Eric Frattini - El Laberinto de Agua

Здесь есть возможность читать онлайн «Eric Frattini - El Laberinto de Agua» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Laberinto de Agua: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Laberinto de Agua»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Experto en los servicios secretos vaticanos, Frattini se ha inspirado para su segunda novela en uno de los personajes más controvertidos y desconocidos del cristianismo, Judas, el apóstol traidor. ¿Qué pasaría si su historia no fue como nos la han contado? Los cimientos de la Iglesia se tambalearían, y eso es lo que quiere impedir a toda costa el malvado cardenal Lienart.

El Laberinto de Agua — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Laberinto de Agua», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Tiene alguna orden concreta, hermano Mahoney?

– Por ahora lo único que deseo es que ustedes sigan de cerca a ese tal Hamilton. Deberán informarme antes de tomar cualquier decisión. No adopten ninguna medida sin consulta previa. Sólo yo podré ordenar una acción concreta contra ese abogada Nadie más que yo. Mañana mismo les haré llegar una fotografía reciente de ése hombre.

– ¿Y si recibimos una orden concreta del gran maestre? -preguntó Ferrell.

– No creo que eso llegue a suceder. Fructum pro fructo.

Silentium pro silentio -respondió Ferrell.

Mahoney debía hacer una nueva llamada. Esta vez a un pequeño piso en el casco histórico de Berna regentado por monjas.

– Hermana, soy el obispo Mahoney y deseo hablar con el padre Septimus Alvarado.

– Un momento, monseñor, ahora mismo le aviso -dijo la religiosa.

Unos instantes después, Mahoney oyó la respiración de Alvarado al otro lado de la línea.

Fructum pro fructo.

Silentium pro silentio -respondió Alvarado.

– Tengo instrucciones concretas para usted, hermano Alvarado.

– Dígame, le escucho atentamente.

– Su nuevo objetivo será una mujer llamada Sabine Hubert. Es la persona que ha dirigido la restauración y traducción del libro hereje de Judas. Debe pagar por ello. Sabe demasiado sobre ese libro y el gran maestre no desea que siga siendo así.

– ¿Cuándo debo dar el golpe?

– Sólo cuando los otros tres miembros del equipo hayan abandonado el país. No deseamos que la policía pueda relacionar nuestro Círculo con Hoffman, Hubert y el resto. ¿Cree que el padre Pontius podría ocuparse de Fessner? -preguntó Mahoney, refiriéndose al científico canadiense experto en análisis por radiocarbono.

– Creo que sí está preparado. De cualquier forma, no se preocupe, hermano Mahoney, yo le ayudaré en su tarea.

– De acuerdo, pero no puede quedar ninguna pista de Fessner. La policía no debe encontrarlo. Si lo hacen y relacionan al Círculo con Hoffman, Hubert y Fessner, podrían llegar hasta nosotros y deseamos que eso no suceda, ¿no es así, hermano Alvarado?

– Sí, así es.

Fructum pro fructo, hermano Alvarado.

Silentium pro silentio.

X

Berna

La reunión con Leonardo Colaiani había sido muy fructífera y ahora deseaba cerrar el asunto del libro con la Fundación Hel sing. Afdera quería despedirse de los miembros del equipo que habían devuelto a la vida al evangelio de Judas y agradecérselo personalmente en su nombre y en el de su abuela.

La reunión iba a celebrarse esa misma mañana en la sede de la fundación en el barrio de Gurten. Sería su última visita antes de traspasar la propiedad del libro al misterioso mecenas de Aguilar. Un Mercedes-Benz de color negro la recogió muy temprano en la puerta del Bellevue Palace para trasladarla hasta la fundación.

Al llegar, Aguilar la esperaba en la misma puerta del edificio principal acompañado de Sabine Hubert, la persona que había hecho posible el sueño de su abuela. El vehículo se detuvo justo delante de ellos.

– ¿Cómo estás, querida? -saludó la restauradora dándole un caluroso abrazo.

– Bien, Sabine, encantada de estar aquí y poder ver el libro finalmente restaurado.

– Adelante, el equipo la está esperando en la sala de reuniones para despedirse de usted -dijo Aguilar, cogiéndola por el brazo.

– Deseo mantener un encuentro a solas con el equipo -pidió al director-. Después me reuniré con usted.

– Veo que prefieren hablar entre científicos. Lo entiendo -respondió Aguilar con una falsa sonrisa-. La esperaré en mi despacho. Tómese todo el tiempo que necesite.

Al entrar en la sala de juntas, Afdera vio a John Fessner, Burt Herman y Efraim Shemel sentados alrededor de una gran mesa con papeles y una caja metálica hermética. Supuso que en el interior estaba el libro de Judas.

