Álvaro Pineda Botero - Memoria de la escritura

Здесь есть возможность читать онлайн «Álvaro Pineda Botero - Memoria de la escritura» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Memoria de la escritura: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Memoria de la escritura»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Es usual que las memorias se escriban en primera persona del singular y que se ciñan a la vida de quien las escribe y a lo sucedido. Este texto se acomoda parcialmente a tal género porque, además de recuerdos personales, contiene crónica histórica, novela de formación y artificio literario. Está escrito en segunda persona creando una tensión entre quien lleva la voz narrativa y quien vivió. La vida se vive en presente, en forma secuencial, cada instante una sola vez, siempre hacia delante y no se puede modificar lo ya vivido. Quien lleva la voz narrativa y es responsable de la escritura, por el contrario, siempre puede corregir y organizar secuencias buscando efectos estéticos o intereses particulares. Puede, además, callar, sobrepujar, seleccionar o complementar.
Por eso, más que el relato de una vida, ofrecemos aquí una reflexión sobre los procesos de escritura y sobre la profesión de escritor. En el trasfondo, como elemento imprescindible de la vida de las personas, esbozamos la realidad histórica colombiana de buena parte del siglo XX y algunos años del XXI. – Álvaro Pineda Botero

Memoria de la escritura — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Memoria de la escritura», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los nadaístas hablaban, mejor dicho, pontificaban sobre lo divino y lo humano, pero carecían de formación intelectual y actuaban por impulsos y emociones. Las armas para atacar al establecimiento fueron la burla, la ironía, la blasfemia, no la lógica ni los argumentos. Repetían los lugares comunes del existencialismo, pero habían leído poco sus textos filosóficos. Conocían las novelas de Sartre, Camus y otros, pero las comentaban fuera de contexto y en forma anecdótica. Algunos se decían comunistas y citaban a Marx, pero desconocían sus escritos. Hablaban de poesía y hasta componían poemas, pero en esa época ninguno escribió un verso de calidad; ni un cuento o ensayo, ni una novela. Los textos que publicaban (en hojas sueltas, en folletos y, un poco después, en El Tiempo que, dándoselas de liberal y moderno, les abrió espacios) eran mal redactados, sin gramática ni profundidad y hasta con errores de ortografía, pues pregonaban que así protestaban contra la academia. Se trató de una manifestación local, teatrera y carnavalesca, en un país acosado de oscurantismo religioso que no lograba encajar dentro de las corrientes culturales del momento. Las vanguardias transformaron la cultura europea desde finales del siglo XIX y se difundieron por muchos lugares de Latinoamérica desde comienzos del XX. Aparecieron los Muralistas en México, el Teatro del Absurdo en Europa y la cultura beatnik y los hippies en Estados Unidos. Ninguno de estos movimientos tuvo influencia masiva en Medellín antes de 1965, ninguno dejó una huella importante en la cultura local.

Estas afirmaciones parecen contradecir lo que decíamos al comienzo de esta historia y por eso importa precisar algunos datos. Afirmábamos que a partir de 1920 soplaron aires de modernidad, que le permitieron a la ciudad cierto desarrollo industrial, comercial y cultural. Bajo la influjo de las vanguardias (agriamente combatidas por Tomás Carrasquilla en su momento) aparecieron en Medellín grupos de intelectuales que buscaron modificar las estructuras: Abel Farina, León de Greiff y demás compañeros del grupo de los Panidas (algunos de los cuales se vieron obligados a emigrar a Bogotá); luego, José Restrepo Jaramillo (con sus novelas y cuentos de corte moderno), Fernando González (con sus aportes filosóficos y literarios) y Pedro Nel Gómez (quien trasformó la pintura). Pero estas (y otras) figuras fueron excepcionales y los aires de renovación apenas tocaron la superficie: siempre fueron combatidos por la Iglesia, nunca cobraron fuerza, no penetraron en el corazón de la cultura local. Quedaron definitivamente cancelados con el “Bogotazo” de 1948, que generó una ola de represión. Es sabido que el carnaval es y ha sido desde la antigüedad una válvula de escape en muchas sociedades. En Antioquia nunca ha existido carnaval verdadero y ni siquiera una cultura popular del teatro. Aquí, los únicos escapes han sido el tango lastimero, el alcohol y la prostitución (particularmente en los siglos XIX y XX). Como las fuerzas liberadoras del pueblo trataban de sobreaguar en ese mar de represión, surgieron la Feria de las Flores y el movimiento nadaísta. La Feria solo alcanzó alguna importancia al iniciarse el siglo XXI, como atracción turística. Y en cuanto al nadaísmo, en sus comienzos fue visto como una comparsa callejera que no perjudicaba a nadie. Se generó el repudio cuando se conocieron los excesos. Floreció en Medellín, Cali, Pereira y Manizales y no tuvo mayor repercusión en Barranquilla y Bogotá, precisamente porque en aquellas ciudades la represión clerical era más fuerte. El pueblo barranquillero, por el contrario, ha gozado siempre del carnaval y sus intelectuales bebieron en las vanguardias desde los primeros años del siglo. (Lo atestigua la Revista Voces , 1917-1920) En cuanto a Bogotá, tradicionalmente reprimida, ingresó a la modernidad en la década de 1950, cuando los desplazados por la violencia se refugiaron allí (con lo cual adquirió cierto aire multicultural) y cuando la aviación comercial pudo conectarla con algunas capitales extranjeras. Lo prueba, de igual forma, la Revista Mito , 1955-1962) cuyo último número, significativamente, estuvo dedicado al nadaísmo.

