Eric Frattini - El Laberinto de Agua
Здесь есть возможность читать онлайн «Eric Frattini - El Laberinto de Agua» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:El Laberinto de Agua
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
El Laberinto de Agua: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Laberinto de Agua»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
El Laberinto de Agua — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Laberinto de Agua», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– No utilices tu sarcasmo conmigo. Estoy de acuerdo en que tal vez no fue lo mejor haberte abandonado aquella noche, pero también debes concederme que no fue fácil tener que renunciar a mi posición como hombre de Dios y convertirme en un hombre a tu lado.
– Eso suena muy bien, pero… ¿y yo qué? ¿Acaso te has parado a pensar en lo que pasé aquella noche cuando saliste a hurtadillas, como un ladrón, de la habitación? Me sentí como si hubiera hecho algo malo. Como si yo fuera la culpable y tú la víctima. Está claro, Max, que o decides quedarte con Dios o conmigo. Es muy difícil que puedas compaginar las dos cosas.
Max permaneció en silencio dando la espalda a Afdera, y se dispuso a entrar en la iglesia en donde, supuestamente, había estado enterrado Jesucristo… Afdera comenzó a llorar mientras veía cómo Max se perdía entre un grupo de turistas mexicanos que intentaba acceder al templo. Su cabeza no paraba de pensar mientras sorteaba a vendedores de dulces y creyentes que se dirigían a la explanada de las mezquitas y enfilaba por las estrechas calles del viejo Jerusalén en dirección a la puerta de Damasco. Esa noche su teléfono no sonó, a pesar de desear fervientemente recibir una llamada de él.
Un poco antes del amanecer, Ylan y Max llegaron en un coche conducido por su chófer a la puerta del American Colony. Colaiani se había provisto de una bolsa de bollos y un termo de café caliente para el viaje. Casi doscientos kilómetros los separaban del observatorio astronómico en la cumbre del Monte Hermón.
Durante todo el viaje, Max y Afdera no se dirigieron la palabra. Sólo podía oírse la voz del director de la AAI explicando a Colaiani las excavaciones que estaban llevando a cabo en las zonas por las que pasaban.
El Monte Hermón era una de las montañas más altas del Oriente Medio y, por tanto, de alto valor estratégico para cualquier país de la región. Con sus 2.814 metros de altura, constituía actualmente la frontera entre tres países claramente beligerantes: Israel, Siria y Líbano. Sus laderas meridionales y occidentales se encontraban bajo control de Israel, como resultado de su victoria en la Guerra de los Seis Días. Un dicho israelí decía: «Quién tenga en su poder el Monte Hermón, podrá escupir en la cabeza de su vecino si quiere», y puede que tuviesen razón.
Pasado el mediodía el vehículo comenzó a ascender por la ladera occidental de los Altos del Golán, en dirección al observatorio. Casi una hora después y tras subir por una carretera endiablada, el coche se detuvo ante unas grandes escaleras de piedra, situadas justo bajo el observatorio.
– ¡Qué frío hace aquí, maldita sea! -se quejó Colaiani al bajar del vehículo.
– Es porque estamos a casi tres mil metros de altura -explicó Yigal Mizrahi, director del observatorio astronómico del Monte Hermón mientras descendía por las escaleras para reunirse con los recién llegados.
– ¿Cómo estás, querido amigo? -dijo Ylan, dando un abrazo a Mizrahi-. Te presento a Afdera Brooks, al padre Maximilian Kronauer y al profesor Leonardo Colaiani, de la Universidad de Florencia
– Mucho gusto. Pasen dentro, hace menos frío.
El observatorio astronómico del Monte Hermón se había situado entre los más famosos del mundo en el estudio del universo. El equipo del doctor Mizrahi había conseguido descubrir e identificar estrellas de diversas clases con sus planetas y satélites.
– Aunque mi especialidad es la astronomía de posición, conocida como astrometría, y la astrofísica, que no es otra cosa que la aplicación al estudio de los astros de las teorías y técnicas surgidas en la física desde el siglo XX, soy un gran aficionado a la historia de la astronomía, y por eso Ylan les ha obligado a venir hasta aquí. Me dijo que estaban ustedes buscando la posición de una tumba concreta situada en San Juan de Acre.