Mientras la joven saludaba uno por uno a los científicos, Sabine se dispuso a abrir la caja metálica, dejando al descubierto varias planchas de cristal con las páginas del evangelio colocadas entre ellas. Algunas aparecían aún incompletas. Otras presentaban los bordes carcomidos por el paso de los siglos, pero en sí, el texto era más o menos legible.

– Aquí tienes tu libro -dijo Sabine.

– Bueno, ya no es mío, es del misterioso mecenas de Aguilar -puntualizó, sujetando entre sus manos varias planchas de cristal.

– Aún tenemos que darle los últimos retoques antes de entregárselo a Aguilar. El códice consta de treinta y dos pliegos, sesenta y cuatro páginas, algunas de las cuales han desaparecido. Las páginas 5, 31,32 y 49 ya no existen. Son absolutamente ilegibles. Lo más curioso de todo es que en las páginas 4, 30 y 48 se habla en un papel destacado del tal Eliezer. Según Burt y Efraim, eso sólo puede suponer que alguien arrancó a propósito las páginas en las que ese Eliezer podría haber escrito o dicho algo importante y que no se deseaba que se conociese.

– El libro, aunque se le llama el evangelio de Judas, sólo hace referencia a éste en alguna de sus partes -intervino Herman-. En realidad, son cuatro textos los que lo conforman. Desde la página 1 a la 9, es la llamada carta de Pedro a Felipe; de la página 10 a la 32, la revelación de Jaime; de la 33 a la 58, el evangelio de Judas, un texto totalmente desconocido hasta ahora, aunque es mencionado por Irineo de Lyon en su obra Contra las herej í as; y finalmente, desde la página 59 a la 66, un libro muy dañado llamado el libro de Alógenes y que creemos que da algunas claves que no hemos podido entender.

– ¿A qué te refieres?

– En las páginas 62 y 65 se habla de guardianes de puertas o de accesos, o algo parecido, y cita en algunos de sus párrafos a guardias, o soldados, o ángeles guardianes que gobiernan el caos, los mundos inferiores, con nombres concretos como Yaldabaot, Set, Harmatot, Galila, Yobel y Adonaios. Todos ellos están junto al Autógenerado, el Sacia, el Guardián de los Guardianes, el Gran Uno, Barbelo, el Autógenes Autogenerado.

Afdera recordó en ese momento los cuentos que le relataba su abuela cuando era tan sólo una niña, tras sus encuentros con la señora Levi, en el gueto de Venecia. Recordó la Corte Expiatoria o la Corte de los Arcanos, que para entrar en ella había que abrir antes siete puertas, cada una de las cuales tenía grabado el nombre de un shed, un demonio de la casta de los shedim. Cada puerta se abría con una palabra mágica que resultaba ser el nombre de cada demonio del mundo del caos. Sam Ha, Mawet, Ashmodai, Shibbetta, Ruah, Kardeyakos y Na Amah eran los siete guardianes. ¿Y si esos siete shedim fuesen los siete guardianes de las siete puertas a las que se refería Leonardo Colaiani?

– Como una especie de siete guardianes que protegen siete puertas.

– No sé a qué te refieres.

– Mi abuelo recorrió la Dankalia hasta Ogadén a lomos de un camello. A los veinte años fue rescatado por un misionero cuando estaba a punto de morir de una extraña enfermedad en una tribu de pigmeos en África. Allí pasó mucho tiempo con los contrabandistas. Mi abuelo me contó que un camellero dankalo le reveló que para entrar en el Jardín del Edén, ellos lo llamaban Al-Jannah Al-Adn, era necesario abrir siete puertas en el desierto, y que para poder abrirlas había que conocer los nombres de siete diablos de la tribu de los shaitans.

– ¿Las mismas siete puertas de las que te habló la amiga de tu abuela? -exclamó Sabine.

– Puede que tengan relación. Antiguamente los árabes conocían al Adriático como Giun Al-Banadiquin, el Golfo de los Venecianos. A Venecia se la conocía por el nombre de Al Bunduqiyyah, o también como la Ciudad de las Siete Puertas. Tal vez sea Venecia la ciudad a la que se refiere cuando se habla del Laberinto de Agua, de las siete puertas, de los siete guardianes, y tal vez esté en Venecia la clave para encontrar el secreto guardado al que se refiere el evangelio de Judas. ¿Podría tratarse el libro de Alógenes de un apéndice del evangelio de Judas?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Laberinto de Agua»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Laberinto de Agua» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Laberinto de Agua»

Обсуждение, отзывы о книге «El Laberinto de Agua» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x