Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre

Здесь есть возможность читать онлайн «Jaime Bayly - El Huracán Lleva Tu Nombre» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Huracán Lleva Tu Nombre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Huracán Lleva Tu Nombre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Gabriel ama a Sofía pero también le gustan los hombres. Gabriel tiene mucho éxito en televisión, pero lo que ansía de verdad es huir del Perú y dedicarse sólo a a escribir, lejos de la ambigüedad y de la hipocresía que lo envuelven y lo limitan. El huracán lleva tu nombre es una singular historia de amor, dolorosa y gozosa a la vez, con una heroína, Sofía, que fascina por su capacidad de amar, y con un original antihéroe, el narrador, Gabriel, que expone al lector su conflicto a través de una sinceridad a veces hilarante y a veces conmovedora. Una novela que no va a dejar a nadie indiferente.

El Huracán Lleva Tu Nombre — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Huracán Lleva Tu Nombre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Mi padre no es una mala persona, aunque sería exagerado decir que la sensibilidad es una de sus virtudes. No hace mucho le pedí que no llamase más, que dejase de molestarme, pero ahora está de vuelta, formal y caballeroso, diciéndome: Bueno, hijo, te deseo lo mejor en tu vida matrimonial, espero que llegues a cumplir tus bodas de oro como vamos a cumplir tu mamá y yo en pocos años, acá te paso con ella, que te quiere saludar. Yo trato de decirle: no, papá, mejor no, pero no me da tiempo: ¡Felicitaciones, mi Gabrielito! ¿Cómo te sientes ya casado y bien casado además?, exclama mi madre, con una voz muy aguda. Bien, gracias, digo, mirando a Sofía, que comprende mi incomodidad, y a Bárbara, que se hace la distraída, aunque estoy seguro de que es ella quien ha tramado esta llamada. ¿Cómo que bien? ¡Tienes que sentirte no bien, sino excelente, mi amor! -me reprocha cariñosamente mi madre-. ¡Te has casado con la mujer ideal para ti, mi hijito! ¡Has tomado la mejor decisión de tu vida! Yo acá estoy rezando mucho, mucho por ti, pidiéndole al santo Escrivá que te ilumine para que seas un hombre muy recto. Sí, claro, digo, fatigado de la cháchara religiosa de mamá. Ahora sólo te falta casarte ante los ojos de Dios, mi amor -me recuerda-. Te falta el paso más importante. Tienes que santificar tu matrimonio. Si quieres, te voy buscando parroquia acá en Lima, yo tengo muchos padres amigos de la Obra, y ¡quién no estaría gustoso de casarte!

Que me la mamen en fila india y con rodilleras los padres de la Obra, pienso. Son todos una manga de mañosos, depravados, tocaniños, pajeros con halitosis y locas ensotanadas. No te preocupes, mamá, de momento no hay boda religiosa, así que tómalo con calma, le digo. Bueno, no te demores mucho, mi amor, que si no te casas a los ojos de Dios, tu matrimonio va a ser un completo fracaso, te lo digo yo con la experiencia que tengo y la sabiduría que me da el ejercicio de la fe y la piedad. Y las huevas del gallo, pienso, y me despido: Bueno, mamá, saludos a todos, te dejo porque tengo que sentarme a la mesa, ya vamos a comer. ¡Pero pásame a mi nuera, a mi hija política, que es como mi hija!, reclama ella, y yo, encantado de escapar de sus monsergas, sí, claro, chau, y le paso el teléfono a Sofía, que la saluda con cariño. Bueno, a sentarse, anuncia Bárbara.

Todos nos sentamos alrededor de la mesa, que está impecable, con un mantel blanco, cubiertos de plata, las mejores copas de cristal y una vajilla muy fina. Fiel a su estilo, Peter se sienta en una cabecera y me invita a sentarme en la otra. Para mi desgracia, Bárbara se acomoda a mi lado. Sofía termina de hablar por teléfono con mi madre, viene a la mesa y brindamos. Por la felicidad de los novios, dice Peter. Por la novia, que está lindísima, más linda que nunca, dice la tía Hillary. Salud por el hijo de Sofía, dice Bárbara, haciendo un esfuerzo por ser diplomática, pero se le nota un rictus de amargura, una sombra que tensa su rostro. Por el hijo de Sofía y Gabriel, la corrige Isabel, y todos decimos salud, y yo miro a Isabel y le guiño el ojo. Bueno, que hable Gabriel, dice Peter, y me mira con gesto adusto de científico. Isabel se entusiasma y Sofía también, y yo, todo un caballero o fingiendo serlo, me pongo de pie, arrepentido de no haber bebido unas copas de vino que me aflojasen la lengua, y me dispongo a hablar, no sé de qué, de algo falso, desde luego, porque toda esta celebración es un ejercicio sofisticado de esa hipocresía tan nuestra.