– Sí, así es. Descubrimos la ciudad donde estaba la tumba gracias a una estela funeraria árabe del siglo XIII. Al traducir la frase de la estela, aparecieron unas extrañas palabras: Donde yace el caballero del le ó n, el sagrado, all í donde se alza la estrella, all í en la ciudad a ú n santa, encontrar á s la palabra del verdadero, del elegido, el de la gran estirpe que no, tiene rey y que deber á guiar a las tribus de Israel. Conseguimos descifrar gran parte del significado de la frase, pero nos llamó la atención la parte que hace referencia a all í donde se alza la estrella y creemos que puede estar relacionada con la ubicación de la tumba en Acre -explicó Afdera.
– En el siglo XIII, en Oriente Próximo, eran relativamente comunes los relojes de sol con unas curvas dibujadas en el cuadrante para los rezos diarios -explicó Mizrahi mientras se dedicaba a meter datos y cifras en un ordenador-. Éstos marcaban los cuatro puntos cardinales. El cuadrante era horizontal, así que sobre ellos era fácil seguir un ángulo hasta una distancia determinada. Para que ustedes me entiendan, todos ellos mostraban siempre la dirección a la Kaaba, en La Meca, lo que hacía que los musulmanes se tomasen la exactitud de la posición muy en serio, casi como una tarea sagrada. El mihrab de las mezquitas está siempre orientado a La Meca.
– Entiendo que eso sólo podría marcarse si en San Juan de Acre existiese una mezquita del siglo XIII -dijo Max.
– Déjeme explicárselo, padre. Durante la construcción, por ejemplo, de las mezquitas de San Juan de Acre, sería el eje norte-sur y sus constructores lo marcarían. También es posible seguir la dirección del muro de la qibla en las mezquitas. Si se colocan dos clavos en el muro, se puede señalar un punto dependiendo de la visibilidad -indicó Mizrahi, mostrando a sus visitantes mapas del siglo XIII del Mediterráneo Oriental.
– Acérquense al ordenador. Se lo enseñaré -invitó el astrónomo-. Si alguien hubiese calculado la distancia exacta entre nuestro lugar, aquí en el Monte Hermón y, por ejemplo, Alejandría, y tuviera un mapa moderno, podría precisar el lugar exacto con un ángulo. La forma aproximada para señalar sería identificar un punto de la costa sabiendo, primero, el punto que está al oeste, al amanecer, y segundo, la distancia desde la costa hasta la tumba. Teóricamente, alguien muy inteligente, como los árabes de Al-Mamun, generó mapas muy exactos. Eratóstenes acertó incluso al calcular el grado terrestre y algunos astrolabios daban una buena exactitud.
– ¿Quién era Eratóstenes? -preguntó Max.
– Un sabio que nació en Libia, en el siglo III a.C., y al que se le atribuye la invención de la esfera armilar, que aún se empleaba en el siglo XVII. Aunque debió de utilizar este instrumento para diversas observaciones astronómicas, sólo queda constancia de la que le condujo a la determinación de la oblicuidad de la eclíptica. Determinó el intervalo entre los trópicos, para que ustedes lo entiendan, y obtuvo un valor de 24 grados.
– Pues sigo sin entender absolutamente nada -reconoció Afdera.
– Es muy sencillo. Los árabes no marcaban sus coordenadas de situación como lo hacemos hoy, a través de puntos terrestres, sino a través de puntos estelares. Cuando ayer me llamó Ylan y me habló de la frase donde yace el caballero del le ó n, el sagrado, all í donde se alza la estrella, all í en la ciudad a ú n santa, la estrella se refiere a la constelación de Bootes o del Pastor. Primero, metí en el ordenador del observatorio los datos y las fechas aproximadas en las que se supone que fue enterrado su caballero. Jugué con ventaja, porque Ylan me dijo que tenían ustedes localizada la ciudad en donde se encuentra la tumba: Acre. En cuestión de minutos comenzaron a aparecer posiciones de estrellas y, a partir de ahí, se puede establecer la posible ubicación de la tumba, siempre y cuando nadie nos haya jugado una mala pasada.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «El Laberinto de Agua»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Laberinto de Agua» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «El Laberinto de Agua» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.