pliegue, mientras que en su lado opuesto, una tira estrecha de papel blanco reforzaba precisamente ese particular pliegue.

Arriba, en su extremo derecho y en la parte inferior faltaban algunos trozos. Sus cantos afilados mostraban que alguien los había cortado con unas tijeras.

«El mapa parecía indicar el relieve de un determinado terreno, detallando una pobre vegetación e indicando lugares o sitios con una única letra o repetida en mayúsculas. Una tira blanca y concisa recorría la parte izquierda de la hoja a través de la imagen. Parecía una carretera repleta de curvas y con diferentes anchuras, a la cual le habían asignado la letra "E". Pero faltaba la leyenda que diera sentido a los signos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El código de Babilonia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El código de Babilonia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Uwe Klausner - Walhalla-Code
Uwe Klausner
Katharina Pistor - El código del capital
Katharina Pistor
Uwe Holtschoppen - Ole, der Heide
Uwe Holtschoppen
Uwe Frankenhauser - Piano Morte
Uwe Frankenhauser
Quark-Uwe Klingeling - Die Elefanten-Epen
Quark-Uwe Klingeling
Uwe Habenicht - Draußen abtauchen
Uwe Habenicht
Uwe Habenicht - Freestyle Religion
Uwe Habenicht
Uwe Behrens - Feindbild China
Uwe Behrens
Aldivan Teixeira Torres - O Testamento - O Código De Deus
Aldivan Teixeira Torres
Отзывы о книге «El código de Babilonia»

Обсуждение, отзывы о книге «El código de Babilonia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x