Soledad Puértolas - Queda la noche

Здесь есть возможность читать онлайн «Soledad Puértolas - Queda la noche» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Queda la noche: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Queda la noche»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta novela ha obtenido el Premio Planeta 1989.
Unas fotos sacadas alrededor de una piscina de un hotel de Delhi, los viajes con gente desconocida, los amigos de toda la vida, los aficionados a la ópera, los teléfonos que no funcionan, el calor en medio de la noche, la necesidad de beber whisky, las aventuras con hombres casados, el afecto de los padres, los hijos desvalidos, las damas filantrópicas, las mujeres recluidas, las responsabilidades familiares, el deseo de tirarlo todo por la borda… Con estos elementos y algunos más se va configurando la trama que envuelve a Aurora, una mujer de treinta años que poco a poco empieza a pensar que su vida está siendo organizada desde fuera. Demasiadas coincidencias y repeticiones. Una cadena de casualidades empieza a dar vueltas. El azar se impone. Las interpretaciones se suceden y aún podrían seguir dando más vueltas, infinitas vueltas. El juego ha sido decidido en otra parte, y cuando termina los jugadores no desaparecen de escena, no se cierra el telón. La protagonista sabe que volvería a jugar y a seguir esperando porque siempre queda un resto de todo, de los errores, de los fracasos, de los falsos o verdaderos amores. Queda el refugio, el retiro, la brecha, el ofrecimiento de la noche.

Queda la noche — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Queda la noche», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Honolulú, leí de nuevo en el remite. Ese nombre, de por sí un poco cómico -las ciudades relacionadas con la señora Holdein eran así: Katmandú, Honolulú, como si las escogiera conscientemente, tal vez con el propósito de hacerse perdonar la difícil, casi desagradable sonoridad de su nombre- era lo único que restaba algo de dramatismo a su carta.

Entre todas las declaraciones que acababa de leer, había una que me intrigaba especialmente: la que se refería a mi brazalete. Quedaba ya establecido que el regalo había sido suyo, pero ¿de qué manera se había vuelto contra ella?, ¿con qué objeto James me lo había pedido y qué uso había hecho de él? Cogí la carta proveniente de Londres con la sospecha de encontrar las respuestas a esas preguntas, como de hecho, al menos, en parte, fue.

La carta, como había supuesto, era de James Wastley. En su correcto inglés, había escrito:

Querida Aurora: antes de nada, quiero agradecerte tu colaboración y disculparme porque no puedo cumplir mi promesa de devolverte el brazalete que te regaló la señora Holdein, ya que es completamente seguro que fue ella quien te lo regaló y no, como te dijo, Ishwar. A decir verdad, cuando te lo pedí, no estaba seguro de que pudiera recuperarlo, pero tampoco preveía que tal cosa sería imposible. Ahora que todo ha terminado, no puedo por menos que darte una explicación y excusarme por el margen de engaño que hubo en nuestro encuentro. Sospechábamos que la señora Holdein te había dado algo y lo queríamos porque podía suponer una prueba de sus veleidades -vamos a llamarlas así-, una prueba en sí misma insuficiente, pero que unida a otras serviría para desacreditar a Gudrun Holdein a los ojos de la propia KGB, que era el objetivo que teníamos que alcanzar. Queríamos que cayera en desgracia dentro de su mismo aparato. Ése es el método más eficaz. Parece, aunque no lo hayamos podido confirmar, que además el brazalete había sido robado de una colección de joyas antiguas a la que la señora Holdein tenía acceso. El caso es que la jugada -"nuestra" jugada, la del servicio secreto- ha funcionado. La señora Holdein se enamoró de ti en Delhi, lo comprendí enseguida. Tu aventura con Ishwar no me pudo ocultar lo que estaba sucediendo. Y desde Delhi supe que tú podrías aportar una prueba para su descrédito y caída.

Por si te sientes culpable de haber contribuido a la caída de la señora Holdein, cosa que comprendería perfectamente, porque desde el punto de vista personal ella no te ha hecho ningún daño y es inútil que te pida que adoptes nuestro punto de vista, te diré que el plan hubiera funcionado de todos modos, con o sin ayuda de tu pulsera. Gudrun Holdein estaba ya acorralada. Sólo era cuestión de tiempo.

Ya no es probable que vuelvas a tener noticias suyas. La KGB es bastante estricta con las veleidades -de nuevo acudo a esta palabra vaga y amplia- de sus agentes y en realidad, y eso es lo grave, no se ha podido demostrar para qué vino la señora Holdein a España. Si algo no tolera el aparato es que se hagan costosos desplazamientos que, bajo la excusa de una misión especial, se revelan luego totalmente ajenos a sus intereses. Corrupción, tal vez robo, y desviación sexual, ¿qué más quieres?

