“Para la teología conservadora la teología analítica no es más que apologética”. Sin embargo, la sospecha más bien es que la teología analítica esté demasiado vinculada a la tradición cristiana. Lo que se supone aquí es que la teología analítica no es más que el bastión de teólogos y filósofos católicos romanos (y ortodoxos) de mentalidad tradicional junto con sus amigos protestantes conservadores, y lo que preocupa es que no les interesa otra cosa que no sea encontrar un espacio seguro para defender lo que ellos ya conocen como verdad. En consecuencia, se mantiene la inquietud; a los teólogos revisionistas de diversas tendencias apenas les interesa realmente nada del asunto, y que poco se puede esperar en cuanto a una teología genuinamente constructiva.
Hay dos observaciones importantes que hacer al respecto. La primera, en principio, es que no hay nada de la teología analítica que reclame las simpatías de los tradicionales ni las conclusiones de los conservadores. Ni tampoco hay nada en la teología analítica (sea siguiendo los puntos P1-P5 de Rea o de manera algo más amplia) que impida el uso de recursos analíticos por parte de teologías feministas, de igualdad de la mujer o liberacionistas, por ejemplo.
Segundo, en realidad, muchas de las críticas a las doctrinas tradicionales han surgido de la teología analítica. Por ejemplo: es difícil encontrar una doctrina que sea más tradicional o que forme más parte del tejido de la teología cristiana histórica que la doctrina de la simplicidad divina. Sin embargo, esta venerable doctrina ha sufrido intensas críticas de los teólogos analíticos durante los últimos decenios. La obra de Alvin Plantinga, Does God Have a Nature? (¿Tiene Dios una naturaleza?) planteó “dos dificultades” a la doctrina, “una sustancial y otra realmente monumental”. 49Argumenta que, si Dios es idéntico a cada uno de sus atributos, entonces Dios solo tiene un atributo. Pero esto “parece totalmente incompatible con el hecho obvio de que Dios posee varios atributos”. 50Además, sigue argumentando que, si Dios es idéntico a cada uno de sus atributos, entonces Dios también es un atributo. “Este punto de vista está sujeto a una dificultad obvia y a la vez abrumadora [...] porque si Dios es un atributo, entonces no es una persona, sino algo meramente abstracto”. 51Muchos teólogos analíticos han sumado sus críticas a las de Plantinga, y es obvio que esta doctrina, tan intensamente integrada en el entramado de la doctrina cristiana tradicional, está siendo combatida por la teología analítica. Podríamos añadir muchos más ejemplos (caso sobresaliente es el de la doctrina tradicional de la omnisciencia divina). Hay, por supuesto, muchos defensores destacados de la ortodoxia clásica dentro de la teología analítica, pero lo que debe quedar claro es que reducir la teología analítica a una apologética de la doctrina tradicional es simplemente erróneo.
Como quedará claro en las siguientes páginas, creo que hay mucho que ganar con la labor de la “teología de recuperación” y la veo como interlocutor natural y compatriota de la teología analítica. Me gustaría fomentar que se trabaje más en la intersección de la teología analítica y las teologías de recuperación, pero no hay nada en la teología analítica como tal que le exija adherirse a la teología cristiana clásica.