En conclusión, el nadaísmo no dejó mayor huella en la cultura ni en el pensamiento ni en la literatura o el arte de la ciudad. Los valores contra los que luchó entraron en franca decadencia arrastrados, no por las vanguardias ni el nadaísmo, sino por el tenebroso turbión del narcotráfico y el terrorismo. Así fue cómo, en realidad, Medellín ingresó a la modernidad. De un solo soplo, el narcotráfico terminó con el poder de las jerarquías católicas, desestabilizando la sociedad y muchas de sus instituciones. Pero no nos adelantemos, ya tendremos oportunidad de revisar estos fenómenos.

Sin embargo, y antes de pasar adelante, quisiéramos dejar constancia de que algunos nadaístas finalmente se integraron a la sociedad burguesa y se convirtieron en escritores o poetas reconocidos, como X-504 (Jaime Jaramillo Escobar), Eduardo Escobar, Jotamario Arbeláez, Elkin Restrepo y el propio Gonzalo Arango; lo lograron años o décadas después, cada uno por su cuenta, a fuerza de insistir en el oficio literario y gracias a que finalmente dominaron algunos de sus secretos.

LA UNIVERSIDAD EAFIT. La izquierda, animada por lo que denominaba “triunfos” de la revolución cubana, iba tomando posesión de las instituciones en Colombia. Los sindicatos se fortalecían y ponían en aprietos a las empresas. Surgieron curas revolucionarios que proclamaban “la teología de la liberación” y trabajaban hombro a hombro con líderes sociales en las parroquias, barrios y veredas. La mayor actividad ocurría en las universidades, sobre todo en las públicas, donde se intensificaba el debate ideológico y se invitaba a la lucha armada. Una a una fueron cayendo en poder de los grupos radicales. El sistema educativo quedó desestabilizado y entró en crisis. Las huelgas y cierres duraban años. Los activistas reclutaban y entrenaban jóvenes para engrosar las filas del MOIR, las FARC, el ELN, el M-19 y otros grupos menores.

La Escuela no resultó tan efímera y endeble como imaginaste. Fue fundada el 4 de mayo de 1960, según acta firmada en las oficinas de la ANDI por quince de los más prestigiosos hombres de negocios de Antioquia (casi todos conservadores). Ernesto Satizábal, el director del Instituto Colombiano de Administración (INCOLDA) fue el primer rector, y en sus oficinas se dictaron las primeras clases. Satizábal pronto le cedió el cargo a Javier Toro Martínez. Durante el tiempo de tu carrera también pasaron por la dirección Guillermo Ortega Arbeláez, Alberto Mesa Prieto y Hernán Gómez.

De las oficinas de INCOLDA se trasladaron a una casa vieja en el Palo, entre la Playa y Maracaibo, donde funcionaron por dos años; luego, al sector de la Aguacatala (sede actual). Cada semestre ingresaba un grupo de treinta a cuarenta estudiantes.

Para la fundación y primeros años se contó con el apoyo económico y logístico de la Agency for International Development (AID) de los Estados Unidos –programa bandera del presidente Kennedy para contrarrestar el avance del comunismo en América Latina– con lo cual la Escuela se perfiló desde su inicio como la punta de lanza de la oligarquía contra la izquierda. Bernard Hargadon, un egresado del Drexel Institute, dictó la primera clase, que fue de contabilidad. A partir de 1963 y por los cuatro años siguientes estuvo presente “la misión” de Syracuse University, N.Y., auspiciada también por la AID, con profesores del más alto nivel del programa MBA de esa universidad. La clase empresarial colombiana esperaba resultados milagrosos.

Se privilegiaba lo práctico e inmediato, evitando especulaciones y teorías. En algún momento y con el ánimo de enfatizar aún más los aspectos prácticos, las directivas aprovecharon a los profesores de Syracuse para crear un “Instituto Tecnológico” anexo a la Escuela, que ofreció programas de tres años. Fue dirigido por Bernardo Upegui, convocó cierto número de estudiantes, pero duró poco y fue refundido con la Escuela. Tal fue el origen de la sigla EAFIT: Escuela de Administración y Finanzas e Instituto Tecnológico.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Memoria de la escritura»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Memoria de la escritura» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Memoria de la escritura»

Обсуждение, отзывы о книге «Memoria de la escritura» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x