Por otra parte, si nos centramos en el origen de esta disciplinacomo entrenamiento —no en lo físico, sino, en relación a lo mental—, resulta necesario hablar de las fuentes en las que se basan sus fundamentos y que le confieren un sentido como tal, desde la Grecia Clásica hasta la psicología fundamentada en las corrientes filosóficas y humanistas del siglo XX.
En base a ello, de entre las principales fuentes clásicas del coaching, podemos destacar:
Sin lugar a dudas, Sócrates fue uno de los más importantes pensadores de la filosofía occidental y universal, sirviendo de inspiración y ejerciendo una gran influencia en sus discípulos, entre ellos, Platón. Es el creador del método socrático, técnica muy utilizada en la Antigua Grecia, especialmente famosa por la célebre frase “solo sé que no sé nada”. Cuando Sócrates la ponía en práctica, actuaba preguntando a sus discípulos o interlocutores. Empezaba por alabar los conocimientos del otro, seguido de preguntas reiteradas — acompañadas de una buena dosis de ironía— con las que conseguía que el propio interlocutor fuera consciente de su propia ignorancia, hecho que resultaba el primer paso para aprender. Después de estas preguntas, aplicaba la mayéutica, la cual consistía en un diálogo por el que el interlocutor interpelado descubría las verdades por sí mismo. En otras palabras, la mayéutica se basa en el arte de la pregunta y a través de ella se estimula a los demás a encontrar sus propias soluciones. De este modo, al igual que el coaching, el método socrático establece que todo el mundo dispone de las herramientas internas necesarias para alcanzar sus objetivos y simplemente necesita un guía para aprender a utilizarlas con eficiencia. El arte de la pregunta constituye la respuesta y está encaminado a elevar el nivel de consciencia del cliente (también llamado coachee3), llevándole a descubrir las acciones que le facilitarán conseguir el reto planteado.
Platón va en la línea del método socrático; sin embargo, lo lleva un paso más allá, afirmando que el autoconocimiento4 transforma hasta alcanzar el metaconocimiento5. Es decir, reflexionar y adquirir conciencia del yo y de sus cualidades, permite conocerse mejor a uno mismo: qué y cómo se piensa, de qué manera se actúa y cuáles son las capacidades intrínsecas. Esto mismo ocurre en un proceso de coaching, al producirse una transformación a través del propio autoconocimiento.
Por su parte, Aristóteles, contribuye a realizar una de las principales aportaciones al coaching en lo relativo a la filosofía ontológica, esto es el estudio del “ser”. Aristóteles escribió: “una cosa es lo que somos”, lo que él llamaba el “ser” o “primera naturaleza”; “y otra lo que podemos llegar a ser”, considerado como el “yo ideal” o “el deber ser”. En un proceso de coaching, el coach conduce al cliente para que llegue a ser lo que debe ser, a su “yo ideal”; incorporando nuevos hábitos que le acerquen a su objetivo o reto.
Obviamente, el coaching no solo bebe de los antiguos clásicos, sino que son múltiples los enfoques y las disciplinas que sirven de referencia y que han sido fuente de inspiración, hasta configurar y definir esta disciplina tal y como hoy en día la conocemos. A continuación, destacaremos algunas de estas influencias modernas, de manera resumida y concisa, pues no queremos marear al lector con demasiados términos científicos; porque, en definitiva, no resulta determinante a la hora de aprender lo que es el coaching. De todas maneras, aunque no es necesario conocerlas en profundidad, sí consideramos interesante realizar una pequeña aproximación para, al menos, tener unas mínimas nociones al respecto.
Entre las principales fuentes modernas del coaching, se encuentran:
Psicología humanista del s. X
El enfoque humanista de la psicología del siglo XX es uno de las principales impulsores del coaching, en relación a la manera de alcanzar los objetivos; entre ellos, Carlg Ramsom Roberts y Abraham Maslow6 con su psicología transpersonal, en la cual afirma que el foco está en la voluntad y la intencionalidad.
Psicología breve, conductista y Gestalt
También, es importante el papel de la psicología breve de Steve de Shazer —creador de la terapia breve centrada en soluciones— y la psicología conductista de Ivan Petrovich Pavlov7 y Albert Ellis. La primera de ellas afirma que el foco debe ponerse en los éxitos, mientras que la segunda, se centra en el propio objetivo. Por su parte, la psicología de la Gestalt, con Fritz Perls a la cabeza, defiende que el foco está en el “aquí y ahora” y la responsabilidad sobre la toma de decisiones.
Los estudios realizados en cuanto al vínculo entre pensamiento y lenguaje, resultan una pieza clave para comprender en profundidad el coaching. El lingüista Rafael Echevarría se decanta por el poder del lenguaje como constructor de la realidad; sin embargo, resultan especialmente importantes las investigaciones realizadas por Richard Bandler y John Grinder referentes a la programación neurolingüística (PNL) 8, de la cual hablaremos en profundidad en capítulos posteriores.
Otra de las bases del coaching la encontramos en la psicología positiva de Seligman y Csikszentmihalyi y, especialmente, como veremos más adelante, en las investigaciones sobre inteligencia emocional9 de Daniel Goleman, encaminadas a construir y potenciar las experiencias y las emociones positivas.
Por último, la psicología del deporte también se encuentra muy presente no solo en el coaching de este ámbito, sino en todo su espectro de aplicación, gracias a Timothy Gallwey y a John Withmore, dos de los padres del coaching moderno. Ambos sitúan el foco de acción en el interior de cada uno, afirmando que cuando se asume la responsabilidad de los pensamientos y de las propias acciones, el compromiso aumenta y, en consecuencia, el desempeño10.
Recapitulando, somos conscientes de que este primer apartado puede hacerse un poco difícil de digerir como aproximación al coaching, de ahí que hayamos procurado resumirlo todo lo posible, proporcionando unas breves pinceladas sobre los orígenes e influencias del mismo. A excepción de la inteligencia emocional y la PNL, la explicación y el estudio de estas disciplinas no son objeto de este libro, pues, como se ha dicho, no es imprescindible para conocer qué es el coaching y aprender a aplicarlo.
1.2. Concepto de coaching: definición, tipos y características
Existen diferentes asociaciones que se encargan de regular, de manera estrictamente profesional, las actividades de coaching. En España, dos de las más importantes son la European Association of Professional Coaching (EAPC) y la Asociación Española de Coaching (ASESCO), esta última pionera al haber sido fundada en el año 2000. A nivel mundial, es la International Coach Federation (ICF) la que cuenta con más prestigio; siendo la mayor organización de coaches profesionales, con más de 36 mil repartidos entre 143 países. No obstante, no es necesario certificarse como coach ni estar asociado a ninguna de estas entidades para desempeñar actividades de coaching, pero sí contar con la formación adecuada.
Atendiendo al concepto de coaching, se podría definir de la siguiente manera:
“El coaching consiste en una relación profesional continuada que ayuda a obtener resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios de las personas. Mediante el proceso de coaching, el cliente profundiza en su conocimiento, aumenta su rendimiento y mejora su calidad de vida”.
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