“La teología analítica se basa en la «metafísica de la sustancia»”. Muchas veces, los teólogos desconfían de la teología analítica por su supuesta dependencia de la metafísica de la sustancia. Esta reclamación puede tomar varias formas. A veces se dice que todo el programa analítico es “pre-kantiano” (como en la crítica que Kenneth Surin hace de la obra de David Brown diciendo que está “muy pasada de moda” y que es “pre-kantiana”). 52Es decir, los críticos se quejan de que la teología analítica avanza ignorando alegre, y quizás voluntariamente, el “hecho” de que Kant socavó todo el programa destruyendo la posibilidad misma de llevarlo a cabo. Hay dos afirmaciones importantes que parecen conjugarse con esta crítica: la primera, que Kant hizo algo que hace imposible la teología analítica; y la segunda, que los teólogos analíticos desconocen lo que hizo Kant. Pero las dos afirmaciones plantean problemas. La segunda es simplemente equivocada, y muchos son los que contradicen con fuerza la primera. Como apunta Nicholas Wolterstorff, es mucho más probable que la generación actual de teólogos analíticos sea más “post-kantiana” que “pre-kantiana”. Como él dice, “en realidad uno puede ser post-kantiano. Podemos recuperarnos de Kant. Las posibilidades no se agotan siendo pre-kantiano de modo simplista, por un lado, o siendo un kantiano de uno u otro tipo, por el otro”. 53Hay, argumenta Wolterstorff, filósofos que son plenamente conscientes del “universalismo interpretativo kantiano a la vez que son plenamente conscientes del anti-realismo metafísico (kantiano); pero que después de analizarlo seriamente, han rechazado estas opciones por ser insostenibles”. 54Muchos teólogos analíticos conocen muy bien la obra de Kant (y las muchas cosas que se dicen sobre su obra), pero no creen que él haya hecho nada para derribar el tipo de trabajo que ellos están realizando. Como lo expresa Plantinga, “lo han leído, pero siguen sin estar convencidos”. 55
Pero, independientemente de Kant, la teología analítica es a veces criticada y rechazada por ser dependiente de la “metafísica de la sustancia”. Por desgracia, lo que los teólogos críticos tienen exactamente en su punto de mira cuando hablan de metafísica de la sustancia suele carecer de claridad y de definición precisa. Con frecuencia, la queja tiene mucho que ver con el rechazo de doctrinas relacionadas con el “teísmo clásico”; la inmutabilidad, la impasibilidad, la atemporalidad y otras doctrinas consideradas insostenibles y que, al estar ligadas a la metafísica de la sustancia, pues tanto peor para la metafísica de la sustancia. William P. Alston ha analizado hábilmente esta queja argumentando que la metafísica de la sustancia no tiene nada que ver. Lo que él dice sobre la metafísica de la sustancia en los debates acerca de la doctrina de la Trinidad tiene una aplicación más amplia: “cuando entendamos lo que incluye, y lo que no incluye necesariamente la metafísica de la sustancia, veremos que la mayoría de las objeciones del siglo XX a la utilización de la metafísica de la sustancia [...] se basan en características de sus formulaciones que la metafísica de la sustancia como tal no necesita”. 56Quizás sea intrínsecamente equivocado utilizar la metafísica de la sustancia en teología, y puede que eso perjudique a la teología analítica. Pero antes de poder emitir un juicio así hacen falta más que generalidades y aseveraciones demasiado gastadas. Porque antes de llegar a la conclusión de que la teología analítica está viciada de raíz debido a su dependencia de la metafísica de la sustancia, tenemos que saber exactamente qué se entiende por metafísica de la sustancia, y se nos debe mostrar dónde está el error en lo que respecta a la metafísica de la sustancia (ya sea filosófica o teológicamente) y estar seguros de que la teología analítica realmente está –o tiene que estar– comprometida con este tipo de metafísica. Sin un análisis cuidadoso y una argumentación rigurosa, es difícil ver algo aquí que pueda considerarse una objeción poderosa contra la teología analítica.
“La teología analítica no edifica espiritualmente”. William Wood dice que “muchos teólogos convencionales siguen sintiendo una profunda desconfianza de la teología analítica” preocupados porque la teología analítica no es espiritualmente edificante. Según ven las cosas estos teólogos, “la verdadera teología es, en primer lugar, práctica: no se trata de elaborar teorías explicativas acerca de Dios, sino de fomentar un mayor amor a Dios y al prójimo. La verdadera teología, en resumen, es praxis , profundamente entretejida con una vida cristiana de oración, de virtud y de participación en los sacramentos”. 57El problema básico es que, cuando los teólogos tradicionales consideran la teología analítica, no son capaces de reconocer en ella el tipo de teología práctica que ellos valoran. En vez de eso ven supuestas teorías explicativas - meras teorías supuestamente explicativas. Algunas veces estas explicaciones parecen estar bien lejos de una vida de fe. De hecho, ven fórmulas como estas (escogidas casi al azar entre muchas otras):
Читать дальше