De pronto suena el timbre en un momento que no podía ser más oportuno para mí. Corre Isabel a la puerta y anuncia que es Francisco, su hermano, que llega agitado, mofletudo y barrigón, embutido en unos pantalones que le quedan chicos e hiperventilado como siempre. Todos lo saludan con grandes muestras de afecto, que en mi caso son menos grandes, pues me parece un presumido y un tontorrón, sólo nos damos la mano y él palmotea mi espalda con una virulencia excesiva, y yo pienso suave, Pancho, que vas a romperme las costillas, no tienes que demostrarme que eres tan machito. Con sus anteojos intelectuales, su camisa adquirida a precio de liquidación y el voraz apetito que ya le conocemos, sobre todo cuando no es él quien paga la comida, Francisco se remanga la camisa, remoja su lengua con el vino que Sofía le alcanza servicial, demasiado servicial para mi gusto, y se lanza a contarnos las últimas hazañas de su vida académica, porque este chico es un genio, dice su madre, Bárbara, casi babeando de orgullo. Yo sonrío encantado de ahorrarme el discurso, o eso pensaba, porque ahora, para mi consternación, y una vez que Francisco nos da un respiro y calla, Peter, siempre tan apegado a las formalidades, me recuerda que es mi deber de novio decir unas palabras de pie. Ay, Peter, qué pesado eres, no molestes a Gabriel, te voy a cortar la suscripción de National Geographic, le dice Isabel en tono risueño, pero Bárbara, seguro que para molestarme, insiste en que debo hablar, y la tía Hillary se entusiasma y celebra la idea, mientras Francisco me mira con esa cara tan antipática que, por mucho que estudie en una universidad de prestigio, no va a cambiarle aunque saque tres maestrías y cuatro doctorados.

Me pongo de pie y oigo que Bárbara dice con ironía ponzoñosa a ver, Hamlet, qué vas a decir, y entonces me hago el tonto, no me doy por enterado y digo:

Estoy muy contento y les agradezco a todos por este momento tan feliz para mí. Nunca pensé que me casaría. Por momentos, me parece irreal todo esto. Pero es un privilegio estar casado con una mujer tan inteligente, tan buena y tan linda como Sofía. Gracias, Sofía, por quererme a pesar de todo. Sé que no lo merezco, que tú mereces algo mucho mejor, y no me atrevo a hacerte promesas, porque no soy bueno para cumplirlas. Pero gracias por casarte conmigo. Lo tomo como un honor, como una distinción. y sobre todo te agradezco por querer ser la madre de nuestro hijo, a pesar de lo complicado que se ve el futuro. Eres una gran mujer y vas a ser una gran mamá, y siempre te voy a querer por eso y porque me has regalado este anillo tan bonito que no pienso devolverte. Muchas gracias.

Todos aplauden y se ríen, Sofía, Isabel y la tía Hillary con especial cariño, Bárbara y Francisco con el desgano previsible, y Peter de esa manera fría y distante con la que suele expresar sus sentimientos. Cuando se hace un silencio, Isabel me advierte: No sales de esta casa si no me devuelves el anillo, hijito. Todos reímos. Pido permiso para ir al baño, pero Peter me contiene: Que hable Sofía. En seguida ella enrojece porque no le gusta hablar ante un grupo de personas aunque sean de su propia familia. Resignada, encuentra valor en un trago más de vino y dice simplemente: Éste es el día más feliz de mi vida. Gracias. Luego se sienta, la aplaudimos, me pongo de pie, paso a su lado, la beso y voy al baño.

Exhausto, me encierro en el baño de Isabel, me miro al espejo y veo la tristeza escondida en mis ojos. Debería emborracharme. Doy una meada rápida y al salir me encuentro con Isabel. ¿Estás cómodo, lo estás pasando bien?, me pregunta, acercándose, tomándome del brazo. Huele tan rico, es tan linda, los suyos son unos labios tan turbadores, que hago un esfuerzo para guardar la compostura y no irme sobre ella. Estoy feliz porque estás tú, le digo. Ella ha tomado unas copas y sonríe. Qué bueno, quiero que la pases bien esta noche ¿ya?, me dice. Imposible, le digo, coqueto. ¿Porqué?, pregunta, siguiéndome el juego, casi rozándome en la puerta del baño. Porque tendría que pasarla contigo, digo, muy serio. Picarón, picarón, cuñadito picarón, me dice, haciéndome cosquillas en la barriga. En serio, Isabel -le digo-. Todo esto es un error. Sofía debería haberse casado con Fabrizio y yo contigo. Isabel suelta una carcajada demasiado ruidosa y luego se cubre la boca con una mano, como arrepintiéndose, no vaya a oír Sofía lo bien que la estamos pasando a escondidas. No digas huevadas, estás borracho, dice. No, no he tomado nada, digo. Bueno, voy a hacer pila, me dice, empujándome levemente. ¿Puedo entrar contigo?, le digo. Ella me mira, como dudando, y dice: No seas loco, si llega Sofía y nos encuentra encerrados en el baño, la cagada.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Huracán Lleva Tu Nombre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre»

Обсуждение, отзывы о книге «El Huracán Lleva Tu Nombre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x