Sin embargo, no hay que cargar las tintas y en algunos asuntos hay que decir la verdad. Hemos investigado la muerte de Ángela y creo que estoy en condiciones de asegurar que la señora Holdein no tuvo nada que ver con ella. Vio a Ángela, desde luego, y tal vez hasta le propuso, más o menos veladamente, que colaborara con la KGB. Estoy casi seguro de que lo intentó, aunque no conocemos la respuesta de Ángela. Lo que sí sabemos es que Ángela sufría desvanecimientos y ataques de pánico. Estaba trabajando una tarde por semana en casa de una señora que le había pedido asesoramiento fiscal. Se desmayó en la casa, a media tarde, y cuando la señora la acompañaba a su casa en un taxi, sin que pueda explicarse porqué, Ángela abrió la puerta del taxi y se tiró a la calle. Murió inmediatamente, arrollada por un coche, eso ya lo sabes. No se supo nada de esa señora hasta que ella misma se presentó a la policía y parece que se ha verificado su versión. Una rara historia, en todo caso, pero cierta.

Pero esto no es todo, desde luego. Sigue quedando lo principal. Cuando tus ojos se cruzaron con los míos en el viejo restaurante de Delhi, decidí utilizarte y seducirte, las dos cosas a la vez. Sabía que habíamos concertado un encuentro, y sabía que tú también lo sabías. En eso, ninguno de los dos fuimos inocentes. Admítelo. De eso no me arrepiento. Dejemos a Ishwar e incluso a la señora Holdein fuera de este juego. Son en eso más inocentes que nosotros.

Pero el juego se ha terminado. Tuvo un par de buenos momentos. Si te escribo esta carta es porque no se han perdido. Yo siempre los guardaré.Y prefiero que sepas cómo han sido las cosas. Hasta siempre.

James

El juego se había terminado, desde luego. Para James, para la señora Holdein y para mí. Tuve la tentación de sentirme ofendida, por haber sido utilizada contra la señora Holdein sin contar con mi completa aquiescencia. Habían sido crueles con ella. Tuve la tentación de sentirme culpable. Pero tampoco la señora Holdein había jugado limpiamente conmigo. ¿Quién juega limpiamente? Y era lo suficientemente orgullosa como para no creer que James me había llevado a la cama -al lecho, hubiera dicho Alberto Villaró- sólo para poder pedirme después, con más confianza, el brazalete. ¿Qué habría dicho -y pensado- la señora Holdein a la vista del brazalete? En su carta, no me hacía ningún reproche. Era tarde para hacer reproches y todos debíamos de saber bien que por lo demás los reproches son completamente inútiles. Yo había sabido desde el mismo momento en que vi a James aparecer por la puerta del bar del hotel de Delhi que James era una persona acostumbrada a jugar con ventaja, pero había querido jugar. Pobre señora Holdein: ésa era la única y real conclusión.

Todo lo que me había sucedido era resultado, a fin de cuentas, de mi predisposición innata para el enredo, en el que caía, una y otra vez, por curiosidad, por deseo de gustar y conquistar, por huir del aburrimiento o del vacío, o simplemente por huir. De todas las personas que habíamos pasado unos días en Delhi, comiendo, bebiendo o acostándonos con posibles espías, únicamente yo les había hecho pensar que podían utilizarme o conquistarme, debido, seguramente, a un fallo ostensible de mi carácter: demasiada disponibilidad.

Me serví más whisky. Eran las seis de la tarde y no tenía nada que hacer excepto seguir bebiendo y decirme que tal vez debería andarme con más cuidado y apartarme de todas las personas sospechosas que me miraban fijamente, con insistencia, Dios sabe con qué intenciones.

14

Empezaba a oscurecer. Abrí, al fin, todas las ventanas, y me asomé a la terraza para mirar hacia abajo y hacia la casa de enfrente. Desde otras ventanas, desde otras terrazas, otras personas observaban la vida que transcurría al fondo de la calle y me observaban a mí. Nuestra terraza era de las pocas que había permanecido intacta en nuestro bloque de pisos. Casi todas habían sido acristaladas; habían servido para ampliar un cuarto de estar algo pequeño. Había polémica entre mis padres y cada cierto tiempo discutían por eso, pero mi madre se negaba a esa ampliación porque, sobre todo, le molestaban las obras, las complicaciones. Alegaba que en verano salía al balcón a disfrutar de la corriente de aire nocturna, pero jamás la habíamos visto sentada sobre el descolorido sillón de mimbre que sacaba a la terraza a mediados de mayo. ¿Qué hubiera podido observar mi madre, a quien con una mirada fugaz le bastaba para creer que había penetrado en el espíritu profundo de las personas? Mi padre, harto de discutir, irritado una vez más, porque había planeado arreglarse allí un rincón especial para él, se daba por vencido y se refugiaba tras una rígida máscara de mal humor, y allí permanecía durante un par de días. Sin embargo, era posible que la terraza se acristalara alguna vez, porque siempre gana quien más insiste, quien se ha marcado una meta y, en realidad, la oposición de mi madre era cada vez menos firme.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Queda la noche»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Queda la noche» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Queda la noche»

Обсуждение, отзывы о книге «Queda la noche» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x